«Para escribir bien tienes que vaciarte»

- Han pasado dos meses desde la publicación de su novela. ¿Qué le transmite la editorial?

- El libro está yendo bien, gustando bastante. Por el 'feeback' que estoy recibiendo, interesa a un amplio espectro de lectores. Entre mis libros, hay algunos más populares, como 'La mujer del reloj', preparados para gustos más ampios, y otros de corte histórico que igual no convencen tanto. Y la tercera, 'Los solitarios', fue otro registro. En este caso con 'Los años del silencio' estoy en un ámbito más amplio, que puede convencer a más gente. Es ilusionante esa respuesta.

- Sí, porque 'Los solitarios' salió al mercado en plena pandemia.

- Fue un 'palazo' después de dos años trabajando de una forma muy intensa. Es un libro de personajes, muy particular, en el que hay un desarrollo de sus perfiles psicológicos, que son muy variados. Eso requiere mucho estudio... Y llegó la pandemia. Resulta que inicialmente se iba a publicar en septiembre de 2019. Pero por una decisión de última hora de la editorial, en un intento de proteger el lanzamiento porque coincidíamos muchos autores, se decidió llevar el estreno a marzo del año siguiente. Paradójicamente, eso de protegerlo se convirtió en predisponerlo a una catástrofe a nivel literario y editorial. A pesar de todo, el libro entró en otro tipo de lectores a los que les gusta más la novela negra, otra narrativa. Es otro nicho. Pero desde luego no tiene el recorrido que habría tenido en otras condiciones. En eso hay que ser honestos, pero hicimos lo que pudimos.

- Mencionaba antes lo del 'feedback' con sus lectores. Ahora tendrá una oportunidad en Barcelona.

- Hay momentos en los que estás mejor y otros peor. Los escritores no dejamos de ser seres humanos de carne y hueso que pasamos por nuestros procesos vitales. Decía García Márquez que él escribía para ser amado. Es una forma muy romántica de definirlo pero sí es verdad que los escritores somos así. Al final, el hecho de que descubras la conexión con otras personas a través de lo que has escrito, que sintamos lo mismo, es un momento muy bonito. Muchas veces te das cuenta de que cuando escribes estás pensando en una persona o en las personas que lo van a leer.

- ¿Eso le resta libertad para escribir lo que quiere?

- No. Después de estas cuatro novelas, he escrito siempre lo que he querido. Lo que me hubiese gustado leer en ese momento. Y eso para bien y para mal. Porque hay que tener en cuenta que uno escribe para una industria editorial que busca una rentabilidad y eso puede marcar demasiado el camino. Pero yo he podido elegir antes que lo que podía dictar el mercado.

- Consciente de que quizá iba a vender menos.

- Bueno, se sacrifican ventas y llegar a un número más amplio de lectores. Pero también tiene su valor para quien sepa apreciarlo. Y uno tiene que encontrar su sitio. Para escribir bien tienes que poner toda la carne en el asador, vaciarte entero. Cuando escribes de algo que no te apetece eso no se produce. Yo siempre intento escribir lo que me mueve por dentro.

- El libro nace con la idea de convertirse en un guion para una serie audiovisual. ¿Cómo va ese proceso?

- Vamos avanzando pero es un avance lento de momento. Oyes cuántos años cuesta en levantar tal proyecto, un largometraje, y son trabajos a largo plazo. Y hay que tener paciencia. Estamos hablando de poner de acuerdo a mucha gente implicada, un equipo grande, mucho dinero invertido... Para reunir todo eso se necesita un periodo, la aprobación de muchas partes. Pero el proyecto está en marcha y me ilusiona mucho. Cuando escribí esta historia desde el principio estuve pensando en esa opción.

- ¿Le absorbe mucho? ¿Le resta tiempo para otras novelas?

- No, ha sido un proceso paralelo. La novela y el guion cinematográfico. Yo lo veo todo como el mismo trabajo. Un proceso literario a varios frentes. No pienso que me quite tiempo para escribir otro libro, es como si lo estuviese escribiendo ya. Otro trabajo creativo. Aparte de que me permite trabajar en otros registros y conocer otras formas de desarrollar y narrar.

- O sea, que habrá que esperar para una quinta novela.

- Tengo varias vías abiertas. Muchas veces uno tiene que resistir la tentación de escribir sobre hechos, tendencias o corrientes que se producen en un momento determinado. Porque falta una perspectiva. Tendemos a dar palos de ciego e ir como pollos sin cabeza al hablar de la actualidad. A veces no hay más remedio que hacerlo pero lo hacemos sin perspectiva. Y para hablar seriamente o poner en una novela unos acontecimientos se necesita un poso. Es como cuando hablábamos de la pandemia mientras estaba ocurriendo. Había mil voces. Necesitábamos un tiempo para verlo con perspectiva.

- ¿No tiene la tentación de 'arrancarse' a escribir un texto con algo que le provoque de forma inmediata?

- Existe esa tentación. Es un impulso primario. Pero si se trata de una novela tienes que esperar a que se apacigüe, que repose, y ver qué hay detrás para poder darlo con frialdad y como debe. Una novela es un compromiso de mucho tiempo y debes tener muy bien pensado lo que quieres escribir y cómo quieres hacerlo. Sí he escrito a veces cosas como si las vomitara, algún artículo en prensa, como uno dedicado a la pandemia publicado en EL CORREO.

- ¿Acentúa 'sólo'?

- Buena pregunta, jeje. Creo que he hecho las dos cosas, con tilde y sin tilde. Ahora mismo, depende del día que me pille. Pero si lo piensas... hay veces que ese golpe de voz cambia mucho una palabra. El acento le da peso. Y por dar énfasis le metes un buen acento ahí.