Armas en Euskadi

Los dueños de un arsenal ilegal de armas en un garaje de Amurrio se libran de la cárcel

Y es que el juicio señalado para esta mañana ha durado más bien poco. Debido al acuerdo de conformidad alcanzado antes de la vista oral entre los abogados de estos implicados -había un tercero que falleció el lunes por causas naturales- y la Fiscalía de Álava. A cambio de evitar el ingreso en prisión, ambos procesados han aceptado los cargos de tenencia de armas y tráfico de drogas. Esa confesión, unida a que los dos siguen tratamientos de desintoxicación, les ha evitado ir a la cárcel de Zaballa.

A cambio, el supuesto cabecilla ha sido condenado a un global de cinco años de prisión (tres años por un lado y dos por el otro) que no cumplirá a cambio de varias exigencias: no volver a delinquir hasta 2029, seguir con su plan de desintoxicación y pagar una multa de 25.099 euros. Ya estuvo en prisión preventiva un año y diez meses cuando efectivos de la Ertzaintza le capturaron en julio de 2020 porque en aquella época se encontraba en tercer grado penitenciario.

Su compinche, por su parte, se ha comprometido a no volver al lado oscuro durante los próximos tres años. Tampoco podrá abandonar su tratamiento contra las drogas.

El botín incautado será destruido. Así como las armas, que incluyeron varios fusiles y subfusiles. Cabe recordar que uno de los arrestados fue investigado por su presunta relación con el asesinato todavía sin esclarecer de Laura Orúe, la joven de Zeberio cuyo cuerpo sin vida fue encontrado hace 20 años en una fosa en esta localidad vizcaína.

«Esta condena es muy fácil de cumplir; no volver a delinquir», ha insistido el magistrado Jesús Poncela en una sentencia de conformidad avalada por sus compañeros Francisco García Romo y Ana Zulueta. «Hoy empieza a cumplirse. No se olviden de esta condena. No cometan el error de olvidarla porque un nuevo delito les llevaría a la cárcel», ha cerrado. Ambos condenados, según sus abogados, llevan en la actualidad vidas ordenadas, con trabajos estables.

En julio de 2020 culminó el dispositivo policial al detectar que el cabecilla, que se hallaba en tercer grado penitenciario, se estaría dedicando al tráfico de drogas. La investigación del caso llevó a un garaje en Amurrio donde éste guardaba varias armas en un coche a modo de zulo. Se apostaron en el lugar agentes del Grupo de Intervención de la Ertzaintza (BBT), que procedieron a la detención de este hombre, castigado hoy con cinco años de libertad vigilada.

La investigación llevó entonces a un piso en Ugao, en Bizkaia, donde se detuvo a un segundo varón de 38 años y se halló el resto del arsenal, que incluía fusiles de asalto Cetme, varios subfusiles, pistolas, revólveres y un rifle semiautomático además de abundante munición militar. En los registros efectuados posteriormente en el piso del primero de los detenidos se encontraron tres kilos de hachís, 250 gramos de cocaína, marihuana, sustancias de corte, una balanza y 2.800 euros.