Dia del Blusa y la Neska en Vitoria
Paseíllo hacia el cielo en el cementerio de Santa Isabel

El sentido homenaje a los fallecidos abre la espita para que Vitoria se sumerja en la fiesta

David González

Martes, 25 de julio 2023, 11:30 | Actualizado 12:58h.

Es el acto más especial del día del Blusa y la Neska. Antes de que la ciudad se rinda al arrebatador ritmo de la fiesta, el desenfreno y la gula, el cementerio de Santa Isabel ha albergado esta mañana, a las diez en punto, ... el sentido homenaje a los que nos dejaron en el último año. Una reunión casi íntima pero que pone la piel de gallina por tanta emoción contenida.

Con el soniquete de los txistus, la treintena de participantes se ha acordado de Kepa Iglesias, atabalero aparte de «buen blusa, afable y salsero» como le ha recordado su hermana en una bonita intervención; de Javi Armentia, propietario de una voz privilegiada que le permitió integrarse en la coral Manuel Iradier; o de Treviño, el perenne integrante de Belakiak más conocido como 'el abuelo'. «Llegaba a casa a las cinco y se levantaba como una rosa a las nueve» nos cuenta su hija. Lo hacía con más ochenta primaveras. Un fenómeno.

Como marca el protocolo, José Maria Bastida, Txapi, se ha encargado de recordar de dónde viene este encuentro. Por cierto, de los pocos que se mantuvieron vivos durante la pandemia. Cómo nació de forma «casual» hace la friolera de 77 años -un 25 de julio de 1946- en el segundo Día del Blusa tras una ofrenda a Valentín Chiquirrín 'El Chiqui', matador en la becerrada de la primera edición. A partir de ahí, el gesto de memoria se extendió a Mariano San Miguel, autor del pasacalles de Celedón.

Los txistularis, con Bastida y Delika a la cabeza, avanzan por Santa Isabel. Igor Martín

Ocho años faltaron las flores en el camposanto que separa Zaramaga de El Pilar y que aloja entre su frondosa vegatación a ilustres vitorianos como el General Álava, Mateo Benigno de Moraza, Micaela Portilla, Manuel Iradier, Fernando Buesa o, más recientemente, Juan Uriarte, alma máter de Urteim, firma propietaria de la manzana fallida en la calle Dato. Volviendo al almanaque, en 1955 se reactivó esta tradición con el resurgir del Día del Blusa. Se añadieron nuevas paradas en este paseíllo hasta el cielo. Ante la tumba de José Lejarreta, 'el alcalde de los blusas'. Fue él quien hizo posible que estos pudieran volver a salir a la calle.

Otros blusas a los que se recuerda anualmente son José Luis Fernández Alonso 'El Zapa', el compositor Luis Aramburu y Josemari Sedano y Javier Prusilla, fallecidos en 2015. En 1970, las cuadrillas no salieron a las calles debido a varias discrepancias. Y en 1976 los actos festivos fueron cancelados tras la masacre del 3 de marzo, pero la visita al cementerio se mantuvo «de paisano», como ha explicado Txapi, eminencia en vitorianismo. Hoy, todo el acto se concentra frente a una cruz, cubierta esta mañana de ramos de flores.

Una neska ha bailado un aurresku de honor en memoria de los que ya no están. I. Martín

«Este acto tiene toda la gracia de lo sencillo, pero también mucha humanida», ha sintetizado el párroco de San Miguel. Muy atentos han atendido sus palabras blusas y neskas de Belakiak, Desiguales, Batasuna, Bereziak, Galtzagorri o Luken, entre otros. Incluso Gorka Ortiz de Urbina, Celedón, ha estado presente. Con el repique de los txistus y el tamboril, los presentes han salido del cementerio. Seguro que la mayoría en dirección al centro, que ya bulle de jarana.