El regidor gallego, retratado ayer en la calle Dato de Vitoria. Igor Martin

Miguel Anxo Fernández Lores | Alcalde de Pontevedra

«El espacio público no es para los coches»

El regidor de Pontevedra defiende en Vitoria su modelo de ciudad peatonal con motivo de las jorandas 'Creación. Ciudad. Paisaje' del Colegio de Arquitectos

Jueves, 5 de octubre 2023, 00:22

«Cuando tomamos la decisión de peatonalizar el centro, en 1999, le preguntaron a un librero de toda la vida qué opinaba. Él se encogió de hombros y respondió: 'A mí un coche jamás entró a comprarme un libro'». La anécdota, el chascarrillo le sirve ... a Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de Pontevedra desde hace 24 años, ilustrar el impacto y el rechazo vecinal que, supuestamente, lleva aparejado sacar el automóvil del centro de una ciudad. La suya se ha convertido en un símbolo internacional, en un caso de rotundo éxito tras su apuesta total (y algo radical) por la peatonalización.

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«No hay que engañarse, el que tiene coche no va a coger el transporte público porque sí. O restringes, o impides que circule o jamás vas a conseguir un cambio. Es la única solución», defiende el regidor de Pontevedra, del BNG, que ayer expuso su aplaudido modelo de ciudad en las jornadas 'Creación. Ciudad. Paisaje' que organiza la delegación alavesa del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro. «Nosotros llevábamos en nuestro programa electoral la peatonalización y el primer mes de mandato sacamos 500 coches del casco histórico», presume.

– Su apuesta fue algo radical...

– Radical, no. Sensata.

El tiempo parece haberle dado la razón. A pesar de las resistencias internas, de las protestas, de las fricciones con los partidos de la oposición, que llegaron a llevar la ambicioso plan de Fernández Lores ante la Justicia, las cifras son reveladoras: el 90% de los desplazamientos en Pontevedra se hacen a pie. El coche apenas supone el 9% hoy (en Vitoria, alcanza el 35%) y es una ciudad con cero muertes por accidente de tráfico.

Un eficaz sistema de transporte público que aprovecha las líneas provinciales y una red potente de parkings disuasorios han favorecido que el coche quede relegado en la ciudad gallega, de 83.000 habitantes y muy compacta. «Siempre nos hemos negado a la urbanización de la periferia, aquí teníamos una densidad de tráfico de 150.000 vehículos al día, proporcionalmente superior a la de Londres, una barbaridad. Las ciudades no son carreteras ni el espacio público es para los coches», remacha.

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