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Esta semana se cumple un mes de las históricas tractoradas en Álava. Medio millar de agricultores y ganaderos araron su rabia en las calles de Vitoria. Las protestas han seguido y en estos últimos siete días se han producido nuevas convocatorias, con menor seguimiento, ... y en las que se evidencian grietas en un colectivo en el que una plataforma de independientes está cosechando adeptos. Edurne Basterra, presidenta de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA), la principal organización del primer sector, analiza la situación y reflexiona sobre cómo ha de canalizarse tanta tonelada de frustración.
- En las tractoradas, muchos agricultores insisten en subrayar que no pertenecen a la UAGA sino a una plataforma de independientes. ¿De dónde cree que viene esa desafección con su agrupación?
- No ahora, pero quizás UAGA había estado un poco dormida. Por eso nosotros entramos en esta ejecutiva, porque queríamos que UAGA volviera a ser el referente del sector agroganadero alavés. La gente, viendo todo lo que hay en Europa, piensa que hay que salir a la calle sí o sí. Y nosotros lo que decimos es que hay que salir a la calle pero siempre y cuando tengas las cosas claras, con un objetivo definido.
- Ha habido varias protestas que la UAGA no ha secundado.
- Es que hay que dar tiempo a las instituciones para trabajar. Y eso quizás es lo que más se nos ha criticado y lo que consideran que ha sido el fallo de UAGA. Nosotros hemos tenido reuniones constantes: el día 9, el día 13, otra el día 19...
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- Después de una de esas reuniones, tras la tractorada histórica de hace un mes, usted salió del Palacio foral increpada, entre abucheos e insultos de los propios agricultores...
- Pero esa no fue la mayoría. Ya se sabe que aquí el que más grita es al que más se le oye, aunque no tenga razón. Yo salí muy tranquila de esa reunión. Que nos recibiera el diputado general fue un comienzo y es un logro que se nos escuche. A partir de ahí, la gente es muy libre de pensar y hacer lo que quiera. UAGA se comprometió en esa reunión a hacer un trabajo. Y Diputación se comprometió al mismo trabajo. Hay que dar tiempo. Se nos ha criticado desde las bases, nos dicen que tenemos que salir a la calle. Perfecto. Yo admito todas las críticas, siempre y cuando sean constructivas. Y si estamos aquí es para escuchar a las bases, porque hasta ahora no se les había escuchado.
- ¿Percibe un clima de ruptura? ¿Teme que pueda surgir otra organización agraria después de estas protestas?
- Nosotros siempre vamos a fomentar la unión del sector. Nosotros hemos hecho llamamientos a los movimientos independientes para juntarnos para hacer estas movilizaciones. Lo que hagan ellos, se escapa de mi mano y no lo puedo controlar. Si se crea uno, dos o tres sindicatos, pues más vamos a trabajar. Los profesionales de este sector tienen que tener claro a dónde vamos.
- Buena parte de los agricultores que secundan las movilizaciones aseguran no sentirse representados por la UAGA actual y les acusan abiertamente de estar politizados.
- ¡Estoy un poco cansada ya de eso! El argumento ese de que se está politizando el sindicato es una manera de desprestigiarlo. Y yo no voy a permitir que se nos desprestigie.
- Pero hay muchas personas que opinan así. Incluso antiguos afiliados.
- Cuando nos presentamos en esta candidatura, éramos muy radicales. Ahora resulta que vamos de la mano del partido gobernante. Va a terminar la legislatura y acabaremos siendo de la extrema derecha. Yo no tengo ningún carné que avale que sea de ningún partido político. Puedo decir que estoy limpia. Si nos tienen que criticar, que se nos critique por el trabajo que estamos haciendo. Pero no por el color y las siglas de cada uno de nosotros.
- Un mes después de la gran tractorada, ¿cómo están los ánimos en el sector?
- La gente está ahora como muy efervescente, quiere salir, quiere protestar, pero ya veremos qué pasa de aquí a uno o dos meses.
- ¿Hasta cuándo cree que deberían alargarse las movilizaciones?
- Todas estas movilizaciones tienen que tener un objetivo. Hay cosas que va a ser imposible cambiar y es imposible estar todos los días en la calle. Las políticas de Europa van despacio. Nosotros no tenemos la varita mágica para poder cambiarlas. Ni tampoco el Gobierno vasco, ni la Diputación aquí en Araba. Hay que dejar trabajar. No podemos estar tres meses protestando con los tractores en la calle. Están muy bien las tractoradas pero siempre tienen que ir acompañadas de trabajo en los despachos y en la oficina.
- ¿Cómo es la relación con la Diputación?
- La comunicación es buena y el trato, también. No puedo decir lo contrario. Se ha mejorado muchísimo. Llegaron con muchas reticencias y ahora se están limando asperezas.
- En la actual estructura foral, el sector ya no cuenta con un departamento foral propio. ¿Percibe que se les ha relegado?
- Eso es lo que hemos pedido por activa y por pasiva tener un departamento propio de Agricultura y Ganadería. Nos han encorsetado. Estamos entre sostenibilidad y medio ambiente, ahí en medio, como un sándwich. El diputado general nos dijo que él quería darle valor e importancia a la agricultura, pero la realidad es que vemos que, en los presupuestos, la mayor partida de dinero va para medio ambiente.
- ¿Por qué un agricultor alavés tarda más tiempo en cobrar la PAC que uno de Castilla y León?
- Lo que se nos dice desde el Gobierno (vasco) es que están teniendo muchos problemas con los nuevos programas informáticos y también que, según la normativa de Europa, no pueden pagar nada hasta que no se hagan todos los controles y estén todos los informes cerrados.
- Pero las normas europeas son iguales para un catellanoleonés que para un alavés. ¿Acaso es que los técnicos del Gobierno vasco y la Diputación las aplican aquí con más celo?
- Igual es que en otras comunidades son más permisivos y aquí son más papistas que el Papa. Pero lo que se nos dice desde el Gobierno (vasco) es que hay pocos expedientes ya pendientes y que van a intentar que esta normativa se cambie desde Europa.
- Este asunto hace referencia a la 'burocracia extrema' que denuncian en el sector como uno de los más acuciantes.
- Es que no puede ser que para tramitar una ayuda de oficio luego te pida un montón de documentación más para poder cobrarla. Pero bueno, creo que no solo pasa en este sector. El exceso de burocracia a la hora de recibir ayudas es algo generalizado.
- A eso se le suma el nuevo cuaderno de campo digital...
- Y el resto de la burocracia del día a día: se nos exige que todo tenga una trazabilidad. Se nos están poniendo más papeles en la mochila, más peso. Eso hace que, al final, no te puedas dedicar a lo que te tienes que dedicar a lo tuyo: a las fincas y al ganado.
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