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«Si el cuerpo me lo permite, a mí no me importa seguir subido encima de un escenario en un bar», dice José Miguel Monzón, 'Chechu' para los amigos y 'El Gran Wyoming' para el público en general. Presentador de televisión, humorista, columnista, médico, escritor, ... actor y también, o principalmente, músico. Este sábado actúa con su banda Los Insolventes' en la discoteca Kubik (22.00 horas) en un nuevo regreso a Vitoria, ciudad que frecuenta. «Nos vuelven a llamar, esa es la mejor señal de que va bien».
– ¿Qué diría si aparece alguien en el concierto con mascarilla?
– Que si me ha abandonado el desodorante. (Ríe) Bajo mi punto de vista, y he trabajado en medicina, el coronavirus está teniendo una presencia excesiva en los medios. Es demasiada información para no contar nada. Podían aprovechar ese espacio para hacer una campaña de limpieza dental, por ejemplo, que evita muchísimas enfermedades u otras cosas de más utilidad.
– Al margen de infectados, ustedes cuentan ya con un público entregado.
– La inmensa mayoría de gente viene por mi faceta de televisión, que es por lo que me conocen. Yo no hago conciertos porque tenga 60 discos publicados. Supongo que la gente viene porque les gusto o les caigo bien. En cuanto a la edad del público, viene muy dado por el precio de la entrada: cuanto más alto es el precio de la entrada, mayor es la edad del público porque la gente joven no se lo puede permitir. Cuando la entrada es en espacios grandes o cuando hemos tocado gratis la edad del público desciende radicalmente.
– ¿Salas grandes o pequeñas?
– Es mejor salas medias. Hay un modelo de salas de ciudades pequeñas o pueblos grandes que está en torno a 500 espectadores de media. Eso es lo ideal para nosotros. Aunque también hemos tocado en todo tipo de sitios y festivales como el Azkena o el BBK, en realidad, lo nuestro es más cercano al público.
– ¿Le piden que hable?
– En realidad nos ponemos a tocar y hacemos varios temas seguidos sin parar, con lo cual no hay tanto espacio, pero la relación con público es muy buena. Hemos hecho 11 años de gira ininterrumpida y con el paso del tiempo tenemos ya un circuito. La mejor señal de que la cosa va bien es que nos vuelven a llamar, como en Vitoria. Esto es un signo de que funciona.
– ¿Qué tiene más dificultad para usted, dar un concierto o sacar adelante el programa?
– Complicación ninguna porque llevamos mucho tiempo. Llega un momento en el que tienes un resorte y no piensas mucho lo que vas a decir ni hacer. El cerebro se predispone y automáticamente genera una serie de hormonas que crean un estado de tensión que te permite trabajar con un estado de tranquilidad escénica. Yo disfruto mucho. Sin embargo, la tele es distinta porque es un grado de concentración diferente. Es más personal mientras que en la música es más colectivo.
– Contaba en una entrevista que el mismo día que conoció a los chicos de la banda decidió subir al escenario y cantar con ellos.
– No tengo ningún problema, no he cambiado demasiado en lo personal. Además, el factor fama te abre las puertas de muchas cosas diferentes. Por ejemplo me he dedicado a escribir y llevo siete libros. Tengo acceso a hacer cosas que otras personas no pueden. Lo más interesante es que he tenido la suerte de tener acceso a gente que admiro.
– Empezó con El Reverendo en 1975. ¿Le queda mucha cuerda?
– Para mí un escenario no es un camino de ida y vuelta, sino un espacio natural. Yo estuve 30 años sin parar con El Reverendo y si la degeneración lógica del cuerpo humano me lo permite a mí no me importa seguir subido encima de un escenario en un bar. Disfruto tocando y contando cosas. Tampoco hay necesidad de hacer grandes eventos. Antes de hacer esto con Los Insolventes sí que lo pensé. Dije: ¿Cuál es el mejor Wyoming? ¿Cómo me lo he pasado mejor? Así, pues vamos a hacerlo. No voy a renunciar a eso.
– Por su programa de televisión, usted está conectado a la actualidad política. Anda revuelto el panorama en Euskadi...
– Bueno, por un lado está bien que las cosas queden definidas sin disimulos. Yo nunca he pensado que el PP sea un partido de centro como ellos cuentan. Uno es lo que hace y no lo que dice, la realidad es la que se impone. El señor Iturgaiz dice que el señor Abascal es un hombre estupendo y que VOX debería estar unido al PP. Yo creo que son algo muy parecido.
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