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El galerista Gorka Basterretxea limpia una de las obras de Paco San Miguel. IGOR MARTIN
«Estamos viviendo una situación de emergencia cultural»
Gorka Basterretxea | Responsable de la galería de arte Talka

«Estamos viviendo una situación de emergencia cultural»

La galería Talka inaugura la exposición 'Conservas pre-apocalípticas' de Miriam Isasi el próximo 12 de junio

RAMÓN ALBERTUS

Viernes, 29 de mayo 2020, 02:37

«Estaba toda la ciudad triste. Ni siquiera los bares estaban abiertos. Pero fue bonito que se acercarán vecinos a decirme que por fin abría alguien». Así recuerda Gorka Basterretxea cómo reaccionaron en el entorno de la plaza Marqués de la Alameda cuando volvió a levantar la persiana de la galería de arte Talka hace tres semanas. El espacio que gestiona se había convertido en un revulsivo de Vitoria por su apuesta por el arte contemporáneo con exposiciones de creadores como Joan Fontcuberta -en colaboración con el festival Viphoto- Ernesto Knörr o Rafael Lafuente. Si los comienzos eran difíciles hace dos años, ahora reina la «inestabilidad, desasosiego e incertidumbre», reconoce. «No ha venido mucha gente». Son todos esos rasgos comunes de las galerías de arte. A pesar de ello, el hijo del reconocido artista Néstor Basterretxea no se rinde y el próximo 12 de junio inaugura una muestra de Miriam Isasi llamada 'Conservas pre-apocalípticas'. Esta reemplazará a la colección de esculturas de Paco San Miguel que se exhiben desde enero hasta mañana.

– Hace dos años resultaba arriesgado abrir una galería de arte en Vitoria. ¿Qué ha supuesto esta pandemia?

– Efectivamente, ya entonces parecía una idea arriesgada porque la mayoría iban cerrando. Tras dos años, la galería empezaba a despegar a duras penas, pero permanecer estos meses cerrados ha sido duro. Si algún objetivo tiene una galería es la de atraer a gente con propuestas culturales... La pandemia supone un desastre, también para la música, el teatro o el cine, porque ha exigido estar en casa.

– Este domingo clausura la muestra de Paco San Miguel, que lleva expuesta desde enero. ¿Cómo ha afectado a la programación?

– Ha trastocado todo. La exposición de San Miguel estaba previsto que finalizara una semana antes de que comenzara la pandemia y finalmente acabará este domingo. Y en el calendario expositivo le tocaba a Miriam Isasi, que iba a estar mes y medio con una propuesta que desarrolló en BilbaoArte. Esta nueva exposición se inaugurará el 12 de junio, cuando está previsto que comience otra fase. Tras Miriam Isasi teníamos previsto exponer a Alfredo Plágaro. Se ha alterado y no sabemos cuándo será. Tras la exposición de Isasi (del 12 de junio al 24 de julio) llega agosto, mes en el que cerramos. A la vuelta de septiembre no tenemos todavía cerrada la programación.

– ¿Cómo se plantean la inauguración de la muestra de Isasi? Suelen ser los actos más multitudinarios.

– Todavía no sabemos cómo lo haremos. En las inauguraciones siempre tratamos de que venga el mayor número de gente para que esté con el artista y hemos reunido más de 100 personas. Ahora hay dudas. ¿Puede venir tanta gente? Creo que está complicado. Por un lado está el tema del aforo. En nuestro caso, tenemos una plaza al lado, pero también habrá que guardar las distancias. Hay que darle una vuelta para ver cómo hacer la inauguración y si es una acción artística y al mismo tiempo inauguración.

– Una galería sobrevive de las ventas. ¿Ha habido interés online o se ha frenado el mercado?

– Ha habido un frenazo, igual que en todos lados. Ahora se dice que lo online es el futuro, pero cuando vives en una pandemia solo tienes la cabeza eso, no piensas en renovarte.

– ¿Han caído los precios?

– Sí, ha habido una caída y quien más la sufre es el artista. Además provoca que todo se desestabiliza, por ejemplo, si hace unos años has comprado una obra por un precio y ahora se vende a la mitad. También es verdad que llevamos una racha bastante larga en la que es difícil que la gente compre e invierta en arte.

Mayor colaboración

– ¿Ve en todo esto un punto de inflexión? ¿Acabará primando la venta a través de Internet frente al contacto en la galería tradicional?

– Parece que sí. Tenemos que repensar los hábitos que ya iban cambiando y esto acelera más el proceso de cambio. Pero es verdad que tener un sitio físico hace que tengas una relación con el artista que me parece fundamental y por la relación directa con el coleccionista y la gente. Además, puedes ofrecer actividades y propuestas distintas (vídeos, charlas, mesas redondas...), mientras que lo online me parece más frío.

– También hay quien indica que la pandemia también ha demostrado que no es lo mismo ver un cuadro en una pantalla que en el espacio.

– Por supuesto. Yo soy de esa opinión. Igual que no es ver una película en el cine que en casa. Tampoco tiene que ver en directo al grupo que te gusta en el Azkena en vivo que escuchar un disco en casa. La experiencia tiene otra extensión, con más dinamismo y fuerza. Me parece fundamental. Pero en el futuro inmediato hay una situación de emergencia cultural, de inestabilidad, desasosiego e incertidumbre. Eso es lo que estamos viviendo.

– ¿Teme que la cultura sea uno de los sectores más dañados?

– Las expresiones plásticas proponen nuevas ideas y formas de entender las realidades que existen. A mí me parece mentira que lo primero que se plantee siempre recortar sea en cultura cuando gracias a ella estos dos meses de encierro han sido más llevaderos y hemos estado consumiendo música, leyendo, viendo teatro y propuestas de museos online. Hay cosas más superfluas que la cultura.

– ¿Cuál es el panorama de las galerías del arte? ¿Hay alguna abocada al cierre?

– Por lo que comenta el Consorcio de Galerías las hay y las habrá porque el panorama es complicado. A nivel vasco también hay intención de hacer un consorcio para trasladar la complicada situación que se vive.

– ¿Y a nivel de Vitoria hay iniciativas en común con otros espacios?

– Yo siempre he creído que sería importante que los agentes culturales estuviésemos en relación –como Zas, Artgia...– e incluso con museos como Artium y el Bellas Artes. Sería interesante realizar una muestra que se viera reflejada en diferentes puntos de la ciudad aunque tuviera como sede principal el Artium y también desarrollar iniciativas para apoyar a artistas locales. No acaba de cuajar, pero es una idea que siempre está ahí.

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