Ekologistak Martxan denuncia «incumplimientos» ambientales en la planta de TMB de Júndiz

Según sostiene la asociación alavesa, la UTE Biocompost de Álava -una unión temporal de las empresas FCC y Cespa Conten- alcanzó un grado de cumplimiento «bajo» en su autorización ambiental, sinónimo de que «existe algún incumplimiento clasificado como significativo/severo o un cúmulo de incumplimientos de las condiciones de autorización». Es ese mismo grado el que ha obtenido en más de una ocasión el vertedero de Gardelegi, operado directamente por el Consistorio.

Hasta ahora el grado de cumplimiento había sido «medio», justo en el centro de las cinco categorías que establece Medio Ambiente en sus evaluaciones cada vez que visita una instalación. El examen que critica Ekologistak Martxan tuvo lugar en 2023 y en él se detectaron deficiencias en ocho de las doce materias analizadas por el Ejecutivo autonómico.

Andrés Illana, portavoz del colectivo ecologista, se ha mostrado muy descontento con el hallazgo de esos «incumplimientos». «Es inaceptable que en pleno siglo XXI, empresas como la UTE Biocompost de Álava operen bajo tales niveles de negligencia ambiental. Las autoridades deben tomar medidas contundentes para frenar estos abusos y proteger el entorno y la salud de las personas», ha afirmado en unas declaraciones difundidas por Ekologistak Martxan.

En su comunicado, la plataforma afea a la empresa responsable de la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) de Júndiz su «falta de responsabilidad» y alerta de que esos incumplimientos medioambientales suponen «una amenaza directa al bienestar de las poblaciones cercanas».