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La renuncia del Gobierno vasco a mantener vivo su proyecto para explorar el subsuelo alavés en busca de gas es «una grata noticia, una decisión ... correcta, normal y lógica», celebraba ayer el colectivo Ekologistak Martxan. Su portavoz, Andrés Illana, tiene claro que con el pronunciamiento del Ejecutivo de Lakua la batalla por hacer sondeos en busca de hidrocarburos «se acaba aquí definitivamente, no tiene más recorrido». Cree que, «igual que el proyecto del embalse de Barrón», el del gas alavés «hay que guardarle en un cajón».
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Pero Illana cree que el Gabinete Urkullu tiene que dar otro paso, «finiquitar» la sociedad pública Shesa. «Es absurdo mantener una empresa de hidrocarburos, tiene que desaparecer ya», dijo tajante. También reprocha al Gobierno vasco «la absurda tensión en la que nos han mantenido, no tiene sentido. Han tenido a buena parte de la sociedad alavesa sometida a un estrés que no nos llevaba a ningún sitio. ¿Para qué quieres explorar si hay gas si no vas a poder extraerlo?».
El voto del PNV a favor de la Ley de Cambio Climático el jueves en el Congreso de los Diputados «nos había dejado descolocados cuando habían dicho que se abstendrían», reconoce Illana, pero el cambio radical de planes a apenas 24 horas «no sabemos muy bien a qué se debe, pero lo cierto es que no les quedaba otra» salida. El portavoz de Ekologistak Martxan recordó también las «grandes manifestaciones en contra del fracking» para apuntar que «mantener este proyecto del gas sobre la mesa era del todo absurdo».
Por su parte, el regidor vitoriano, Gorka Urtaran, fue muy conciso respecto al giro de 180 grados del Ejecutivo de Lakua y se limitó a recordar ayer que «como alcalde defiendo a Vitoria y nuestro Plan General», y aseguró que la Ley de Cambio Climático, que prohíbe de forma expresa la extracción de gas, «refuerza nuestras posiciones».
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EH Bildu, por su parte, reaccionó con mayor satisfacción. «Es un día de alegría. El Gobierno vasco y el PNV han cedido y se han visto obligados a abandonar este intento que estaban haciendo contra la opinión de una amplia mayoría», afirmó el parlamentario Mikel Otero, que recuerda «el dinero público gastado».
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