Deuda saldada con los más mayores

De ellos se encargarán de velar los voluntarios de la organización diocesana. Los tres euros de la inscripción irán destinados a las actividades de ayuda y acompañamiento a este colectivo. «Este año queremos dedicarles la marcha a ellos porque tenemos una deuda pendiente. Han sufrido mucho con la pandemia», manifestaba Sebal, que tenía bien presente el objetivo de la organización de cara a esta normalidad recobrada. «Les hemos estado atendiendo todo lo que hemos podido. Al principio por teléfono, pero ahora queremos retomar ese aspecto relacional, esa cercanía que tanto les hace falta. Han aguantado como bravos».

Se les podrá llamar antiguos, pero si en algo tienen razón es en que verse en persona no tiene parangón con un auricular o una pantalla. «Al final se nota que no es lo mismo. A ellos les gusta tocarte, les gusta verte». Una óptica que trasladarán con más ahínco si cabe a los pueblos. «Esto hace falta más todavía en el ámbito rural. Ahí hay más soledad. Muchos de ellos no tienen autonomía para moverse. En eso vamos a invertir lo que recaudemos, en llevar a nuestras personas hasta donde haga falta», sonreía la responsable de Cáritas en el territorio.