Fraude en Euskadi

Un exetarra «lleva 14 años con inquilinos en su piso social de Alokabide», denuncian sus vecinos

¿Qué hacía la víctima? «Vivía allí. Llegó en junio-julio», destacan moradores de ese edificio perteneciente a Alokabide. «Les cobraba 600 euros: 300 a ella y otros 300 a su hija», deslizan. «Lo lleva haciendo desde 2010». La sociedad pública no se pronuncia sobre este caso al «no poder proporcionar datos sobre expedientes concretos».

Según ha constatado este periódico, al menos cuatro personas distintas han residido en esa vivienda de 70 metros cuadrados durante los últimos años. Tres mujeres y un hombre.

El titular del alquiler social, insisten en su manzana, «reside en realidad en Madrid, donde tiene una amiga. Allí incluso le trataron del corazón». Medios internos del servicio madrileño de Salud confirman que «el 22 de enero tuvo una revisión con un cardiólogo en el Hospital Carlos III».

Hace tres años, este hombre –que dejó la lucha armada para colaborar con la Justicia– recibió una prórroga de su arrendamiento en el barrio de Salburua. Su actual contrato expira en marzo de 2026.

La tarde del 4 de febrero, tras atacar a su inquilina se refugió en una cafetería cercana antes de que la Ertzaintza tomara el bloque. Consumió dos cafés y se fue al cine. Pidió factura de todo para fabricarse una coartada. No contaba con que su víctima grabó la agresión con su móvil.

Dos días después, el 6 de febrero, aceptó una pena del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de «20 meses de alejamiento» de la agredida, quien ha dejado el piso. Él sigue controlándolo. Oficialmente paga al Gobierno vasco una renta mensual de 254 euros.