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El comité de empresa del Instituto de Bienestar Social ha denunciado de nuevo la «falta de previsión» de sus dirigentes a la hora de planificar las sustituciones del personal necesario para la adecuada atención de mayores y personas con discapacidad en residencias, centros y pisos ... en estas navidades. La falta de trabajadores suficiente para cubrir los tres turnos ha obligado a la institución a llamar a trabajar a auxiliares de enfermería, enfermeras, ayudantes de cocina, médicos y monitores de integración social que se encontraban de vacaciones, según aseguró ayer Isabel Montero, de CC OO.
«Esta situación no es nueva, llevamos soportando años esta falta de previsión, con propuestas en las mesas de negociación que no son aceptadas. La solución la está asumiendo el personal a cosa de anular sus días de libranza».
Esto pasó ayer mismo en las residencias de Txagorritxu y Agurain. En esta última, las auxiliares de enfermería colocaron pancartas en el exterior denunciando la situación en las que se podía leer «Sin personal en Navidad, vacaciones negadas» y «SOS más personal, no podemos más». Según Montero, estas trabajadoras se plantean plantarse y no acudir. Y es que pidieron sus vacaciones para estos días el 31 de octubre « y la semana pasada es cuando se pusieron a tramitar esas sustituciones, con la dificultad que tiene encontrar personas para acudir días sueltos y en fechas tan señaladas en las residencias rurales. Ahora la situación es complicada y pretenden que lo asuma el personal».
Llueve sobre mojado. Los teléfonos de Bienestar Social echan humo cada vez que se acercan el verano o las navidades. Los responsables de personal tienen que hacer miles de llamadas para cubrir vacaciones, permisos, derechos adquiridos y una tasa de absentismo que, según los últimos datos del organismo foral, ronda «entre el 15% y el 17%» de quienes desarrollan su actividad en las diez residencias, otros tantos centros de día, la misma cifra de centros ocupacionales y siete viviendas con apoyos ubicadas en el territorio histórico.
El pasado verano, se tuvieron que firmar un total de 4.015 contratos. Esta cifra resulta llamativa si se tiene en cuenta que la entidad foral cuenta con 1.100 profesionales que se encargan de atender a mayores, personas con discapacidad y menores en situación de vulnerabilidad.
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