La difícil situación por la que atraviesan las plantas automovilísticas en general y el grupo Daimler, al que pertenece la planta de Mercedes-Benz en Vitoria, en particular ha estado muy presente esta mañana en la comunicación que el director de la factoría, Emilio Titos, ... ha trasladado a parte de la plantilla. Se ha dirigido en primer lugar al personal de oficinas y los operarios de la línea de producción del turno de mañana, y habrá otras dos comunicaciones para los turnos de tarde y de noche. El primer ejecutivo de la fábrica convocaba ayer a la plantilla a la primera reunión general de 2020, celebrada en forma digital como consecuencia de las medidas de seguridad que se están tomando por la crisis del Covid-19.
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Y precisamente las secuelas de esta pandemia ya empiezan a notarse en el sector de la automoción. Titos ha asegurado al personal que, a pesar de que la planta de Vitoria tiene una gran consideración dentro de la multinacional y es uno de los referentes, no escapará de la necesidad de hacer recortes en los gastos. Por el momento, no ha concretado en qué terminos ni a cuántos trabajadores afectaría, ni tampoco ha hablado abiertamente de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Pero lo que parece evidente es que a la vuelta de las vacaciones de verano se tomarán medidas de ajuste.
«Hay que hacer una gestión de recursos de primerísima calidad y priorizando. Igual no se pueden mantener los mismos puestos de trabajo que había en tiempos de bonanza. Ahora debemos decir qué es lo nuclear para fortalecerlo y el resto, reorientarlo. Sucede en las empresas y en las administraciones públicas, que tenemos que mantener lo vital para sobrevivir y reducir lo que no es vital, porque si no, vamos a morir», aseguraba el director de la principal industria vasca en una entrevista concedida a EL CORREO el pasado 17 de mayo.
La producción de furgonetas en la firma vitoriana también ha experimentado un descenso considerable del 23% con respecto a la programación que había antes de que estallara la crisis sanitaria y económica. De los 159.000 vehículos de los modelos Vito y Clase V previstos a primeros de marzo se ha pasado en menos de tres meses a 123.500, una caída que puede traer consecuencias a partir de septiembre.
Hasta entonces, los pedidos y la carga de trabajo están asegurados, pero el propio Titos ha reconocido semanas atrás que de cara al último cuatrimestre del año «no hay garantías de que la producción esté cubierta». Con lo que la incertidumbre marcará ese tramo final de 2020 en el que, además, debería empezar a negociarse el convenio en Mercedes, cuya vigencia finaliza el 31 de diciembre. Y ese escenario de dudas de cara al futuro no es el mejor a la hora de sentarse en torno a una misma mesa la dirección de la compañía y los representantes sindicales.
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Asimismo, la situación dentro del grupo Daimler puede afectar a la planta alavesa. En el primer trimestre del ejercicio, la multinacional alemana ha recortado un 78% su beneficio al pasar de 617 millones de euros a los 2.798 que ganó entre enero y marzo de 2019. La división de furgonetas a la que pertenece Mercedes-Benz en Vitoria cerró ese periodo con un 55% menos de beneficio.
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