Eduardo Donato, el 'artesano del jamón' que enfadó a Bardem en San Sebastián

«Mi amistad con Eduardo Donato, el romántico productor de jamones en la Serranía de Huelva a partir de una estirpe de cerdo ibérico en peligro de extinción, me ha llevado a verme envuelto en un lance más propio de las películas de Berlanga que de las de Bigas Luna, al que se pretendía homenajear». Con estas palabras resume Ramón Jiménez Fraile una de las escenas más virales del Festival Internacional de Cine de San Sebastián: el tenso momento que protagonizó el sábado con Javier Bardem durante un homenaje al fallecido director catalán. El actor descargó su monumental enfado sobre el periodista e historiador vitoriano, que acudió al acto para acompañar a su amigo, «que no es un empresario al uso, sino un auténtico artesano del jamón», explica en conversación telefónica con EL CORREO. «Quise interceder ante lo que Bardem calificó como 'una encerrona' y apagar el fuego que quizá se generó por un malentendido. Todo se hizo de buena fe pero, al final, dirigió su disgusto hacia mí».

Jiménez Fraile lamenta que esa escena desviara el auténtico foco de atención sobre lo que, simplemente, pretendía ser «un sencillo acto con el que mi amigo quiso cumplir un deseo del fallecido Bigas Luna», subraya. Para hallar el origen de este encuentro, su intrahistoria, hay que viajar en el tiempo más de una década. «Hace unos doce años, el director catalán presentó en sociedad unos vinos de una finca suya de Tarragona. Lo hizo con el jamón de Eduardo Donato, su amigo tarraconense, cuya historia le había enamorado. Antes de fallecer, Bigas Luna le pidió a Eduardo que los intérpretes de su película 'Jamón, jamón' -Javier Bardem, Penélope Cruz y Jordi Mollá- conocieran algún día ese manjar», detalla el periodista alavés. «Es una historia muy bonita, documentada con recortes de prensa», agrega.

Luna falleció en 2013. Tras su pérdida, aquellas palabras no abandonaron a Eduardo Donato, que siempre quiso cumplir ese deseo. Mientras esa oportunidad llegaba, él seguía trabajando en el sector jamonero. «Él abandonó su tierra natal y una carrera de éxito para vivir en contacto con la Naturaleza. Nunca se ha movido por el afán de lucro. La venta de su limitadísima producción -alrededor de 200 jamones anuales- le permite apenas mantener la dehesa tal y como la encontró. Fue Bigas Luna el que se fijó en él y no al revés», apostilla Jiménez Fraile.

La empresa, 'Jamones Ecológicos de Jabugo', también conocida como 'Dehesa Maladúa', es una pequeña firma familiar pionera en la producción certificada ecológica (bio) de jamón ibérico de bellota y otros productos del cerdo ibérico puro, con arreglo a una tradición ancestral. Sus piaras de cerdo ibérico viven en libertad todo el año en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva), en un ecosistema formado por dehesas de encinas, alcorques y quejigos declaradas en 2002 Reserva de la Biosfera por la Unesco. «La genética de nuestros ejemplares de cerdo ibérico y su crianza en régimen de montanera hacen de nuestros productos un lujo exclusivo y saludable», detalla la empresa en su página web. Al margen del cerdo ibérico tradicional, 'Dehesa Maladúa' cría cerdos ibéricos de la estirpe 'Manchado de Jabugo'. Éstos dan lugar al exclusivo jamón 'Estirpe Manchado de Jabugo', considerado el más caro del mundo, como acreditó hace unos años un récord Guinness. En 2021, por ejemplo, se pagaban cerca de 4.100 euros por pieza. Ese precio se debe, como decíamos, a las características de las piaras, así como al estilo de vida de los animales que encarecen el proceso y limitan la producción.

«A Eduardo, elaborar esos jamones le lleva unos diez años. Mientras él seguía centrado en su dehesa, mantenía firme su propósito de cumplir esa voluntad», señala Jiménez Fraile. «Betty, la hija de Bigas Luna, realiza tributos a la figura de su padre. Y el paso del tiempo quiso que, a través de intermediarios, se pudiera contactar finalmente con Bardem y propiciar ese acto junto a ella».

La víspera de lo que acabó siendo un 'mediático' acto, Eduardo Donato tuvo la oportunidad de reunirse en Madrid con otro de los integrantes del trío protagonista: Jordi Mollà; momento que quedó inmortalizado en imagen. «Al día siguiente, estaba prevista la cita con Javier Bardem», desliza Jiménez Fraile. La reunión se desarrolló en dos actos. «Primero hubo un encuentro en una 'suite' del Hotel María Cristina. Fue un acto íntimo, en el que todo el mundo iba con buena voluntad y un respeto máximo; un sentimiento que guió en todo momento este homenaje. Pero, dado que fue íntimo, no voy a decir nada al respecto de lo que pasó en el ámbito privado», insiste el historiador alavés, que tampoco quiere desvelar si, tal y como se rumorea, Bardem aceptó llevarse como regalo una de esas 'delicatessen' jamoneras que produce Donato.

El 'problema' surgió apenas unos minutos después de ese primer encuentro privado, cuando la comitiva se dirigió a la planta baja del hotel donostiarra para acceder a uno de sus salones. Allí habían sido convocados los medios de comunicación, que esperaban asistir a un sentido homenaje con Javier Bardem y Penélope Cruz, que no asistió, con la presentación del jamón 'Edición especial Bigas Luna'. El actor, indignado, se dirigió a los periodistas para comunicar que «por respeto a Bigas Luna y su familia me he presentado», aunque recalcó que se había «enterado de esto hace tan solo dos minutos. Y esto se llama encerrona. Esperábamos que esto fuera un acto íntimo de verdad. Es lo que habíamos manejado». Lo que aconteció después ya ha pasado a formar parte del anecdotario del certamen cinematográfico.

«Pese a ese momento que me tocó protagonizar en un intento por dar la cara por mi amigo, me alegro de que Eduardo haya podido cumplir el deseo de Bigas Luna al haberse reunido estos días con Jordi Mollà y Javier Bardem», reconoce Jiménez Fraile.

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