Euskadi registra en lo que va de año quince agresiones machistas o sexuales al día

La Policía autonómica, en la información dirigida a víctimas que recoge en su página web, aclara que una mujer sufre maltrato si es agredida física o sexualmente, si recibe amenazas, si es coaccionada o acosada, humillada, aislada, controlada... Pero la realidad, sostienen desde la asociación de supervivientes Bizitu, es que la violencia que se pone en conocimiento de las fuerzas policiales «es solo la que es muy explícita». «Casi el 80% de los casos no se denuncian, o si no es muy claro los propios agentes no recogen la denuncia, y por eso los procesos no siempre siguen adelante», matiza la presidenta de la organización, Inma Mata.

Les preocupan en el colectivo esas situaciones que no llegan a las estadísticas, esas mujeres «a las que nadie cree, a las que nadie hace caso porque el maltrato que sufren es muy psicológico y difícil de demostrar». Respecto al aumento de casos contabilizados por la Ertzaintza concede que «puede ser» que se deba a que la sociedad está más concienciada «y se denuncia más», aunque sostiene que, «en nuestra experiencia, cada vez más mujeres dicen que no quieren» acudir a las policías y los juzgados.

En su opinión, esta lacra «no se está abordando de una forma correcta». Se «ponen parches», y se atienden «cosas puntuales», pero «no se hace una prevención real para evitar que siga subiendo» la incidencia de la violencia hacia las mujeres. Lo mismo sucede con las agresiones sexuales. «A los niños hay que educarlos desde los cero años, no cuando ya son adolescentes y han estado expuestos a violencia y pornografía», subraya. Por todo eso cree que «la manera» en la que se está afrontando el machismo es «la judicial, cuando mucha de la violencia que se ejerce -reitera- no llega a los juzgados».

La que sí que sigue el proceso en los tribunales acaba, en muchos casos, en los juzgados de Violencia sobre la Mujer. Leticia Badiola, es titular del nº 1 de Bilbao. Confirma un «incremento en el volumen» de asuntos analizados. Y no prevé que vaya a haber a corto plazo «una tendencia a la baja».

De hecho, si comparamos los datos de este primer semestre con los del mismo período de 2019, en el caso de la violencia ejercida por la pareja o expareja han crecido un 29,3% y en el de las agresiones sexuales un 123,4%. «Es un problema social y se está haciendo una labor de concienciación importante», señala. En ese sentido, pone como ejemplo que «antes, con episodios que se veían en la calle o entre amigos, la gente miraba para otro lado y se toleraban socialmente, pero hoy en día la gente da la alarma, llama a la Policía».

Por eso ella ve «el lado positivo» del incremento de casos, por ese «impulso a denunciar» que hace años no existía. Y porque «cada vez hay más medios y las mujeres cuentan con una serie de recursos que antes no tenían». Incluso aquellas que no dan el paso «disponen del teléfono de atención, el 016, una puerta de entrada, un apoyo». Insiste en que, «como con cualquier otro tipo delictivo, no vamos a suprimir ni eliminar» la violencia machista. Pero el aumento de las denuncias, entiende, «deja ver una mayor protección contra este tipo de actos».

Sobre lo que ni Mata ni Badiola pueden ofrecer una interpretación es acerca de las importantes diferencias en el incremento de casos detectados entre provincias. Bizkaia registró entre enero y junio 1.311 victimizaciones en el seno de la pareja o expareja, un 6,15% más que en la primera mitad de 2023. Sin embargo, en Álava aumentaron un 18,13%, hasta las 430, y en Gipuzkoa un 20,34%, hasta las 787. Con las agresiones sexuales el fenómeno fue similar. En el territorio vizcaíno se anotaron 170 delitos de este tipo al subir un 2,41%, pero en las localidades alavesas crecieron un 26,47%, hasta 43, y en las guipuzcoanas un 29,7%, hasta 131.