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La atención que el personal de Enfermería proporciona a sus pacientes va «mucho más allá de lo físico y tiene un importante componente humano». Así lo defiende el antropólogo Jesús Prieto Mendaza, quien hoy inaugura las XXXII Jornadas Científicas de la Escuela Universitaria de Enfermería ... de Vitoria en el Día Internacional de la Enfermería. Podrán seguirse en streaming por la mañana y, a partir de las 17.30, el Colegio de Enfermería de Álava reinvidicará la profesión y el «liderazgo enfermero» con un acto en el Palacio Europa en el que también homenajeará a los últimos enfermeros jubilados.
«La profesión debe reflexionar sobre qué hemos hecho bien y qué se puede mejorar. Este año recuperamos este encuentro pero, cuando la pandemia termine, debemos planteárnoslo», apuesta Hosanna Parra, presidenta del Colegio de Enfermería de Álava, con casi 3.000 colegiados. Prieto Mendaza, profesor de la asignatura 'Cultura y salud', denuncia que la sociedad haya pasado de aplaudir a estos profesionales en las ventanas a salir de forma irresponsable con el fin del estado de alarma. «Están extenuados, muchos han estado de baja o enfermos, y en ese sentido el colectivo se siente insultado y olvidado», alerta. Según datos del Sindicato de Enfermería SATSE, el 43% de los profesionales se ha planteado abandonar su profesión en el último año.
A Parra no le sorprende el dato. «No nos hemos sentido respaldadas durante la pandemia cuando somos el pilar fundamental de la sanidad en este país. Los cuidados no se valoran, pero si hiciéramos un paro podríamos paralizar el sistema», subraya. Además de atender a los pacientes las 24 horas los 365 días del año, la Enfermería se reivindica como una carrera de futuro y con peso en la investigación. «Hace mucho que dejamos de ser Ayudantes Técnicos Sanitarios y nos hemos convertido en un grado. Cada vez tenemos más doctores en Enfemería y la mentalidad de que somos 'ayudantes' debe cambiar de una vez por todas», reclamaParra.
Prieto Mendaza pondrá el foco en cómo, en ocasiones, estos profesionales sanitarios se enfrentan a situaciones difíciles que nacen de las diferencias entre los pacientes. Aspectos culturales, económicos o religiosos. Tener que poner la vacuna contra el Covid-19 a un negacionista, por ejemplo. «A veces los enfermeros viven con unas situaciones de estrés añadido, pero distinguen entre lo tolerable y lo intolerable y tienen muy presentes los Derechos Humanos del paciente», destaca. «No podemos obligar a nadie, pero en esas situaciones tratamos de convencerles y explicarles lo que dice la ciencia», resume Parra, quien pide que, tras una situación inesperada en marzo de 2020, se preste mayor atención a estos trabajadores.
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