El procesado, ayer miércoles en la Audiencia Provincial de Álava. E. C.
Juicio en Vitoria

El doble desliz de un narco en la Audiencia de Álava casi le cuesta perder su trato para librar la cárcel

Procesado por vender droga a pequeña escala en su bar de Vitoria, se equivocó hasta en dos ocasiones a la hora de dar su beneplácito al pacto de su abogado con la Fiscalía

Jueves, 10 de febrero 2022, 00:30

Como si fuera el diputado del PP que se equivocó en la votación de la reforma laboral, un procesado por narcotráfico a punto estuvo ayer de echar por la borda el fino trabajo previo de su abogado para librarle de la cárcel. Ocurrió en la ... Audiencia Provincial de Álava. Allí compareció -por segunda vez, por cierto- acusado de despachar droga a pequeña escala en su bar de Zaramaga.

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En teoría se trataba de un formalismo; oficializar el pacto alcanzado entre su letrado y la Fiscalía alavesa. De los ocho años entre rejas que pensaba exigirle el Ministerio público pasaron a cinco, que en la práctica le libraba de ingresar en prisión o de ser expulsado del país. Ayudó en la sustancial rebaja el tratamiento de desintoxicación que sigue puntualmente en el Centro de Orientación y Tratamiento de Adicciones (COTA) para calmar su consumo de «cocaína, cannabis y alcohol».

Llegó el trámite de sentarse ante el micrófono y ratificar el trato. El juez Poncela le preguntó si reconocía los hechos. Para sorpresa general, el encausado dijo que no, lo que abocaba a celebrar un juicio en el que con toda seguridad le hubiera caído una pena más severa ante la solidez de las pruebas recabadas en su contra por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria.

A gritos

Mostrando mucha mano izquierda, el magistrado al frente del proceso penal le repreguntó varias veces, aunque sin éxito. Así que a su letrado le tocó salir al pasillo a recordar a su cliente qué decir. Regresó este hombre a su asiento... Y otra vez erró.

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De nuevo volvieron el investigado y su defensor al exterior. Los gritos del abogado se escucharon dentro de la sala. Muy sudoroso y visiblemente nervioso, el señalado lo intentó de nuevo. A la tercera oportunidad sí atinó con su discurso. Fue condenado de viva voz por «tráfico de drogas» y abandonó la sala de vistas libre.

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