Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La cultura en Vitoria está de luto. La Diputación ha decidido bajar la persiana de la Sala Amárica y la ciudad pierde así otro referente artístico. Tras años de indefinición y cuestionada gestión, sus 600 metros cuadrados se convertirán en un centro para acoger «los ... diferentes servicios de emprendimiento que en el territorio prestan distintos agentes». Desde hace un lustro que la Administración foral buscaba un proyecto para aprovechar el potencial de estas instalaciones consciente de que «no se lograba cubrir con las exposiciones» y defiende que ahora lo ha encontrado con un proyecto que, sin embargo, se llevará por delante toda su esencia cultural.
Este espacio lleva demasiado tiempo de capa caída mientras el Departamento de Cultura, que desde 2019 encabeza Ana del Val, buscaba una solución. La muestra sobre la historia de la factoría de Mercedes en Vitoria sirvió en 2024 para que tomase aire con 7.536 visitantes, de las que 3.000 acudieron exclusivamente a la exposición automovilística. Pero aquello fue un simple rayo de luz en un oscuro panorama, pues recibió a 4.111 personas en 2023, 4.468 en 2022 y 4.636 en 2019.
Lejos, muy lejos, queda aquella aspiración con la que nació en mayo de 1989 como una especie de 'apéndice' del Museo de Bellas Artes para cubrir sus limitaciones expositivas y especialmente las obras contemporáneas de creadores alaveses. El historiador Santiago Arcediano recuerda que la primera exposición fue la colectiva contemporánea 'Orman'. También hubo exposiciones de Juan Mieg, el recién fallecido Carmelo Ortiz de Elguea, Juan Sagastizabal, Fernando Illana, Juncal Ballestín o Rafael Lafuente.
Entre 2001 y 2008, se reformó una parte para acoger las Aulas de la Tercera Edad. La exdiputada Lorena López de Lacalle revertió aquella situación, pero a partir de entonces se convirtió en una «miscelánea preferentemente orientada hacia la fotografía local», explica Arcediano. En 2020, las instituciones locales plantearon que acogiese un museo sobre el legado de Alberto Schommer, una idea que no prosperó por el rechazo de la familia del afamado artista.
Se trata de un espacio muy cercano al sector cultural, que durante años lo gestionó a través de una plataforma. Hace un lustro y cuando se observaba la zozobra, distintos artistas lanzaron un SOS reclamando una apuesta decidida de la Diputación para ser un espacio especializado en fotografía, algo que a la vista del reciente anuncio cayó en saco roto.
Con un multiusos infrautilizado como el Iradier Arena y el centro Montehermoso sin un rumbo claro, el cierre de la Sala Amárica es un nuevo rejonazo para el panorama cultural. Aun así, Ana del Val confía en que la labor expositiva se asuma por parte de los museos de la red foral y Artium, así como la Casa de la Cultura Ignacio Aldecoa «que acaba de estrenar espacio expositivo». Lo cierto es que ese contenido contemporáneo se acabará diluyendo, y tal vez desapareciendo, ante la ausencia de un contenedor exclusivo. Sólo se mantendrá la KulturAraba Bulegoa, con acceso desde San Antonio, que se dedica a atender las necesidades informativas y apoyar la consolidación y modernización el sector cultural y creativo de la provincia.
Este cambio de uso es, según la diputada de Cultura y Deportes, fruto de una «reflexión muy meditada» para que los locales de la plaza Amárica «ofrezcan a la ciudad y al territorio todo su potencial y que no lograba cubrir con las exposiciones». En sus 600 metros, que ahora se encuentran divididos en varias estancias, se harán eventos de networking, presentaciones de empresas o rondas de financiación.
«Este espacio estará abierto a todas las personas emprendedoras del territorio, además de a los agentes que forman parte del ecosistema alavés, donde prestaremos servicios de alto valor añadido para aquellas personas y equipos que querían hacer realidad su idea empresarial o avanzar en sus procesos de innovación», explicó el equipo de gobierno.
Pese a las múltiples posibilidades de este emplazamiento, Cultura no ha encontrado ninguna fórmula para aprovecharlo. La superficie total de la Sala Amárica se acerca a los 600 metros cuadrados, incluidos dos espacios de claro corte expositivo –paredes amplias y altas–, un aula que podría haber cumplido la función de estudio y varios pasillos en los que se intercalan almacenes, archivos, y varias habitaciones convertibles en oficinas o despachos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.