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Zambrana se prepara para acoger la que será la primera destilería de Álava. Un año después de que el exalcalde Aitor Abecia presentase el proyecto, la iniciativa de un grupo de empresarios empieza a coger velocidad de crucero. Tanto es así que las labores de ... desbroce, catas del terreno y derribo de la antigua fábrica de Efusa ya han empezado. Esta fase supone dar los primeros pasos antes de levantar el futuro edificio en el espacio que antes ocupó la histórica firma de moldes de fundición.
El objetivo de los promotores del proyecto es claro. «2025» es la fecha que la alcaldesa de la localidad, Trinidad Zarza, señala como la más probable para la apertura. Fuentes cercanas al proyecto aterrizan incluso más la iniciativa y apuntan a que esta biorefinería podría estar lista para destilar vino tras la vendimia de ese año.
La iniciativa, según la regidora, generará «entre 30 y 60 puestos de trabajo», una franja amplia porque «habrá empleos que estarán más ligados a la vendimia», lo que hará que esos trabajos sólo sean temporales. El deseo del Consistorio es que el impacto en el empleo local sea el máximo posible.
Las funciones de esa fábrica variarán en función de sus clientes, pero estarán ligadas a la revalorización de residuos vinícolas, lo que abre la puerta a una hipotética competencia con la alcoholera de Cenicero, en La Rioja. Por lo pronto, una de las empresas detrás del holding ya ha desarrollado con el centro tecnológico Azti un proyecto para revalorizar el raspón de la uva -así se le llama a los tallos de los racimos- y elaborar bioetanol y piensos animales. Para ello contó con una subvención de casi 106.000 euros.
Para este 2024, esa misma firma -Destilerías y Bio-refinerías Zambrana- ha vuelto a contar con dinero público para hacer realidad su proyecto. En noviembre del año pasado, el Departamento de Desarrollo Económico concedió a la empresa una subvención de 1,5 millones de euros en el marco de las ayudas del programa Gauzatu Industria. En paralelo, las compañías del holding han ido ampliando su capital en los últimos meses.
Detrás del grupo empresarial que promueve el proyecto hay un tridente de directivos. Por un lado están los Arribas, una familia de cocineros con origen en Burgos pero instalados con varios restaurantes en la Comunidad Valenciana. A ellos se les suman los bodegueros Javier Viteri y Patxi Unanua, vinculados al Grupo UVA, que gestiona, entre otras, las marcas Arabarte y Viñálava.
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