Una exconcejala de Salvatierra sufre pintadas con amenazas personales durante siete años

El hostigamiento arrancó allá por 2010 y cesó en 2017, curiosamente tras interrogar la Ertzaintza a un vecino del municipio al que cámaras de caza colocadas en el terreno de la exedil grabaron con un spray en la mano. Este hombre, que hasta la fecha ha negado su autoría, tenía cita el viernes en el Juzgado de lo Penal número 1, sala encargada de resolver este asunto.

Aparte del incendio, el atestado policial constató casi una veintena de pintadas, todas en la misma línea. La investigación policial, a cargo del Sicta, una unidad especializada en los casos más enrevesados, encargó a los peritos caligráficos un estudio de las frases anónimas. Según ha sabido este periódico, los expertos apuntan al único sospechoso de la causa, para quien la Fiscalía exige una pena menor de cárcel –que no entrañaría su ingreso en ningún caso– y 20.000 euros de responsabilidad civil.

«El daño moral causado ha sido muy grande. Lo ha pasado fatal», insisten desde el entorno de la denunciante. El que fuera alcalde de Agurain, Iñaki Beraza, perteneciente al PNV, también fue objeto de alguna otra pintada similar en aquella época.

El viernes, todas las partes acudieron puntuales a la primera planta del Palacio de Justicia de Vitoria. Hubo varias intentonas de acuerdo entre acusación y defensa. Se sucedió un cruce de posibles compensaciones económicas para evitar el bochorno del juicio. Mil euros ofrecieron por un lado, a 4.000 subieron en el otro... Pero no hubo consenso.

Tampoco pudo celebrarse la vista oral al no estar citados los peritos caligráficos. Como la defensa solicitó encargar su propio informe, la titular del Juzgado de lo Penal número 1 optó por suspender la sesión y marcar otra fecha en el calendario para su celebración.