Descubren un fósil gigante en Nanclares

Este molusco cefalópodo gigante -un antecesor de los actuales jibiones y pulpos que desapareció a la par de los dinosuarios- vivió hace alrededor de 85 millones de años en Álava, cuando aún seguía cubierta por el agua del mar, y durante siglos ha permanecido cubierto por lastras de caliza. Juan Antonio Hernández, un aficionado a la arqueología local, afirma que hace tiempo vislumbró una pequeña parte de esa 'caracola' y aprovechó un paseo con la familia para retirar con sumo cuidado las piedras que lo cubrían. Junto a Jesús Grisaleña, Arantxa Ibáñez y Jon Grisaleña descubrió la perfecta espiral que dibuja este ejemplar extinto.

«Llamamos a esa zona el 'Paseo de los Fósiles' porque resulta bastante sencillo descubrirlos allí. Sin embargo, cuando retiramos las piedras descubrimos que era enorme. Fue una auténtica sorpresa», relata Juan Antonio con emoción. Conocedor de cuál es el protocolo ante este tipo de casos, este aficionado a la arqueología avisó a principios de septiembre a la Diputación que rápidamente acudió a comprobar la importancia de este hallazgo.

Porque el ammonites continúa en el mismo lugar donde ha permanecido oculto. Carmelo Corral, veterano investigador en paleontología del Ciencias Naturales, y el Servicio foral de Restauración están buscando de qué manera puede retirarse sin que se afecte a su integridad. La lluvia de los últimos días ha complicado el terreno aún más y se trabaja con la idea de que se pueda hacer entre hoy y mañana. De momento ha permanecido cubierto y vigilado.

Al fósil le esperan una serie de análisis y pruebas científicas para confirmar su importancia, además de otros trabajos de consolidación necesarios después de haber permanecido tantísimo tiempo bajo las lastras de calizas. Aun así, y en base a las primeras pruebas recogidas, los responsables del Departamento de Cultura de la Diputación reconocen que es «una buena noticia» y es «muy interesante» para la investigación de cara al futuro.

Y es que para nada se trata de un hallazgo menor. Los ammonites que se descubren habitualmente tienen un diámetro aproximado de 40 centímetros y aún sobre el terreno se calcula que éste tendrá entre 60 y 65 centímetros. Queda aún lejos del ejemplar de 1,8 metros y tonelada y medio de peso hallado en el noroeste de Alemania. Los expertos explican que el hallazgo de estos antepasados de los jibiones y pulpos actuales son importantes porque a nivel terrestre sirven como guía para datar las diferentes capas geológicas.

El gran ammonites que se muestra en Doña Ochanda también se descubrió por casualidad. Un grupo de cazadores, entre los que se encontraba un aficionado a la paleontología, se sorprendió con su hallazgo junto a un barranco en Oteo, que pertenece al municipio de Campezo. Eso, sin embargo, no significa que viviesen en ese punto concreto sino que sus conchas vacías pudieron surcar las aguas después de ser depredados.