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La carga policial enfrente del Gaztetxe se debió a que, según fuentes de la Guardia urbana, usuarios de este local 'okupado' presuntamente «encerraron» a los dos policías locales de paisano que acudieron a pedir explicaciones por el «ruido» y el «horario». La inspección se ... produjo pasadas las nueve de la mañana después de recibir el 092 «varias llamadas de queja de vecinos».
Patrullas uniformadas que aguardaban en el exterior decidieron reaccionar al percatarse de la acción y temer por la integridad de sus compañeros. El desalojo, en un primer momento, se produjo sin incidente alguno. Sin embargo, una vez fuera, «varios jóvenes», según fuentes policiales consultadas por este periódico, «increparon», «lanzaron diversos objetos como vasos y botellas», lo que degeneró en varias cargas.
Según adelantó ayer en exclusiva elcorreo.com, este operativo se saldó con cinco detenidos y seis agentes heridos. Por la tarde, todos los arrestados quedaron en libertad con cargos.
En este sentido, el teniente de alcalde, el socialista Peio López de Munain, ha defendido este miércoles la actuación policial y ha recordado que «hay unas limitaciones de horario y de volúmenes de ruido porque hay personas que quieren disfrutar de su descanso y en este caso no se respetó». Ha calificado como «respuesta desproporcionada» la reacción de los usuarios del Gaztetxe a la aparición policial.
El «pequeño incidente», como lo ha calificado López de Munain, «no hubiera pasado nada de haberse quitado la música». Y ha resumido en una frase el altercado. «La Policía hizo lo que tenía que hacer, responder a la denuncia de los vecinos que llevaban toda la noche con mucho ruido. Fueron y se lo comunicaron al que se presentó como responsable del Gaztetxe».
Debido al cariz que tomó la actuación, la Policía Local requirió apoyo de la Ertzaintza, ante la «actitud violenta de una parte» de los concentrados, alrededor de 90 jóvenes. Dos agentes de la Policía autonómica tuvieron que ser atendidos en la mutua, informó el Departamento vasco de Seguridad.
Estos hechos se produjeron sobre las 9.05 horas, cuando se requirió la intervención de la Ertzaintza por parte de la Guardia Urbana, que se encontraba realizando el desalojo. Cuando levantaba acta por incumplimiento del horario, un joven agredió a un agente. La Ertzaintza facilitó que la Policía Local pudiera detener al agresor del efectivo municipal. Posteriormente, se produjeron otras cuatro detenciones.
Todos los detenidos figuran como investigados por presunta agresión a la autoridad a la espera de que les cite el Juzgado de Instrucción número 3. Cuatro fueron puestos en libertad a las pocas horas. Una quinta ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial al pesar sobre ella una requisitoria judicial.
El concejal socialista se ha basado en el parte policial para defender la actuación de la Guardia urbana de Vitoria. En el texto oficial, redactado por los agentes intervinientes, se expone cómo a las 6.25 horas se decidió no actuar dado que había medio millar de personas consumiendo bebidas alcohólicas frente a las puertas del edificio 'okupado' y que las puertas estaban abiertas con música en funcionamiento.
Más de dos horas después volvieron al insistir las comunicaciones de los vecinos de la zona. Al haber menos usuarios, decidieron entrar y ponerse en contacto con quien se identificó como responsable de las instalaciones, a quien se le solicitaron que apagase la música.
Policías que se habían quedado en el exterior observaron cómo se empezaron a cerrar las puertas, con sus cuatro compañeros dentro, por lo que reclamaron refuerzos. «Proceden a abrir las puertas, y sacan a la patrulla retenida, comenzando el desalojo del local. Es en estos momentos cuando distintas personas comienzan a lanzar botellas de vidrio a los agentes», se lee en el texto.
Entre las reacciones a este suceso en el Gaztetxe, el colectivo Gazte Asanblada emitió un comunicado manifestando que el edificio «no se ha desalojado» y criticando que «una vez más las fuerzas represivas han mostrado su actitud de excepcionalidad contra un espacio del movimiento popular».
El nacimiento del Gaztetxe de Vitoria se remonta a 1988. En abril de ese curso, la conocida como 'casa del jardinero' era propiedad del Obispado y estaba en la calle Fray Zacarías, pero perdió su vínculo católico de un plumazo. Doscientos chavales rompieron la puerta del edificio deshabitado con un madero y lo asaltaron. Desde entonces, el edificio se ha convertido en un referente del movimiento 'okupa' local.
Precisamente, el casco antiguo de Vitoria fue escenario de un nuevo asalto a otro de sus edificios emblemáticos a mediados de este mes, cuando 'okupas' tomaron la casa-palacio de los Álava-Velasco, un inmueble del siglo XVII que se localiza frente al centro cívico Aldabe. La acción fue obra concretamente de un colectivo feminista «de izquierdas y radical».
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