Estrenó su contador de títulos como primer entrenador y lo disfrutó con el mismo entusiasmo con el que celebraba cada triunfo de los equipos que dirigía en sus primeros pasos en los banquillos del colegio Corazonistas o cuando ejercía de técnico asistente en el Baskonia. ... Ibon Navarro se proclamó campeón de la Copa del Rey al mando del Unicaja Málaga el pasado 19 de febrero. Se convirtió en el segundo preparador vitoriano después de Pablo Laso en alzar el trofeo en el 'torneo del k.o.', razón de peso para que EL CORREO le reconozca como Alavés del Mes de febrero.
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«Agradezco el premio porque siempre es importante que se acuerden de ti en tu propia casa», reconoce el preparador vitoriano. A sus 46 años, estrena palmarés tras firmar un logro insólito. Su Unicaja alzó el trofeo sobre el parqué del Olimpic de Badalona después de dejar en la cuneta al Barcelona en cuartos y al Real Madrid en semifinales. La final librada y ganada al Lenovo Tenerife no hizo más que confirmar el dominio de la escuadra malagueña durante los cuatro días de éxtasis y vértigo vividos en Badalona. Bañado en champán, abrazado a su hijo Aritz y con una sonrisa resplandeciente, Ibon Navarro recogía el fruto de una carrera marcada por una vocación indestructible. La tensión de los banquillos siempre pudo más que cualquier otra alternativa profesional. La vía de las probetas y el laboratorio quedó cerrada a pesar de sus estudios de Química y su gran dominio del alemán.
Ibon Navarro fraguó su atracción juvenil por la pizarra como alumno de los 'Coras' hasta abrirse paso en la que sería su primera oportunidad firme como entrenador asistente del Tenerife de Liga LEB en la temporada 2006-07. Comienza entonces una ardua escalada hacia la élite que le llevará a ejercer de escudero de técnicos de carácter tan dispar como Dusko Ivanovic, Neven Spahija o Sergio Scariolo en el Baskonia o de Paco Olmos (Menorca) y Velimir Perasovic (Valencia Basket).
El preparador alavés aprende el oficio desde el puesto de ayudante, un papel que vuelve a ejercer en su vuelta al Baskonia en el curso 2014-15 con Marco Crespi como jefe. La maldición del noviembre negro golpea al italiano con la destitución. El trauma se convierte en oportunidad para Ibon Navarro, que toma las riendas del plantel azulgrana como entrenador principal. El vitoriano cierra un año tormentoso como pocos en lo colectivo y un máster apresurado en lo personal en su intento de guiar a un Baskonia en crisis. Para entonces, ya no hay vuelta atrás; su destino no es otro que ser primer espada de los banquillos.
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Tras desoír la propuesta de renovación del Baskonia para volver a ser asistente, vuela libre para intentar asentarse como un referente dentro de la nueva hornada de entrenadores en la ACB. Sus paradas en el Manresa, UCAM Murcia y MoraBanc Andorra modelan a un entrenador de batuta siempre visceral, con una dirección eléctrica desde el área técnica que alterna con un carácter dialogante de puertas adentro del vestuario. El fantasma del despido, que alcanza a todo entrenador, asoma en el Principado en enero de 2022. Apenas tarda un mes en reengancharse a la rueda para comandar al Unicaja. Un año después, el baloncesto malagueño vuelve a sonreír con un título digno de frotarse los ojos. «No soy un gran chef, pero tengo ingredientes muy buenos. La clave es no tener ataques de entrenador». Es la fórmula para el triunfo de un alquimista del basket, el miembro más distinguido de la cuadrilla de blusas Zintzarri.
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