Los empresarios piden a las instituciones una respuesta «contundente» para atraer talento

Según datos de SEA, el 20% de las compañías de la provincia prevé aumentar su plantilla en los próximos meses para hacer frente al aumento de pedidos y acabar de superar los duros baches que han supuesto la pandemia y la posterior «visión pesimista» de los mercados. En ese reto de atraer nuevos profesionales, defendió Gómez, también resultarán «decisivos» otros aspectos como la oferta cultural, educativa y sanitaria para acabar de convencer a esos «alaveses del futuro». Así que, en resumen, hay tarea pendiente en todos los escalones de la administración pública.

Un camino que en principio será «ilusionante», pero que en ningún caso resultará sencillo porque el territorio se encamina hacia un «invierno demográfico» por la jubilación del 25% de profesionales -la generación del 'baby boom'- durante la próxima década. «Vamos a necesitar 33.000 nuevos trabajadores para sustituirlos, un relevo que las previsiones actuales de crecimiento (de población) descartan», evidenció Pascal Gómez. Por eso, y aprovechando la próxima constitución de los gobiernos municipales y forales y la convocatoria de las elecciones generales para el 23 de julio, reclamó a los futuros mandatarios que doten a Álava, y por ende a Euskadi, de «una fiscalidad justa que nos permita competir en igualdad de condiciones» con otras provincias y una «estabilidad política que allane el camino y nos facilite el trabajo». En otras palabras, sugirió que se debe huir de las posiciones políticas que defienden aumentar la presión impositiva sobre las compañías, cuando ya aportan más de mil millones a la Hacienda foral a través del IRPF y Sociedades.

«Las administraciones públicas pueden ayudar en la generación de marcos estables y atractivos para el desarrollo de proyectos, además de trasladar a la opinión pública un mensaje sobre la importancia de la empresa como pivote sobre el que se sustenta el bienestar», consideró en su intervención ante cerca de 250 afiliados y un nutrido número de representantes políticos y sociales. «Sin más empresas, más progreso y más bienestar no hay futuro porque las empresas somos el futuro del país», remató.

Si el mensaje del líder de SEA hace un año se centró en la necesidad de acelerar la llegada de esos fondos europeos que prácticamente se presentaron como la panacea ante la crisis, este viernes mostró su disgusto porque sus demandas finalmente no se cumplieron. Porque están llegando, sí, pero lo están haciendo con «cuentagotas». Para el presidente de la patronal alavesa, este dinero que llega desde Bruselas no ha supuesto «ni mucho menos el salvavidas al que asirse ante la imposibilidad de recuperación que han sufrido centenares de empresas».

«No esperemos soluciones de fuera», declaró resignado. En ese punto echó mano de otro sondeo por el que se conoce que el 60% de las compañías del territorio histórico reconocen que han necesitado acceder a créditos bancarios y financiación externa para superar estos baches y el 54% de ellos era con el básico objetivo de «crecer, hacer frente a las necesidades del mercado y, de esta manera, generar empleo». «La empresa, independientemente de su fortaleza, es sensible a los cambios, y en la medida de lo posible, la tenemos que ayudar y proteger. En este punto es donde las administraciones públicas pueden ayudar en la generación de marcos estables y atractivos para el desarrollo de las mismas», añadió.

En la misma línea, el lehendakari, Iñigo Urkullu, defendió que hay que «apostar de verdad» por la juventud para evitar esa temida 'fuga de cerebros' que en los próximos años deberán cubrir las jubilaciones de la generación del 'baby boom'. «Es fundamental crear las condiciones necesarias para que puedan desarrollar su vida personal y laboral en Euskadi. Tenemos talento. Están preparados y más que las generaciones anteriores. Apostemos por la juventud. Hagámoslo de verdad. No es una apuesta arriesgada, es una garantía de éxito», demandó a los empresarios.

En ese recorrido de cara al futuro, Urkullu abogó por seguir por el camino de la colaboración público-privada. «Debemos insistir en lo que nos ha ido bien. Animo a quien esté pensando en poner en marcha un negocio a que lo haga. Es arriesgado y el camino será complicado, lo sabemos. Pero el esfuerzo merece la pena. Las instituciones, por supuesto, estaremos de vuestro lado».

El lehendakari abundó en el compromiso empresarial, que surge de «una decisión valiente». «Emprender significa aceptar la incertidumbre como compañera de viaje. Asumir una responsabilidad personal y profesional con la que convivir cada día. No es sencillo, pero es imprescindible para nuestra sociedad. El progreso y el bienestar de Euskadi, nuestro futuro, necesita personas que pongan en marcha pequeñas, medianas y grandes empresas. Personas que den un paso adelante», invitó Urkullu, quien resaltó cómo se están recuperando niveles previos a la pandemia con un crecimiento económico del 2,3% y del 6,3% en las exportaciones del primer trimestre.