La Diputación da luz verde medioambiental a los parques eólicos de Azáceta y Labraza

El parque más polémico de los dos es quizá el de Azáceta. Sus ocho aerogeneradores distribuidos entre el puerto y el Pico Galartza así como todas las subestaciones y tendidos eléctricos asociados han motivado un gran rechazo entre colectivos ecologistas, EH-Bildu y Podemos Elkarrekin y ayuntamientos afectados. Incluso el Departamento foral de Medio Ambiente en su primer estudio observó que los molinos de 200 metros de altura podrían tener «efectos negativos muy relevantes» sobre la vegetación, las aves y el paisaje en flora y fauna de la zona. Después de que Aixeindar haya introducido mejoras como la de trasladar dos de las torres, los mismos técnicos dan vía libre al parque, aunque piden la implantación de nuevas medidas correctoras como pintar de negro al menos una de las palas de los molinos para evitar que colisionen con ellas las aves.

Además de desplazar los generadores uno y dos entre 50 y 70 metros para evitar daños en algunas especies de orquídeas amenazadas, los promotores del parque eólico han cumplido otra de las demandas que les hicieron los técnicos forales en un informe de diciembre de 2021 y han presentado un estudio botánico de la zona más completo al tiempo que han hecho un seguimiento de todo un año en la flora y avifauna de las áreas afectadas entre los municipios de Bernedo, Arraia-Maeztu, Alegría, Iruraiz-Gauna y San Millán. Así, Medio Ambiente aprecia que para levantar las instalaciones que requiere el parque se pueden ver afectadas 6 hectáreas de hayedos, quejigos y sauces. Además de recomendar llevar las líneas de media tensión por zonas ya intervenidas como pistas forestales propone reforestar con las mismas especies el doble del terreno afectado. También sugiere modificar el trazado de la línea eléctrica soterrada para salvaguardar los acebos y tejos. Y para hacer efectivas todas las medidas de corrección planteadas piden que un botánico asesore la obra durante su ejecución.

Azáceta es zona «sensible» para el milano real y el buitre leonado y «crítica» para el alimoche según recuerdan los técnicos, que destacan también la cercanía de nidos de águila calzada, aguilucho pálido, gavilán y azor. A esto se suma que las aves migratorias vuelan a la altura de las aspas «con vientos flojos» y con moderados y fuertes «a pocos metros de suelo». Pues bien, piden a Aixeindar que estudie cómo paralizar los aerogeneradores en determinados periodos del año o momentos del día con climatología adversa. No es la única medida anticolisón que plantean, también hablan de sistemas automáticos de disuasión y de pintar de negro las aspas, poner reflectantes giratorios en las líneas eléctricas de alta tensión y plantearse incluso soterrar la parte final de estas líneas antes de conectarla con la subestación de Zuazola, en la ZEC de los Montes de Aldaia.

Para proteger a los murciélagos amenazados, proponen también parar los molinos entre julio y octubre, a partir del ocaso y cuando haya más de 15 grados de temperatura y viento. Es una más de la batería de medidas correctoras que plantea la Diputación alavesa y que incluye también instalar luces led en la base de la Ertzaintza en Berrozi y hacer restauración paisajística de todos los puntos en los que se intervenga, realizar un estudio acústico de «inmisión sonora» y empezar a llevar a cabo el plan de vigilancia ambiental «lo antes posible».

En el caso del proyecto de Labraza, con ocho molinos de 200 metros de altura, distribuidos en la Sierra de Marañón, entre Oion y la localidad navarra de Aguilar de Codés, los técnicos forales advertían de los impactos de los molinos y los tendidos sobre el paisaje y pedían a Aixeindar un informe sobre las repercusiones que puede tener la instalación sobre la Red Natura 2000, el prestigioso club verde al que pertenecen las cercanas sierras Meridionales y de Codés. Tras recibir la nueva documentación Medio Ambiente habla de la «reseñable» afección de los molinos sobre 1,3 hectáreas de carrascales, quejigales y fresnedas y pide plantar en zonas sin vegetación el doble de las especies que resulten afectadas. Instan a los promotores a reducir la superficie de ocupaciones de dos de los molinos y a que un especialista en botánica vigile las obras.

Junto a cinco de los molinos volarán rapaces como el águila real, la culebrera europea, el buitre leonado, el milano negro y el milano real. Y plantean las mismas medidas anticolisión que se proponen para Azáceta. E idénticas también en el caso de los murciélagos, la restauración paisajística, los nuevos estudios de impacto sonoro y la vigilancia ambiental. Este proyecto ha sido rechazado por Labraza y numerosos colectivos montañeros.

Estos dos informes forales no sorprenden a quienes se oponen a los dos parques ya que hace ya semanas ya que tanto el diputado general, Ramiro González, como el director general del Ente Vasco de la Energía (EVE), Íñigo Ansola, dan por hecho que estos 16 aerogeneradores serán una realidad en 2025.