El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, confesó este viernes que está «sorprendido» porque el concejo de Mendiola continúa con los trámites para derribar la cruz que corona el monte de Olárizu. El regidor aseguró que el monumento es parte de «nuestra cultura, tradición y comunidad» ... más que un símbolo religioso y menos aún político. «No puedo entender que siendo un símbolo que nos une haya gente empecinada en querer retirar la cruz. ¿Qué se gana quitando ese monumento, ese símbolo? ¿A cuántas personas van a herir su sensibilidad religiosa y cultural? Les pido sentido común y respeto a los vitorianos y a una tradición que forma parte de nuestra historia y cultura», lamentó.
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Tal y como defiende el grueso de los historiadores locales, el regidor negó que la cruz tenga relación con el Movimiento franquista e incluso recordó que «fue impulsada por tres familias nacionalistas», en referencia a Emilio de Apraiz, Gerardo López de Guereñu y Luis Sáenz de Olazagoitia. «Lo que pretendían era conmemorar un evento religioso», explicó.
«Yo no cuestiono que los terrenos en los que se ubica la cruz de Olárizu son de la Junta Administrativa de Mendiola. Pero ese monumento ni es de ellos ni del Ayuntamiento, es de todos los gazteitarras. Ya es algo más que un símbolo religioso», subrayó Urtaran, quien recordó cómo en septiembre se sube en romería hasta la cima. «Aquí hay pocas que logran hacer comunidad, pese a que seamos altos, bajos, rubios, morenos o tengamos la ideología que sea. Olárizu nos une como vitorianos», defendió el gobernante del PNV. A su parecer, las ciudades del siglo XXI tienen que ser plurales y diversas pero respetando «nuestras raíces europeas y que están ancladas en nuestras familias» y no se olvidó de que la izquierda abertzale «en algunas ocasiones ha impulsado acciones contrarias» a este monumento.
El propio Urtaran adelantó el jueves en este periódico que no aceptará ningún permiso de derribo para esta cruz por no existir un interés general. Este viernes, sin embargo, no quiso valorar a quién corresponderían los trabajos de mantenimiento y conservación del monumento si el concejo finalmente decide incluirlo dentro de su inventario de bienes y derechos. Una decisión que tomarán los vecinos que acudan este domingo a las seis de la tarde a la asamblea que se ha trasladado a la Casa Vieja del concejo, pese a que en un principio se pidió permiso al párroco y se había programado en el interior de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. La Junta Administrativa ha solicitado que se confirme asistencia con dos días de antelación, por si es necesario buscar un espacio exterior para cumplir con las normas de aforo necesarias para controlar el Covid.
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