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Jesús Nicolás
Domingo, 15 de agosto 2021, 00:56
Quién haya atravesado Castilla, en coche se habrá detenido a ver la silueta de los pueblos de la meseta. A menudo las cumbres de estos 'skylines' rurales son campanarios y otras veces son silos. Estos colosos de hormigón fueron pensados para sacar de la hambruna ... a los españoles en plena posguerra. El trigo fue un monopolio del Estado hasta la entrada del país en la Comunidad Económica Europea en 1986. Desde entonces, cientos de estas 'catedrales del siglo XX' languidecen entre el olvido y el abandono institucional.
Euskadi no es una de las comunidades que más unidades ha tenido. Figura en la octava posición a nivel nacional y ha contado con nueve silos y ocho graneros, todos ellos en Álava. Estos edificios cayeron en manos del Gobierno vasco y en su mayoría fueron traspasados a los ayuntamientos pero, dada su escasa utilidad y sus elevados costes de mantenimiento, muchos han optado por ir deshaciéndose de ellos. De los nueve silos que había apenas quedan cinco en pie. El resto fueron reducidos a escombros.
Vitoria
En la capital, el único superviviente es el ubicado cerca del parque de Olárizu, aunque se encuentra abandonado. El que estaba en la granja de Arkaute ha desaparecido.
Pobes (Ribera Alta)
El silo y el granero de Pobes podría tener sus días contados. Situados junto a la autopista, los cooperativistas a los que tiene arrendado el granero el Ayuntamiento han sido ya comunicados de la apertura de un expediente de expropiación. La Diputación pretende hacer obras en la carretera. Hace un año que el Consistorio de Ribera Alta lo rehabilitó, tapando las goteras de la cubierta y limpiando y desratizando el complejo. «El futuro del silo es impredecible. Está en una ubicación comprometida, junto al río Bayas, en zona inundable. Teníamos intención de conservarlo, pero ahora toca esperar», señala el alcalde, Javier Gallego. Mientras, los agricultores ya están preparando su salida.
Ribabellosa (Ribera Baja)
El silo, ubicado en el límite con Castilla y León, «estaba cedido a una empresa cerealística pero sus dueños se han jubilado», comenta la alcaldesa, Miren Santamaría. En este sentido, lamenta que acometer cualquier tipo de actuación es muy costoso por la antigüedad del edificio. Y aunque han sopesado darle un uso cultural, es «inviable», de modo que intentarán venderlo.
Salvatierra
Los dos silos con mayor valor histórico son los de Salvatierra. El primero data de 1951 y tiene una capacidad para 950 toneladas, el segundo se levantó en 1968 y puede albergar 2.800 toneladas. Ambos se alzan abandonados junto a la estación del ferrocarril, conservan la vivienda del operario de la báscula y, al ser de los primeros, tienen un estilo historicista apreciable en falsos entramados de madera.
Oion
El Ayuntamiento riojanoalavés compró el silo al Gobierno vasco hace cuatro años. Este edificio consta del silo como tal, que continúa en desuso, y las naves adyacentes, que son empleadas como almacenes municipales. «Se ha pensado en pintar un mural con motivos agrícolas», cuenta el alcalde, Eduardo Terroba. Pero la pandemia paralizó este proyecto y también otro que consistía en convertir el silo en un rocódromo. Pese a todo, por el momento la demolición de este inmueble no es una opción porque, como asume el regidor, también es muy «costosa».
Zambrana, Alegría y Espejo
Zambrana llegó a un acuerdo con el Gobierno vasco que accedió a financiar el 100% de los costes de la demolición del granero y el silo. «Había riesgo de ocupación, muchos jóvenes además se subían al ático. Con la altura que tiene, era un peligro», recuerda el alcalde, Aitor Abecia. El primero en caer fue el granero en 2005. Hoy el solar donde estaba lo ocupa un promoción de viviendas públicas. En el caso de Alegría, el silo estaba abandonado debido a las «importantes filtraciones» en su cubierta, tal como detallaba el informe para su derribo en 1998. Para acometerlo, el Ayuntamiento tuvo que solicitar ayudas. Por último, en Espejo el Consistorio decidió demolerlo y vender el solar a una cooperativa.
1. Salvatierra. El primero fue construido en 1951 y tiene una capacidad de 950 toneladas, el segundo se erigió en 1968 con más del doble de capacidad, 2.800.
2. Ribabellosa. De 1967, puede albergar hasta 2.300 toneladas de cereal. Estuvo arrendado a unos agricultores recién jubilados. El Ayuntamiento de Ribera Baja lo ha puesto en venta ante la falta de recursos para reconvertirlo.
3. Oion. Construido en 1964 y con 1.800 toneladas de capacidad, estuvo en funcionamiento hasta los 80. El Consistorio lo adquirió y usa las naves como almacén. Hay un proyecto para convertir el silo en un rocódromo.
4. Olárizu. Erigido en 1952, tiene 1.950 toneladas de capacidad y se trata de la último silo superviviente de Vitoria, después de caer el que había en Arkaute.
5. Pobes. Mientras el silo de 1965 y de 1.400 toneladas permanece en desuso, el granero adyacente está arrendado por el Ayuntamiento a una cooperativa. El Gobierno vasco quiere expropiar ambos y demolerlos.
Desaparecidos. Arkaute no es el único silo perdido. Sobre el solar donde se ubicaba el silo y granero de Zambrana se está construyendo vivienda pública.
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