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La vida de Rafa Jaime pasó del todo a la nada. Este mexicano de 35 años vivió la angustia de perder la visión completa a los 18 años después de un cáncer en ambas retinas de sus ojos. Su fortaleza radica en su capacidad para ... ir más allá de los límites. El deporte, la montaña y los triatlones le han abierto una perspectiva que traslada al resto como conferenciante por todo el mundo. Este domingo, junto con su experimentado guía Luis Álvarez, disfrutará de la dureza del Ironman Vitoria en toda su esencia.
- ¿Cómo fue su proceso hasta perder toda la visión?
- Nací sano y a los 5 años me detectaron cáncer en las dos retinas de mis ojos. Después de un año de tratamientos con quimioterapia y radioterapia, solo me pudieron salvar el ojo izquierdo. Pero trece años después me volvieron a detectar otro cáncer en el ojo, a escasos milímetros del cerebro, y no se pudo salvar, por lo que tuvieron que quitármelo y quedarme ciego totalmente.
- ¿El haber visto hace que pueda imaginarse todo lo que tiene a su alrededor?
- ¡Claro! Los colores, la figuras, las formas. Para mí todos los días es como leer un libro. Mi cabeza nunca está en negro, siempre está colorida y creando paisajes y personas a través de lo que percibo, de lo que me transmite un entorno, lo que huelo.
- ¿El deporte ha sido su válvula de escape?
- Siempre lo practiqué. Hice béisbol, fútbol y baloncesto. Cuando perdí la vista, el deporte fue mi salvavidas porque pasé por muchos momentos de depresión. Fue lo que me dio el pretexto para levantarme cada mañana para correr, nadar, andar en bici, ir al monte. Mi común denominador siempre ha sido 'levántate mañana para querer seguir viviendo'. Estuve muy metido en el ámbito del alto rendimiento y tengo ese conocimiento para potenciar las capacidades. He hecho diferentes aventuras deportivas como correr en el desierto del Sahara, en Islandia, carreras de 100 kilómetros, triatlones de ultradistancia. Digamos que soy un cuentacuentos. Me dedico a dar conferencias con temas dedicados al desarrollo humano y también a empresas. Comparto estas historias. No desvelo los diez mandamientos para ser feliz en la vida o encontrar éxito, sino que comparto historias que den herramientas para afrontar la vida. De hecho, después del Ironman me voy a Tenerife a dar dos conferencias.
- ¿Qué le han contado del Ironman Vitoria?
-Que es precioso. De hecho, en 2020 tenía la inscripción para hacerlo con un chico de Madrid, Rubén Espinosa, pero vino la pandemia. Me han contado que es un lugar pintoresco, que la gente es muy acogedora y que la temperatura es buena. Vengo con la expectativa de disfrutarlo mucho.
- ¿Cómo es la conexión que se establece con su guía?
- El secreto es compartir y disfrutar. Con Luis Álvarez haré mi tercer Ironman. No me gusta romantizarlo porque no es fácil. Cuando eres competitivo te empuja ese ego y ese deseo por ir más rápido pero, en mi caso, me toca compartir quiera o no quiera y pensar siempre en quien me acompaña. Disfrutamos de las charlas. En el Ironman tenemos 17 horas para ello (risas).
- Viene de hacer cumbre en el Everest. ¿Qué se divisa desde allí?
- Sentí la inmensidad que había frente a mí. Te imaginas estar en una montaña donde tienes el mundo a tus pies. El Everest es 'un cerrito'. Las montañas más complicadas las tenemos a ras de suelo, en el día a día, con todas las cosas que debemos afrontar, como el trabajo, problemas de salud. Tuvo un significado muy especial porque mi madre falleció en julio de 2021 y le prometí que mi cierre de luto sería dejarle un beso desde el punto de la tierra más cercano al cielo. Lo he hecho y me siento muy feliz.
- ¿Qué retos deportivos se plantea a futuro?
- En noviembre quiero hacer un Ironman 70.3. Y en diciembre me iré a la Antártida para subir la montaña más alta y completar el reto 'Seven Summits', que es hacer cumbre en las montañas más altas de cada continente: América del Norte y del Sur, Europa, África, Oceanía, Asia y la Antártida. Solo hay un ciego que lo ha hecho e invirtió ocho años y medio. Yo lo completaré en algo más de tres años.
- ¿Qué daría por volver a recuperar la visión?
- Me lo han preguntado muchas veces y, sinceramente, ya no me gustaría volver a ver. ¡Perdería el trabajo y el estilo de vida que tengo! Mi mejor herramienta y lo mejor que me ha pasado como acontecimiento en mi vida es haberme quedado ciego.
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