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Ni 'Gerard', primero, ni 'Fein', después, han conseguido llenar los pantanos alaveses, que se mantienen a estas alturas del calendario -cuando otros años se habían abierto una o varias de sus compuertas-, por debajo de su nivel habitual. En concreto, Ullibarri se encontraba este miércoles ... al 67,8% de su capacidad, mientras que Urrunaga superaba ligeramente el 69,4%, muy lejos de la altura que suele alcanzar el agua en estos pantanos -por encima del 80%- por estas fechas. En casi una década no se habían registrado tasas tan bajas (la anterior fue en 2020, y pasaba del 70%) y eso que el paraguas apenas se ha quedado en casa en las últimas semanas. La delegada de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en Euskadi, Margarita Martín, lo ve claro: «No es que no haya llovido en enero, sino que esto es consecuencia de lo que dejó de llover el pasado otoño».
Los pantanos alaveses arrastran hoy la escasez de precipitaciones que sufrió 2022, el ejercicio más seco y también el más cálido en un siglo, con meses como julio en los que no cayeron ni dos litros de agua por metro cuadrado en Álava. Y aquella sequía se nota todavía en unos embalses que comienzan a recuperar metros cúbicos -hace una semana ni siquiera llegaban al 60% de su capacidad- alimentados por un enero «muy húmedo». No se nota en Ullibarri ni Urrunaga pero sí en el pluviómetro que Aemet controla en el aeropuerto de Foronda y que desde que arrancó el año hasta el pasado martes había sumado 108,1 litros por metro cuadrado, más del doble que la media para este periodo (48). «Es mucho para este mes y se encuentra muy cerca de la máxima histórica», reconoce Martín, con el récord de 125 litros anotado en este punto.
Pero las lluvias y el deshielo de la nieve -mucha sigue acumulada en las zonas a mayor altura, como los puertos- no han aliviado del todo a los pantanos alaveses que, otros años, en 2022 sin ir más lejos, miraban de reojo a las inundaciones que anegaban el territorio. La previsión es que los próximos días estén pasados por agua, vuelvan las nevadas -el aviso amarillo por este fenómeno sigue activado por ahora hasta el viernes- y, advierte la delegada de Aemet, haga incluso «más frío», pero no existe ningún pronóstico que haga pensar en que los embalses vayan a llenarse hasta arriba. Euskalmet, de hecho, anuncia más precipitaciones para este jueves -con mayor abundancia en las costas vizcaína y guipuzcoana- y espera que la cota de nieve baje de los 800-900 metros marcados para las primeras horas hasta los 600-800 según se acerque el final de la jornada. El viento, además, soplará por momentos «con rachas fuertes». La mínima se quedará en la capital en positivo (1º) aunque tocará abrigarse ya que la máxima no subirá de los 4 grados.
El viernes será otra «jornada de chubascos» -de nuevo con más fuerza cuanto más cerca del litoral- y con ambiente «frío» en Álava, que verá cómo la cota de nieve sigue en descenso hasta quedar en torno a 400-600 metros en la segunda mitad del día. Euskalmet destaca que «el viento de componente Norte será intenso por momentos», lo que provocará que la sensación térmica caiga algún grado más. En el termómetro de Vitoria se prevé una máxima de 3º y una mínima de 0º. Las últimas noches han resultado incluso más gélidas en la provincia, que en la madrugada del miércoles arrojó valores bajo cero en la mayoría de las estaciones meteorológicas. En Herrera, con el récord, tiritaron a -5,4º, en Kapildui cayeron hasta los -4,6º y Roitegi se heló a -3,9º.
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