Delincuencia en Euskadi

La Ertzaintza deja de arrestar en Álava a quienes esgrimen un arma blanca al ser un «delito leve»

Quedan excluidos, eso sí, los incidentes de violencia de género, violencia doméstica (la ejercida en el núcleo familiar) y los casos en los que el sospechoso carezca de domicilio conocido. Esos tres supuestos siempre desembocan en una detención, traslado a las dependencias de la comisaría de Portal de Foronda, en Vitoria, y posterior puesta a disposición del juzgado de guardia.

Tan importante variación se produce en pleno auge de las armas blancas en la capital alavesa, en particular, y en otros muchos municipios del País Vasco. Cada día, los efectivos de la Ertzaintza requisan una media de tres navajas en el País Vasco. «Demasiada gente sigue saliendo armada a las calles», advierten agentes sondeados. La Fiscalía de Álava lo achaca a un «factor cultural».

Hasta principios de este mes, al menos en la provincia, la Policía autonómica acostumbraba a engrilletar a todo aquel que intimidara con un puñal o similar a terceros, ya fuera en la vía pública o en un inmueble. Una reciente reunión en el Palacio de Justicia ha modificado el tablero. En ese encuentro capital entre miembros de la judicatura alavesa y la cúpula policial local, los primeros recordaron la férrea acotación del Código Penal, que etiqueta como «delito leve» la exhibición de un arma blanca.

Dicho de otro modo, desde ya, para que un agente pueda arrestar a una persona armada con un cuchillo o similar debe producirse antes un contacto físico, ya sea con la víctima o con alguno de los policías que intervengan en la actuación. La nueva orden interna con la que se manejan los agentes de la comisaría de Vitoria –que cubre el 75% de Álava– habla de que «el arma blanca pase de esgrimirse a ponerla en contacto a modo 'amenazante' en alguna parte del cuerpo» de la víctima.

El cambio ha sido acogido con estupor entre buena parte de la plantilla. «No parece la mejor iniciativa para atajar el creciente problema con las armas blancas. Hay que combatir la inseguridad, no invisibilizarla», estiman desde el sindicato policial Euspel.

Esta clase de altercados quedará en nada si el receptor de las advertencias decide no denunciar. Es decir, la Ertzaintza ya no actúa de oficio. «Si el ciudadano víctima decide quedarse en casa, ese atestado se archivará de modo automático cuando llegue al juzgado de guardia», desvelan medios consultados.

Pese a los controles preventivos y el endurecimiento de las sanciones administrativas por tenencia, los altercados con armas blancas no cesan en Vitoria. Desde el día 1 de agosto, por repasar los más relevantes, la Ertzaintza detuvo a un hombre que se atrincheró armado en un piso de Zabalgana, mientras que la Policía Local prendió a un veinteañero que «pinchó» en el brazo a otro joven en el polígono industrial Gamarra. «Cada día nos sentimos más solos combatiendo la delincuencia», consideran desde Euspel.