David Udakiola, director general de Michelin Vitoria
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David Udakiola, director general de Michelin Vitoria
«Todos mis esfuerzos están en recuperar a la gente y revertir la imagen de Michelin Vitoria»Quienes conocen a David Udakiola (San Sebastián, 1972) lo definen como un tipo tranquilo y reservado. Esa calma es la que pretende instaurar ahora en Michelin Vitoria. La fábrica, responsable de 3.500 puestos de trabajo en la capital alavesa viene de un año «complicado» ... y marcado por «una conflictividad laboral que no veíamos desde hace mucho». Ahora su objetivo es «recuperar» dos cosas: «a la gente de la fábrica» y «la confianza del grupo», una multinacional que miró con preocupación la tensión que generó la negociación del convenio durante el año pasado.
–Lleva ya diez meses al frente de esta factoría. ¿Qué balance hace de estos primeros meses en Vitoria?
–El año pasado fue muy complicado para la fábrica de Vitoria en el plano laboral, con una conflictividad que no veíamos desde hace muchos años. Por otro lado están los bajos volúmenes del 2024, que es lo que hemos tenido que gestionar. Me he volcado en las dos cosas: en la gestión de la bajada de volúmenes y en poner esfuerzos en intentar recuperar a la gente de la fábrica después de un año tan complicado.
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José Manuel Navarro
– ¿El buen momento que atraviesa la producción en las líneas de turismo es real o es un espejismo que se desvanecerá en otoño?
–En turismo hay una subida coyuntural: estamos vendiendo por encima de lo que teníamos previsto. Bienvenido sea. En cambio, en ingeniería civil la cosa va un poco peor de lo que habíamos previsto. Estamos en un contexto global del mercado que es complicado. Fundamentalmente en Europa. No somos los únicos fabricantes en esta situación.
– Tienen un plan de incentivos para hacer frente a la salida de 150 trabajadores. Este mes termina el plazo para acogerse a él. ¿Cómo marcha este plan?
– Se ha hablado mucho de los excedentes. Nosotros no hablamos de despidos en ningún caso. Lo que dijimos es que nos sobraba gente. Privilegiamos las medidas no traumáticas: bajas incentivadas, salidas anticipadas con contratos relevo y gente que pudiera tener interés en ir a otras fábricas del Estado. A día de hoy ha habido más de 60 personas que se han acogido a estas medidas. Y, con el aumento de turismo, hemos movido a 40 personas de ingeniería civil.
– Unas 100 personas en total
– El plan es continuar usando la movilidad funcional y sacar aún más gente de ingeniería civil aprovechando el repunte de las ruedas de turismo.
Conflicto laboral
– ¿Pueden generarse más excedentes si la producción empeora en otoño?
–No lo sabemos. Conocemos, más o menos, lo de los próximos meses. Pero no tenemos aún los volúmenes para el 2025, así que no te puedo contestar. La coyuntura es complicada. De forma global, el volumen en el sector del neumático en Europa se ha visto tocado. Ha habido anuncios y se han tomado acciones al respecto.
– Michelin ha cerrado plantas de ruedas de camión en Alemania. ¿Puede ocurrir eso mismo con las fábricas que hacen ruedas de turismo en Europa?
–Es cierto que hay un debate sobre el futuro industrial. En Europa hay una situación de sobrecapacidad de producción. Se han tomado una serie de medidas. No conozco más, pero en este contexto tampoco es descartable que pueda haber más medidas a futuro.
Futuro industrial
– En otoño se habló de una «pérdida de confianza» por parte del grupo hacia Vitoria. ¿Se ha solventado esa falta de credibilidad?
–Michelin quiere fábricas excelentes. Es evidente que los acontecimientos del año pasado no dieron una gran imagen al grupo en el eje personas. No responden al modelo humano y social de lo que el grupo espera. De ahí que todos mis esfuerzos estén en recuperar a la gente, dar otro tono social…
– ¿En mejorar esa imagen?
–En transmitir una imagen que sea más positiva al grupo y que dé más confianza para hacer de Vitoria una fábrica competitiva. Aquí hay un montón de gente muy profesional, comprometida y que se parte la cara todos los días por sacar esta planta adelante. Cuento con todos ellos para intentar revertir la imagen de la fábrica. Todavía nos queda camino por recorrer.
– Michelin hace unas encuestas internas de compromiso y Vitoria tiene unas de las peores tasas en este punto. ¿Cómo se conjuga esto con la credibilidad?
– Ahí no estamos donde nos gustaría estar. Este es, efectivamente, uno de los indicadores que tenemos que mejorar. Hemos lanzado el proyecto Entzun. Tenemos el apoyo de una persona del grupo experta y estamos apoyándonos en consultores externos para dar rigor al proyecto y hacer las cosas bien. Han participado unas 400 personas en una fase de diagnóstico y ahora hemos creado cuatro grupos de personas para mejorar en esos puntos donde la gente no se siente muy satisfecha.
¿Ampliación?
– Otro problema en Vitoria es el absentismo, en el entorno del 10% aquí. ¿Hay un objetivo para parecerse al resto de plantas?
–El resto de plantas, 'grosso modo', están a la mitad. Nos guste o no, Vitoria es una de las plantas con peor ratio de absentismo de todo el grupo Michelin. Es un tema muy preocupante: tiene impacto en costes, en organización del trabajo. Hemos lanzado el Entzun, hemos reforzado los servicios de salud… Pero, honradamente, creo que todo esto tampoco va a ser suficiente. No dejamos de ser el reflejo de la realidad social que tenemos fuera.
– ¿La de las empresas vascas?
–La comunidad es de las que más absentismo tiene en el Estado. Es una gran preocupación para las autoridades, para mis colegas empresarios… Tenemos que hacer una reflexión a nivel vasco en torno a recursos, protocolos, cómo funcionamos, temas culturales… todo lo que se nos ocurra. A nosotros nos gustaría bajar a la mitad. Vitoria estaba a la mitad hace cinco años.
– Este año se han dejado en 'stand by' 75 millones de inversión. Algunas iban a renovar líneas que producen gomas de turismo muy pequeñas. ¿No es incoherente?
– Una gran parte del paquete de inversiones iba destinado a ingeniería civil. Si no tengo volumen ahí, no voy a fabricar y no tiene sentido que haga la inversión. Pero seguimos invirtiendo de una forma muy significativa en Vitoria.
– Y con ese escenario, a la baja, en las líneas de ingeniería civil… ¿acaso pueden volver esos 75 millones?
– Si cambiara el contexto en algún momento y viéramos oportunidades para aumentar volúmenes, indudablemente.
– Pero a corto plazo la perspectiva no parece que vaya a cambiar.
– A corto plazo, no lo veo. Pero en el futuro, si hiciera falta… El grupo va a meter recursos donde haya volumen. El dinero de la inversión vendrá si hace falta en un momento determinado. Ojalá que sí.
Ruedas para coche eléctrico
– El proyecto para hacer neumáticos eléctricos, 'Acoustic' mantiene una línea en pie. ¿Funciona ya esa línea de producción?
– Aún no, pero estamos ejecutando la inversión. Tenemos ya el edificio y estamos con la instalación del montaje de la máquina. Creo que arrancaremos a principios del año que viene. La primera línea de 'Acoustic' va a ser una realidad en Vitoria en 2025.
– El Plan General reserva suelo para una hipotética ampliación de Michelin. ¿Tienen un plan para esos suelos?
– A día de hoy la realidad no tenemos proyectos que necesiten extender la superficie actual de la fábrica. En cualquier caso, es interesante para la fábrica que todos esos terrenos puedan tener recalificación industrial. Ojalá a futuro haya opciones y podamos contar con ello.
– ¿Vitoria habría dejado pasar una oportunidad si el Plan no hubiese salido adelante?
– Hubiera sido una piedra en el camino. Para hacer grandes proyectos de ampliación tiene que haber una necesidad, debes defender el proyecto y necesitas convencer. Tener el terreno lo facilita mucho más. No aprobar el Plan habría ido en sentido contrario, habría sido una piedra en el camino.
– Hay un debate abierto en torno a la fecha para el final del coche de combustión. ¿Qué opina usted?
– Creo que hay dudas. No se puede correr más de lo que seamos capaces de hacer. Hay que tener una reflexión en clave de planeta. Hay que ver, con todas las diferentes palancas posibles, cuál es la mejor política: la que vaya a ser más sostenible para el planeta. La transformación hay que hacerla con cuidado.
– O sea, que hay que abrirse a tecnologías como las híbridas.
– Si van en el buen sentido para el planeta, creo que sí.
– ¿Qué coche tiene usted: gasolina o eléctrico?
– Un diésel, pero con etiqueta ECO.
– ¿Se compraría un eléctrico hoy?
– Es posible que sí.
– ¿Cada cuánto le cambia las ruedas? ¿Usa gomas de invierno y verano?
– Sí. Soy un privilegiado: me las cambian dos veces al año.
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