Día Sin Coche

Día sin coche: «El tranvía y el autobús van más llenos, no puedes sentarte»

Y pese a que encima de la mesa no haya cifras que así lo demuestren -porque al no tener que pasar la BAT por la canceladora, no hay registros-, lo cierto es que el aumento de viajeros era palpable. «La jornada ha tenido un incremento de personas usuarias respecto a otros viernes usuarios», han subrayado desde Euskotren. Algo que corroboraban los pasajeros, un termómetro siempre a tener en cuenta: «Cojo siempre la línea 6 del autobús Tuvisa; suelo encontrar sitio para sentarme y hoy me ha tocado ir de pie. Estaba más lleno», reconocía Nuria Martín, frente al Palacio de Justicia.

Aunque la medida ha vuelto a pillar a muchos por sorpresa. «Uy, ¿y este cartel? ¿no hay que pagar?», se preguntaban Izaskun Herrero y Maite Urrutia, en la parada de Sancho el Sabio. No fueron las únicas. A la hora de preguntar acerca del Día Sin Coche, algunos reconocían que no sabían que se celebraba ayer. Y los conductores de los urbanos, que reconocieron más movimiento, se tuvieron que esforzar de lo lindo para evitar los despistados picasen la BAT al subirse. Porque las máquinas, pese a estar tapadas con ese cartel informativo, estaban en funcionamiento.

El impacto de esta iniciativa con la que se puso punto final a al Semana de la movilidad se notó desde primera hora, en el transporte urbano, pero también por el resto del territorio. Los taxistas entregaron a los clientes un vale de 3 euros a descontar en el siguente viaje. «Cogemos el tranvía a las 8.25 en Arriaga. No se suele llenar y hoy -por ayer- sí que hemos visto más gente. Me parece una idea muy positiva que puede ayudar a que más gente se 'abone' al transporte público», alababa Nuria De Corta, tras recoger a sus hijos en el colegio Urkide. Las dársenas estaban más concurridas de lo habitual.

El coche, en casa

Porque a los viajeros asiduos en el metro ligero, se sumó a lo largo de toda la ramal ese constante goteo de personas que no quisieron dejar pasar la oportunidad. Como Josu Basterra, que se ha animado a dejar aparcado el coche en casa para ir al trabajo. «Pues oye, puede ser una buena excusa para el cambio. Y encima te ahorras gasolina», reconocía.

Mayores y también jóvenes. Como Iván Gómez, que acudió a la universidad en tranvía. «Suelo venir siempre en bici, pero como he visto que iba a llover he cambiado de planes». No obstante, según Euskotren, «el aumento se ha notado especialmente en el ramal de Salburua, ya que al ser el último en incorporarse a la red tranviaria ha habido quien ha aprovechado la gratuidad para conocer su recorrido».

Para Ladys Audeto, las conexiones de las líneas Tuvisa son de sobra conocidas. «Trabajo como cuidadora de personas mayores. Cada día realizo cuatro o seis viajes, a veces incluso ocho. A la mañana, el chófer nos ha dicho: 'vamos montaros, que hoy invita la empresa'», reía. «Para mí ha sido una especie de recompensa por mi fidelidad», comentaba, junto a la Catedral Nueva.