Proyectan plantas hidroeléctricas para almacenar energía en Vitoria y Badaya

Se trata de un sistema de tuberías y estanques que aprovecha los desniveles geográficos para generar energía a través de la precipitación de agua y el movimiento de las turbinas. La diferencia con una presa convencional es que, cuando no existe demanda o se está en una 'hora valle', la energía se aprovecha para devolver el agua a la parte más elevada creando una especie de circuito cerrado que podrá enchufarse a la red cuando se dispare la demanda.

La fuente de energía más potente es la que esta compañía aragonesa desea colocar en la capital alavesa y contaría con una capacidad de almacenamiento de 14,65 gigavatios hora. La segunda, que ha adoptado el nombre Subijana-Morillas, alcanzaría los 11,25 GWH y aprovecharía los desniveles de Badaya y sus tuberías evacuarían el agua al embalse de Ullibarri-Gamboa tras cruzar las cuadrillas de Añana y Gorbeialdea. Entre ambas sumarían 25 gigavatios hora, por lo que Álava se coronaría como una gran 'batería' de energía que serviría para cubrir la demanda de más de 10.000 hogares.

Estos proyectos se encuentran en una fase muy primaria. Atalaya Generación acaba de entregar la documentación al Ministerio de Transición Ecológica para iniciar la evaluación ambiental y, a partir de ahí, se determinará cuál es su afección. Por sus dimensiones y su potencia, los técnicos de la cartera que dirige Teresa Ribera serán quienes calculen cómo afecta esta iniciativa a la flora y fauna alavesa. Pese a que no dependa de ellos, portavoces del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco -cuya titular es Arantxa Tapia- aseguraron que «no les gusta» el proyecto. Una postura similar que ya han manifestado algunos alcaldes de la zona.

Representantes de Atalaya Generación rechazaron explicar a este periódico en qué consisten estas dos centrales hidroeléctricas de bombeo o aportar más detalles de los que aparecen en la escueta notificación entregada al Ministerio. En cualquier caso, esta compañía no se juega su futuro a una sola carta e impulsa de forma simultánea una veintena de proyectos de este tipo en diferentes puntos de España, entre los que se incluye uno denominado El Batán -con una potencia de 2.160 megavatios- en Navarra.

Una vez más, Álava vuelve a ser objeto de deseo para las empresas energéticas. Sobre el territorio histórico sobrevuelan seis proyectos para instalar parques eólicos -tres a través de la sociedad público-privada Aixeindar y otros tantos de inversores particulares- y hace un año se registró un chaparrón de ofertas para hacerse con fincas agrícolas en la zona de la Llanada para instalar huertos solares. Una fiebre de las renovables como consecuencia de la Ley de cambio climático que establece que para 2030 -dentro de tan sólo siete años y once meses- se debe alcanzar una tasa de penetración de las renovables del 42% cuando ahora apenas se acerca a un 7% en Euskadi.