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Un cáncer de próstata acabó el martes con la vida de Javier Saldaña, de 56 años, quien fuera 'enfant terrible' de la hostelería alavesa allá por finales de los ochenta y principios de los noventa. «Desterrado» por voluntad propia en Madrid desde hacía ... décadas, para una generación de vitorianos el controvertido empresario siempre será el único que osó retar al entonces todopoderoso alcalde José Ángel Cuerda.
Contrariado con los expedientes recibidos por sus bares de copas –los legendarios Kadillac, Kotton o Número K, entre otros–, Saldaña organizó multitudinarias caceroladas a las puertas del edificio donde residía el regidor de la capital del País Vasco. Una vez congregó a «1.500 jóvenes», según las crónicas de la época. Animado por el estruendo, declaró que aquello era «el primer aviso».
En respuesta a Cuerda, quien ganaba unas elecciones tras otras, Saldaña fundó un partido político, al que denominó Juventud Vitoriana. Apenas duró un telediario después de obtener solo 445 votos. Y eso que para la campaña electoral contrató a la entonces famosísima pornostar italiana Cicciolina.
Sus personalísimas protestas -siempre con cámaras cerca- hacían correr ríos de tinta. Una vez se encaramó a una grúa. Otra se encerró en una habitación del Ayuntamiento y amenazó con quemarse a lo bonzo. Amenazó con un huelga de hambre por la «persecución» sufrida. En su época de delegado de una conocida marca de cerveza, surtía al cuartel de Araca. Como supuestamente no le pagaban la mercancía, un día saltó la valla del complejo militar y se coló en las instalaciones en busca de explicaciones.
«Siempre ha sido muy guerrillero», recapitulan en su entorno. Entre medias, el Ayuntamiento de Vitoria le clausuró varias veces sus locales. Con el Kadillac, en la calle San Prudencio, se le sancionó por «triplicar» el aforo permitido. Algún local permaneció cerrado más de medio año por orden municipal.
Cansado de tanta multa, Saldaña abandonó Vitoria con la promesa de no volver. La cumplió, por cierto. Previo paso por la localidad alicantina de Denia, se estableció en la comunidad de Madrid. Montó un establecimiento hostelero en Fuenlabrada. En 2011 recuperó cierta notoriedad al proveer de chocolate caliente a los acampados del 15-M en la Puerta del Sol. Enemistado con su familia vitoriana, el martes un cáncer le derrotó. Tenía 56 años. Sus familiares y amigos le despedirán este viernes a las siete y media de la tarde en la iglesia de San Miguel.
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