Blanca Castillo

El cielo del Artium brilla de nuevo

La obra instalada en el vestíbulo recupera su esencia tras una restauración integral. Su sonido y el reflejo lumínico lo confirman

Miércoles, 15 de enero 2025, 13:58

Si los visitantes al museo Artium hicieran, nada más cruzar la puerta, un ejercicio de silencio absoluto, descubrirían que la experiencia artística que tienen por sentir comienza desde el mismo vestíbulo. Allí, una imponente pieza de diez metros de diámetro, cuatro de altura y 4. ... 800 kilos de peso que se asemeja, más bien, a una lámpara del barroco capta todas las miradas para después desviar la atención hacia el sonido «estruendoso» que genera.

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Ahora bien, estos matices pueden percibirse ahora. Porque si nos remontamos al verano u a otros años anteriores, todos esos aspectos sensoriales que protagonizan 'Un pedazo de cielo cristalizado', del artista Javier Pérez (Bilbao, 1968), estaban desaparecidos. O, más bien, ocultos tras una buena capa de polvo.

Lo que ha posibilitado la recuperación de la esencia de esas 12.000 'bombillas' de vidrio soplado es un «saneamiento integral». Una limpieza que ha sido posible gracias a un convenio firmado entre el patronato y la Fundación Iberdrola, quien ha aportado para esta ambiciosa restauración 30.000 euros.

Desde este miércoles, el público de Vitoria ya puede contemplar el resultado de esta limpieza en Artium, que devuelve tras dos meses de trabajo una imagen de la semiesfera similar a la que tenía cuando su creador la presentó en la Bienal de Venecia en 2001.

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Ha sido la directora del museo vitoriano, Beatriz Hérraez junto con el presidente de la Fundación Iberdrola, Jaime Alfonsín, y el director de la misma, Ramón Castresana, quienes han presentado el aspecto de la obra tras esta reciente intervención. Éstos se han acompañado también de Azucena Prior, la directora de la empresa que ha llevado a cabo la restauración, Artyco, iniciada el 18 de noviembre.

Desde 2006 no se hacía un abrillantamiento similar. Así que lo que los restauradores observaron fue una «evidente suciedad» debido a la «acumulación de depósitos ambientales» que ofrecía, de forma inevitable, un aspecto «traslúcido» e incluso «opaco» en algunas zonas de esta imponente pieza. Todo esto, según Prior, generaba una «sensación visual de solidez y peso que llevaba a la pérdida de esa idea de ligereza y fragilidad» con la que se había concebido inicialmente la obra.

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El concepto inicial, esfumado

El polvo acumulado ofrecía un aspecto de la pieza «opaco» que generaba sensación de «peso»

Procedimiento «sostenible»

«Se ha evitado el aporte de humedad y el uso de productos químicos», explican los restauradores

Pérez, que visitó el museo durante la restauración, recordó en ese momento que con esta estructura se había planteado una reflexión «sobre la propia Venecia y la fragilidad de una ciudad construida en el aire y que también se refleja en el agua».

Burbujas rotas, oxidadas...

La renovación a la que se ha sometido la pieza más icónica del museo –se colocó en su inauguración en 2002– ha permitido, además, hacer una nueva lectura de la misma. Desde un punto de vista simbólico, porque Pérez reconoció que «con el cambio climático la obra adquiere otro significado» pero también a nivel estructural. «Se han podido detectar puntos vulnerables y se ha procedido a la corrección de su funcionalidad», ha explicado Prior antes de entrar en detalles. Por ejemplo, «nos hemos encontrado burbujas rotas o piezas de anclaje oxidadas».

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Respecto a los métodos que se han empleado en este proceso, se ha tenido en cuenta que la instalación no tuviera que desmontarse o trasladarse para su reparación, así como que los andamios que se colocaran a su alrededor no fueran demasiado aparatosos. Asimismo, se han utilizado «procedimientos sostenibles en los que se ha evitado el aporte de humedad y el uso de productos químicos».

«Abordar su limpieza ha sido uno de los retos de los últimos años», ha asegurado Herráez. «Esto ha contribuido a visibilizar esa cara oculta de las actividades del museo que se hacen cuando los visitantes desaparecen», ha trasladado Prior. Alfonsín, por su parte, ha destacado el «compromiso» de Fundación Iberdrola con museos como el vitoriano y realzado la necesidad de que esa «luz y sonido» acompañen desde el inicio a las visitas.

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