Hosteleros de Vitoria desafiaron ayer al frío y la lluvia y se concentraron al mediodía en las inmediaciones del Parlamento vasco. blanca castillo

«No se entiende que nos cierren a las 8»

Los hosteleros expresan su malestar con la restricción horaria. Algunos quieren ver en la reapertura un halo de luz pero para la mayoría «lo que nos dan son migajas»

Jueves, 10 de diciembre 2020, 03:57

La hostelería podrá reabrir el sábado pero la noticia ni mucho menos satisface a quienes están detrás de las barras. La obligación de cerrar a las ocho de la tarde «no se entiende», coinciden, y quienes no tienen terraza levantan la voz «porque sobrevivir con ... el aforo al 50% será insostenible». Y les preocupa qué pasará después de Navidad.

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  1. Senén González | Sagartoki

    «Las cenas se las han cargado y los gastos no desaparecen»

El anuncio de Iñigo Urkullu le dejó frío al dueño del restaurante ubicado en la calle Prado. «No me parece bien, llevamos más de un mes con la persiana bajada y ahora nos dejan abrir con un horario muy reducido. ¿Por qué tenemos que cerrar a las ocho de la tarde? Las cenas se las han cargado», asegura Senén González. Con lo que los ingresos «se van a resentir de manera considerable pero los gastos no van a desaparecer. Nos deben ayudar mucho más». Asume que «por preservar la salud de los vitorianos haya que tomar medidas, pero para quienes se nos perjudica tanto debería haber compensaciones».

  1. Barezi | Txapeldun

    «El daño ya está hecho. Se nos ha descuidado»

Frente al Parlamento vasco sujetaba con fuerza el cartel 'SOS Ostalaritza', pero la resignación reinaba en el discurso de Barezi antes de conocer la fecha de reapertura. «El daño ya está hecho», señalaba esta camarera del bar Txapeldun, en Cuchillería. A su juicio, las autoridades poco han hecho por el sector hasta ahora. «Se nos ha descuidado un montón. Las ayudas no llegan, pese a que estén venga a anunciarlas, y encima son muy escasas. No dan para mucho», apunta. Esta trabajadora sostiene que con el cierre de la hostelería se ha sentado un precedente peligroso al que siempre se recurrirá cuando repunten los positivos. «Tenemos mucho miedo de que nos cierren otra vez en enero. El panorama no es nada alentador», confiesa.

  1. Alicia Cortázar | Txertena

    «Esto tenían que haberlo decidido hace un mes»

Satisfecha y aliviada al poder reabrir este próximo sábado, considera que «esta decisión se debería haber tomado desde el minuto uno»; es decir, el pasado 5 de noviembre cuando se decretó el cierre de la hostelería. «Creo que se ha perdido un mes y pico donde no hemos podido trabajar», lamenta Alicia Cortázar. La responsable del Txertena, en la calle Fueros, reconocía que en su caso «yo espero poder trabajar bien pese a la limitación del aforo al 50%. Tengo comedores grandes donde pueden entrar ahora unas 200 personas».

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  1. Carlos Arroniz | Lasaiki

    «Con la persiana cerrada aún hay que seguir pagando»

El Lasaiki es un bar familiar del barrio de Lakua y tal vez esa característica es la que está salvando a la economía personal de Carlos. «Aquellos que tienen gente contratada a su cargo están totalmente hundidos», apunta este hostelero que ha visto cómo las ayudas que ha solicitado al Gobierno vasco y al Ayuntamiento han vuelto con el sello de denegadas. «Pese a tener la persiana echada hay que seguir abonando la cuota de autónomos y estamos con el agua al cuello en el pago de proveedores y facturas. Esas no las perdona nadie», lamenta. «Cierran los bares para que no haya aglomeraciones y el pasado fin de semana era agobiante pasear por el centro de la ciudad. Daba miedo acercarse a la bola de Navidad gigante de la plaza de la Virgen Blanca», lanza.

  1. Álvaro Tobalina | Andere

    «Aunque dejen el 100% en las terrazas, aquí no es negocio»

Con sensación agridulce recibió la noticia de boca del lehendakari «porque vale que nos permitan abrir y al 50%, pero por qué solo hasta las ocho. Vamos a perder las cenas de Nochebuena y Nochevieja». El dueño del restaurante Andere, en la calle Gorbea, tampoco cree que permitiendo el 100% de aforo en las terrazas «se nos ayude mucho al sector. Esto es Vitoria, no Andalucía ni Canarias. Aquí no se hace negocio. Hasta febrero o marzo casi todos los días serán de lluvia y frío». Por eso Álvaro Tobalina considera que el Gobierno vasco, con su decisión, «nos está dando migajas para intentar calmar a la gente» en Navidad. «Insuficiente».

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  1. Fernando | El Paso Dos

    «Si nos vuelven a cerrar, a mí me matan»

Los dueños de El Paso Dos, en la calle Pedro Orbea, se jubilaron en verano después del golpe de la 'primera ola' del Covid. El relevo lo cogió su empleado Fernando que apenas un mes después tuvo que sufrir el cierre de la hostelería por parte del Gobierno vasco. «Si nos vuelven a cerrar, a mí me matan», confiesa con notable desesperación ante el actual panorama. «La cosa está muy, muy jodida. Yo no tengo hijos, pero conozco a hosteleros que sí y casi no les da ni para alimentarse», plantea.

  1. Luismi Varona | Dublín y Le Basque

    «Muchos nos planteamos si así sale rentable abrir»

Reconoce que cada negocio «es un mundo» pero piensa en el ocio nocturno «al que están matando» o en los bares de la Cuchi que «no tienen terraza y el aforo interior al 50% les permite meter apenas diez clientes» y Luismi Varona se teme lo peor. «Muchos nos estamos planteando si nos sale rentable abrir», añade el patrón del Dublín, en la Virgen Blanca, y Le Basque, en la plaza del Machete. Porque entran en juego diferentes factores. «Hay que sacar al personal del ERTE. Si estás de alquiler has podido negociar con el casero una cosa mientras dura el cierre que igual no vale ahora». Con lo que reabrir así «puede ser una trampa». Lo importante «no era cuándo volver a trabajar sino cómo. Si en verano con más horario y mejor clima ya perdíamos dinero, ahora ni te cuento».

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  1. Jony | Akotz

    «Ya daba igual una semana más o menos de cierre»

Cuando el Akotz bajó su persiana el 6 de noviembre, su dueño colgó un cartel felicitando «por si acaso» la Navidad a quienes paseasen por la plaza de la Provincia. El vaticinio cargado de ironía no ha ido muy desencaminado. «Ya daba igual una semana más o menos de cierre», lamentaba Jony. A su parecer, la decisión de las autoridades de clausurar el sector supuso un golpe a la línea de flotación de miles de familias y se tomó sin tener en cuenta cuáles eran realmente sus consecuencias. «Ellos sólo ven a la persona que está detrás de la barra y no a quienes nos surten», denuncia.

  1. Txus Tejado | Virgen Blanca y El Siete

    «Esto ha provocado la ruina en muchos casos»

No hace falta preguntarle. La indignación es evidente en Txus, dueño del restaurante Virgen Blanca y también de El Siete en Cuchillería. «¿Qué pasará cuando haya más brotes? ¿Quiénes van a ser los sacrificados? Los hosteleros ya conocemos la respuesta porque los gobernantes no son conscientes de la situación de ruina que han generado en muchos casos. No es una frase hecha. Muchos se han arruinado y seguramente no puedan volver a abrir, su economía personal está comprometida. Lo de menos es no tener ingresos, ya que el montón de las facturas siguen acumulándose en el buzón», evidenció. Él cree que las decisiones que toma el Gobierno vasco ni siquiera se consultan con el sector, lo que en el cierre de hace un mes se tradujo en desperdiciar «toneladas» de género. Ahora se puede reabrir a partir del sábado y Tejado cree que puede haber falta de productos frescos en las neveras durante las primeras jornadas.

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  1. Mikel Fiestras | La Regadera

    «Es una manera de decir que no somos los culpables»

Se llevó una sorpresa «agradable» porque era pesimista y «bien pensaba que no nos iban a dejar abrir todavía». Mikel Fiestras cree que «esto nos permite coger un poco de aire en un año que está siendo muy complicado». Pero añade que «es necesario que las ayudas empiecen a llegar de una vez por todas» y que la gente «se conciencie de que hay que respetar las normas». En este sentido, el 'alma mater' de La Regadera, en la calle Dato, apunta que «nuestro sector está cumpliendo» y la decisión del Gobierno «es una manera de decir que no somos culpables, algo que la gente ya nos ha dejado claro este mes con sus muestras de apoyo».

  1. Rafa | La Riojana

    «¿Por qué toman decisiones un miércoles a las ocho?»

Rafa acudirá a la manifestación del sábado sin pensárselo dos veces. «Nos llevan fastidiando cuatro meses», subraya. «¿Quién asesora al Gobierno vasco? ¿Por qué toman decisiones un miércoles a las ocho de la noche? Es complicadísimo abrir un fin de semana con tan poco margen», cuestiona, aunque admite que cualquier avance en la reapertura de la hostelería es «bienvenido». «Tampoco se nos tiene que olvidar que esto es Vitoria, con inviernos fríos y húmedos, así que habrá que entrar dentro de los locales. Y no nos vamos a engañar, la gente va a tener miedo por mucho que nosotros nos hayamos asegurado que se cumplan con las medidas de seguridad», plantea.

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  1. Michel Sagredo | El Pregón

    «Nos dan una oportunidad pero necesitamos ayudas»

Prefiere ver la botella medio llena y se toma la reapertura de la hostelería como «una oportunidad para volver a trabajar y contribuir a que la economía se mueve». Eso sí, Michel Sagredo tiene claro que «no será suficiente si no recibimos las ayudas o si no se aceleran los permisos para poder instalar terrazas o colocar cerramientos». El dueño de El Pregón, en la plaza de la Provincia, tiene claro que «la curva de contagios no sube por los bares y restaurantes» y confía en que «todos seamos cuidadosos, no solo cuando consumamos sino también durante todo el día».

«Queremos garantías de que podremos seguir trabajando», dice Gasteiz On

El anuncio del lehendakari Urkullu para la hostelería le parece «insuficiente» a Josune Menéndez, dueña del Erkiaga, en la calle Herrería, y representante del sector en Gasteiz On. «Me pregunto por qué tenemos que cerrar a las ocho si el comercio lo hace más tarde y el toque de queda es las diez». Con el aforo también limitado al 50%, «no creo que podamos trabajar a más de un 20% de media» con respecto a la situación previa al Covid. «Y eso supone mucha pérdida».

Pero a Menéndez le preocupa no solo el presente sino también el futuro inmediato. «Necesitamos que el Gobierno nos dé garantías de que vamos a poder seguir trabajando», de que si hay un nuevo repunte de contagios tras la Navidad «otra vez vamos a pagar los hosteleros con el cierre de nuestros negocios». Porque así «es muy difícil hacer inversiones o plantearte proyectos de ampliación o de contratar personal». Cifra en 1.500 los bares y restaurantes en Vitoria «y un tercio, alrededor de 500, pueden estar en peligro».

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