«Ya extrañaba que hubiera bacterias en unas piscinas y en otras no»

Antes de que se conociera el error en las mediciones, ayer por la mañana, con seis piscinas cerradas en Vitoria, las que continuaban abiertas presentaban el trasiego habitual de usuarios. En las de Mendizorroza, el ir y venir de gente era mayor si cabe, dado que los que antes frecuentaban otras piscinas, ahora cerradas, optaron por acudir a esta. Así hizo Pablo Muro, usuario habitual de las de Hegoalde, o Goretti Ochoa, usuaria de Ibaiondo, que se lamentaba por que hubieran cerrado la piscina pequeña, pues solía hacer rehablitación ahí. Del mismo modo, varias parejas con niños se acercaban a estrenar la temporada de verano con un chapuzón. Algunos se mostraban preocupada por si se cerraban más centros.

En San Andrés, a media mañana, la piscina pequeña lucía perimetrada por una cinta verde que impedía el baño: «Solemos hacer aquagym ahí», comentaba preocupada Faustina Sánchez. Ella tampoco era la única: «Muchas veces me suelo meter a hacer algún ejercicio porque viene bien para la espalda», decía Teresa Alcarejos, y proponía que «cambien el agua». Incluso alguno se mostraba temeroso: «Me extraña que si hay bacteria en la pequeña no la haya en la grande» decía Lorenzo Fernández. Afortunadamente para estos usuarios, todo quedó en un susto y, otro verano, las piscinas de Vitoria lucirán como siempre, llenas de bañistas.