La Diputación de Álava lanza un SOS a las familias para que acojan a bebés desprotegidos

Hazaldi no pretende ser un centro para que los menores se queden y crezcan, sino un recurso de acogida urgente antes de que alguna familia les garantice ese cobijo que sus parientes no le pueden proporcionar. Ahora mismo hay tres recién nacidos, otros tantos que no superan los tres años y los 16 restantes llegan hasta los doce años. A lo largo de 2023 pasaron 47 niños por allí.

Por eso, Álava necesita que más hogares particulares les abran sus puertas. «Hacemos un llamamiento a todo el territorio para que se animen a participar en los programas de acogimiento. Aunque la Diputación haga todo lo posible para que los niños se sienten en un entorno lo más parecido posible a una familia, lo mejor es que estén en un hogar real», afirmó el diputado general, Ramiro González, que ayer visitó junto al titular foral de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, este inmueble que se ha sometido a una reforma integral. Esta ampliación ha costado 600.000 euros y ha sido financiada con fondos Next Generation de la Unión Europea (UE).

En este momento, se precisa de forma prioritaria familias para bebés de 0 a 3 años a quienes ofrecer otra alternativa a vivir en un recurso institucional en un momento clave para su desarrollo vital. También hay niños más mayores, en especial grupos de hermanos, que residen en los recursos residenciales que podrían acceder de forma prácticamente inmediata a compartir vida con una familias.

Porque no son pocos casos. Además de Hazaldi hay otros recurso en la red de hogares y centros residenciales para menores de edad que se encuentran en una situación de desprotección grave. Actualmente hay alrededor de 250 niños y adolescentes que viven en recursos institucionales donde se les atiende. Son equipamientos con características distintas, con el objetivo de que dar cobijo a menores de todas las edades y situaciones específicas. Otros 105 ya están viviendo junto a 78 familias.

La Compañía de las Hijas de la Caridad gestiona desde hace 38 años este centro de intervención urgente situado en Vitoria, aunque su ubicación no se desvela por motivos de seguridad y para evitar la estigmatización de estos menores. Porque no han tenido una vida sencilla. Beatriz Angulo es su actual directora y explica que hay niños que llegan a Hazaldi en guarda temporal porque su padre o madre tiene que someterse a alguna clase de tratamiento y no disponen de ninguna otra cobertura social que asuma su papel. Pero también son menores que están bajo la tutela de la Diputación después de haber sido víctimas de maltrato o abandono.

«Hace años llegó un recién nacido directamente desde el Hospital Txagorritxu porque su madre lo dejó allí», ilustra Beatriz Angulo. «Antes de que lleguen aquí, incluso en los casos más graves, se ha intentado preservar la unidad familiar e intentar que se recupere», añade. Es más, en la planta baja se ha instalado una sala de visitas con acceso desde la calle, donde se trata de encauzar la relación de los pequeños con sus progenitores y otros allegados.