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La vida se rige por la reiteración de los ciclos. También la administrativa. Llegan estas fechas y la Hacienda foral se pone estupenda para contar lo bien que se porta con sus contribuyentes. Nos dice, por ejemplo, que al término de la campaña de la ... renta ha devuelto dinero por valor de 116 millones de euros. Y, a cambio menguante, sólo ha recibido 82 de su tutelado vasallaje. Claro, se echan cuentas y resulta que desde las oficinas de la calle Samaniego vuelan 34 a los domicilios alaveses. Dan ganas de cantar qué buena es la madre Diputación que nos lleva de excursión de no entender que ese viaje lúdico ya lo ha percibido de antemano. Que nadie entrega duros a cuatro pesetas y la hucha común, tampoco. Como diría el cómico José Mota, las gallinas que entran por las que salen.
El diputado foral correspondiente se jactó ayer de varias circunstancias que, unidas, hablan de un sistema fetén. Cimiano traduce las cifras crecientes y los volúmenes dilatados en todo como síntomas de una recuperación económica ya consolidada. Habla de mayor actividad, más empleo y salarios medios al alza. Aun reconociendo la mejoría evidente con respecto a la penumbra desalentadora de la crisis, cabe cuestionar la calidad de los trabajos y ciertas remuneraciones que apenas sobrepasan la economía del subsidio. Contratos parciales, labores ocultas y salarios divididos. Admitiendo, desde luego, que en peores plazas y no hace tanto ha toreado el personal.
También alude el responsable de la Hacienda foral a los progresos en el intercambio de información entre las administraciones para restringir el fraude y evitar que algunos riñones bien cubiertos distraigan fondos de la lupa recaudatoria. O pagamos todos o rompemos la baraja (de Fournier). Pero claro, ese deseo limpio de que nadie deje de retratarse ante el fisco despierta la inquietante sensación de los vigilados por el ojo omnipresente del Gran Hermano. Bueno, digan que ahora con las aplicaciones del móvil pueden saben en tiempo real nuestros ritmos cardíacos en reposo o después de abonar el IRPF.
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