Ha sido un verdadero rompecabezas planificar la temporada. Las restricciones de aforo, la necesidad de que los conciertos se celebren sin descanso para evitar al máximo el tránsito del público. Y la elección de un repertorio de altura para la vuelta a los escenarios.
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La ... Euskadiko Orkestra, nuevo nombre de la OSE, arranca mañana viernes en el Teatro Principal su temporada con un programa dedicado a Schubert con una doble sesión, a las 18.00 y a las 20.30 horas. Una de las novedades, obligadas por la pandemia, es que no salen a la venta entradas para el público general, debido a la restricción de aforos vigente, sino que se han puesto a disposición exclusivamente de los socios.
«Es la temporada más difícil a nivel organizativo y ambiciosa en lo musical», reconocen desde la orquesta que ha duplicado el número de conciertos, pasando de los cinco que realizaba habitualmente a diez. A los dos recitales en Vitoria se le suman sendos en Bilbao y Pamplona, y cuatro en San Sebastián. El estreno en la capital alavesa tiene como repertorio las sinfonías 1, 3, 6 y 9 de Schubert dentro de un pequeño ciclo dedicado al autor. El propósito es que las nueve sinfonías del genio que no alcanzó un gran conocimiento en vida se puedan escuchar por primera vez en el País Vasco en cinco días, en cien kilómetros a la redonda.
Este «maratón musical» pretende emular las 'schubertiadas', encuentros exclusivos del músico que realizaba el compositor austriaco junto a un reducido grupo de amigos a los que mostraba sus nuevas composiciones. Al mismo tiempo se reivindica la alegría de la música en vivo como uno esos puntos de encuentro fundamentales para la salud emocional. «La música de orquesta es una ocasión y un lugar para juntarse en comunidad, para que la gente se reúna y comparta todo lo que nos hace humanos, el amor, la vida, la alegría, la felicidad, la emoción, la imaginación, la infancia, la vejez y mucho más», resalta Robert Treviño, maestro a la batuta de un programa de espíritu positivo y enérgico.
Desde la reconocida formación también inciden en la tranquilidad ofrecida al público en esta vuelta. El director general, Oriol Roch, destaca el «enorme trabajo» realizado por auditorios y teatros como el Principal –con un aforo al 50%, 492 butacas– para que los espectadores se sientan «seguros». Frente a la parálisis, la Euskadiko Orkestra fue la primera formación española en volver al trabajo en mayo con una plantilla reducida para mantener los dos metros de separación entre los músicos. Entonces prepararon ocho conciertos sin público que se retransmitieron en ETB.
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