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Un kayak será el primer medio de transporte al que Miguel Gutiérrez Garitano se subirá en unos días para adentrarse en la selva amazónica a través de las aguas del río Madre de Dios. Sabe que le tocará «remar» en la parte más salvaje de ... su curso y que en el camino podrá tomar también alguna de las barcas motoras que trasladan a los lugareños pero, reconoce el explorador y escritor vitoriano, «lo mágico es que no tenemos muy claro cómo será cada día». Con la mochila cargada de aventura, y sin billete de vuelta cerrado, el presidente de la Sociedad Geográfica La Exploradora emprenderá el martes 23 su tercera ruta por este rincón del mapa que, en esta ocasión, le llevará por Perú, Bolivia y Brasil. Un viaje de mil kilómetros que cubrirá «sin prisas» junto a otro amante de la exploración y la escritura, el bilbaíno Martín Ibarrola.
El punto de partida de la expedición está marcado en Cuzco, la capital del antiguo imperio inca, y desde allí seguirán los pasos del salmantino Juan Bautista Álvarez de Maldonado, quien como otros tantos exploradores buscó El Dorado peruano -en concreto, el mítico reino del Gran Paititi- sin que ningún mapa asegurara su existencia. En aquella época, el siglo XVI, «se comenzó a mirar hacia la selva con la fantasía de encontrar lugares ricos, hubo una sucesión de conquistadores que lo intentaron, pero lo fascinante de la figura de Álvarez de Maldonado es que se llevó con él a verdaderos científicos». Entre ellos había hasta pilotos navales que le acompañaron por el río Madre de Dios en esa búsqueda de un territorio perdido y tremendamente próspero. «Era un hombre muy preparado», detalla el vitoriano.
La riqueza de esta aventura, cuyo fin está previsto para principios de septiembre, es la historia y las gentes que Gutiérrez e Ibarrola se cruzarán en su camino. El viaje por lugares como Paucartambo, Atalaya, Abuná o Riberalta pretende servir de investigación histórica y también de ejercicio periodístico para contrastar pasado y presente y profundizar «sobre el terreno» en «los mitos del hombre sobre la selva». Pero la ruta se dibuja también como una denuncia. «Absolutamente», sentencia el explorador. «Cuando empecé el recorrido por la selva amazónica había zonas que me aparecían en la guía como vírgenes y al llegar me encontré con campos de soja, sin un solo árbol, algo devastador», describe consciente del «peligro» que corre este pulmón verde del planeta al que cada día le cuesta más respirar.
A aquel primer 'paseo' de 2009 con paradas en la Transamazónica, la Transpantaneira y el Gran Pantanal brasileño le siguió otro en 2012 por el río Shiripuno, en Ecuador, y con la aventura que arrancará dentro de tres semanas se cerrará una década de exploraciones en torno a la Amazonia. El siguiente reto será plasmar esos diez años de vivencias en un libro, aún sin título, donde esta selva «será la gran protagonista». «Con un viaje no me bastaba», admite Gutiérrez, que a principios de año fue nombrado miembro de la prestigiosa Royal Geographical Society por su dedicación a la Geografía. A sus espaldas lleva ya 13 expediciones, desde el Sahara al Ártico, cinco libros y decenas de reportajes con su firma, y la experiencia le dice que la siguiente ruta se presenta «bastante física». Además del recorrido sobre las aguas del Madre de Dios, Ibarrola y él acamparán en la selva para conocer el terreno en excursiones.
23 de julio arrancará la expedición tras los pasos del conquistador Juan Álvarez de Maldonado. El regreso está marcado para principios de septiembre aunque los exploradores viajan «sin billete de vuelta».
Por tres países. Miguel Gutiérrez y Martín Ibarrola se moverán en esta ocasión por Perú, Bolivia y Brasil «en sus vertientes más salvajes y vírgenes» dentro de una ruta que seguirá el curso del río Madre de Dios. El recorrido previsto, «sin prisas», abarca unos mil kilómetros.
Punto y final. Este viaje pretende cerrar «una serie de proyectos» por la selva amazónica. El primero, en 2009, le llevó al río Amazonas, la Transamazónica, la Transpantaneira y el Gran Pantanal brasileño. En el siguiente, en 2012, descendió el río ecuatoriano Shiripuno en kayak.
Un libro, el siguiente reto. El verdadero broche final a una década de exploraciones será la publicación de una obra, aún sin título, con la selva amazónica como protagonista. En sus páginas aparecerán sus gentes, sucesos, mitos y realidades. Tiene una parte de historia, de periodismo y también de denuncia.
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