Retratos de una sala. La muestra 'Mujer / Máquina / Fábrica', que se pudo ver en 2023, organizada por el colectivo Artxibo. Jesús Andrade

La cultura alavesa carga contra la Diputación por cerrar la Sala Amárica

La polémica ·

Diferentes artistas y agentes del sector censuran la decisión foral, que abunda en la pérdida de espacios expositivos en una ciudad que llegó a ser «referente» y ahora «empieza a ser un desierto»

Domingo, 2 de febrero 2025, 00:49

La decisión de la Diputación de cerrar la Sala Amárica ha indignado a la cultura alavesa. El espacio que a partir de 1989 situó a Vitoria como cantera de artistas baja su persiana para convertirse en un centro de innovación. Responsables políticos, como la concejala ... de Cultura, dicen que la ciudad no está de luto, pero no es lo que opina el sector que temía este desenlace por la cuestionable gestión de los últimos años. Ahora carga contra la Diputación en una crítica por su política cultural que extiende al Ayuntamiento. La sala pasó de centro de arte contemporáneo a ser referente de la fotografía. En los últimos años ha servido lo mismo para promocionar la labor del Gobierno vasco en Vivienda que para rememorar la primera subida en automóvil al Gorbea.

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La medida llega en un contexto de incertidumbre con Montehermoso aún sin un contenido definido y el Iradier Arena vacío. Vitoria está hundida en el puesto 26 de las 41 ciudades analizadas en el Observatorio de la Cultura, por detrás de Murcia y Cuenca.

  1. Daniel Castillejo Exdirector de la Sala Amárica y el Museo Artium

    «Los responsables políticos no tienen ni idea de cultura»

Fue el primer responsable de la sala de 1989 a 2000, desde el inicio hasta su consolidación como «elemento esencial dentro del arte vasco». Recuerda que Amárica fue la primera galería promovida por las instituciones que se inauguró en Euskadi y sirvió como referente para que en Bilbao se replicase el esquema con Rekalde. «Tuvo un gran prestigio en el ámbito del arte contemporáneo con más de sesenta exposiciones de primer nivel y se recuerda como pionera con muestras de alto riesgo discursivo y estético», reivindica.

Cuando dejó la gestión de la sala, esa labor recayó en manos de un colectivo de artistas y a continuación ya empezó «a desbarrar» hasta «dejarse morir». «No se le puede echar la culpa a que no iba gente, sino a que han provocado que deje de ir gente. Lo que pasa es que muchos responsables políticos de Cultura no tienen ni idea de cultura», lanza. «Tenían que haberlo potenciado o darle una vuelta. Su cierre es un desastre, se le da carpetazo a uno de los equipamientos más importantes que ha tenido Álava», concluye.

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  1. Dorleta Ortiz de Elgea Artista

    «Mi padre no pudo exponer aquí en sus últimos años»

Al recién fallecido Carmelo Ortiz de Elgea, renovador del paisaje vasco, le resultó «muy complicado» durante sus últimos años mostrar su obra en Vitoria y le resultó «mucho más sencillo» hacerlo en ciudades del entorno. «Hace no tanto se ofreció a exponer en Amárica y le remitieron al Artium porque, decían, que su arte ya no tenía cabida en un espacio como éste», desvela su hija, la también artista Dorleta Ortiz de Elgea.

«Se ha arrebatado un espacio a la vida cultural de la ciudad que se queda en precario», afirma. «Vitoria está bastante empobrecida a nivel de centros expositivos. Sólo tenemos la esperanza de que a finales de año se reabran las salas de la Fundación Vital», plantea la pintora. «Ha caído como un jarro de agua fría sobre la comunidad artística de Álava. Al principio ninguno queríamos creernos que nos arrebataban una sala tan mítica».

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  1. Lorena López de Lacalle Diputada de Cultura de 2007 a 2010

    «La cultura es inversión en una sociedad mejor»

Cuando Lorena López de Lacalle fue diputada, decidió reconducir la situación de la sala y revirtió la decisión de instalar allí las Aulas de la Tercera Edad. Además, se dejó la gestión en manos del denominado 'Proyecto Amárica' para gestionar el espacio de manera «muy colaborativa con el sector». «La Diputación se ponía al servicio de los diferentes agentes culturales», explica. Perder ese pulso es lo que, a su parecer, ha lastrado a este espacio.

«La cultura es inversión en talento creativo, democracia participativa y una sociedad mejor para todos. Como la Sanidad o la Educación, no se puede estudiar en función de su rentabilidad, sino que es inversión de cara al futuro. Si había poca actividad es porque los contenidos de la sala estaban mal planteados y, diría más, igual resulta que en esta sala exponía quien era conocido de tal o cual», reprocha sin dar nombres. «Amárica no puede suplirse con la red de museos de la Diputación, el Artium o la Casa de la Cultura, como plantea la diputada Ana del Val. Cada uno de estos espacios tiene su especificidad y una exposición de artes visuales o fotografía sería como meterlo con calzador», declara.

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  1. Txaro Arrazola Artista y profesora de Bellas Artes

    «Ya se intentó cerrar y nos unimos para pararlo»

«Seguro que a Fernando Amárica le hubiese gustado que sobreviviese una sala dedicada al arte y no solo una plaza con su nombre», dice Txaro Arrazola, que echa la vista atrás para recordar que hace 25 años la Sala Amárica ya estuvo a punto de cerrar sus puertas. «Nos unimos el mundo de la cultura y conseguimos reunir más de 5.000 firmas que llevamos a las Juntas Generales y por eso no se cerró», detalla la artista y profesora de Bellas Artes, que espera que se repita esa movilización por parte de la juventud para salvar un espacio «bastión cultural» de una ciudad que considera que cuenta con músicos, artistas y producción cultural, pero que amenaza con «ser un erial si cortan todo».

  1. Alfredo Álvarez Plágaro Artista

    «Cuando un espacio pierde el alma, se huele rápidamente»

Alfredo Álvarez Plágaro observa la situación de Vitoria con los ojos de quien vivió en primera persona el 'boom' a finales del pasado siglo y desde hace tiempo reside en Madrid. «Entonces teníamos la posibilidad de mostrar nuestras obras en distintas salas del centro de la ciudad, pero en los últimos años ni se me ha pasado por la cabeza hacerlo», admite.

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El reconocido artista piensa que la clausura de Amárica es «una pena», pero desde fuera da la sensación de que «hace tiempo que perdió el rumbo». «Lo lógico hubiese sido enderezarlo en vez de cargárselo», apunta el artista. «Cuando un espacio ha perdido el alma, se huele rápidamente», remata.

  1. Jon Gorospe Fotógrafo

    «Álava ni siquiera tiene un premio a la creación artística»

Seleccionado en PhotoEspaña, con exposiciones el Círculo de Bellas Artes de Madrid o la feria Paris Photo, el vitoriano Jon Gorospe es uno de fotógrafos del momento. Desde 2018 y hasta 2020 fue director de Viphoto, un certamen por el que pasaron Fontcuberta, Irene de Mendoza o Jon Cazenave, con parte de la programación en Amárica.

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«No parece que el momento cultural del territorio pase por su mejor etapa. No se trata sólo de los cierres, sino de la falta de apoyo a los creadores», sostiene desde Oslo (Noruega). «Es probable que Álava sea una de las pocas provincias del país que no tiene ningún premio a la creación artística de alaveses por parte de su Diputación o Ayuntamiento. Apenas queda Montehermoso, que dan cuatro ayudas para montar una exposición, pero solo hay que mirar a su historial de los últimos años para ver cuántos alaveses han participado».

  1. Santi Arcediano Historiador del arte

    «Esto es como si el Athletic vende Lezama»

«Los artistas emergentes que quieren darse a conocer y buscan un público, ¿a dónde van a ir ahora?». Esa es la pregunta que ronda la cabeza de Santiago Arcediano, historiador del arte, desde que conoció el cierre. Subraya que este equipamiento fue «una plataforma de lanzamiento impresionante» en sus inicios. Pone el ejemplo de las nueve ediciones de la 'Anual Amárica' donde participaron personalidades de la talla de Alfredo Álvarez Plágaro, Gerardo Armesto, Txaro Arrazola, Juan Carlos Meana y «casi todos los artistas alaveses de vanguardia».

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«La infraestructura sigue siendo digna y céntrica. Con esta decisión, esto es como si un equipo de fútbol como el Athletic prescinde de Lezama», lamenta. «Vitoria ha caído del puesto 21 al 26 en el informe anual del Observatorio de la Cultura y seguiremos bajando. A los políticos les interesa más sacarse la foto con un artista de primera que con un joven que despunta», añade. «No tendría que perderse bajo ningún concepto. La cultura de Vitoria por supuesto que está de luto».

  1. Gorka Basterretxea Gestor cultural

    «No sé si es la gota que colma el vaso, pero es muy triste»

Gorka Basterretxea coincide en señalar que era una sala sin un rumbo fijo en los últimos años. «No sé si es la gota que colma el vaso, pero sí es una noticia triste». Sobre los espacios expositivos -con apoyo institucional- que quedan destaca Artium como «referente conectado a nivel europeo con otros museos». También menciona Montehermoso y un espacio nuevo en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Sin embargo, ninguna sala al uso. Contrasta si se mira a los vecinos. El ejemplo más cercano curiosamente en Bilbao es la reapertura de esa Sala Rekalde, impulsada por la Diputación de Bizkaia. «Es más amplia, mejor dotada para hacer exposiciones. ¿Podríamos hacer lo mismo? No sé si es bueno que nos comparemos, pero siempre queda esa duda...», comenta el que fue gestor de la galería Talka (2018 y 2020).

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  1. Fernando Illana Artista y galerista

    «¿Por qué no hay iniciativa privada sobre la cultura?»

Fernando Illana no quiere centrar su discurso en la Sala Amárica. Él prefiere hacer un análisis global sobre la situación de la cultura en la provincia, y sobre todo en Vitoria, porque empieza a ser «deprimente». Él presidió la Asociación de Artistas de Álava y durante 25 años gestionó la Galería Trayecto. Considera como «ley de vida» que se baje la persiana de los equipamientos culturales, pero le preocupa que nadie tome su relevo y la oferta se vaya reduciendo. Esta situación se repite desde hace «demasiado tiempo» sin que nadie haya reaccionado.

Illana cree que el concepto de cultura se ha diluido con el entretenimiento y la tradición, y eso ha perjudicado en la percepción ciudadana. «Más allá de criticar una decisión de este tipo hay que preguntarse por qué no existe iniciativa privada que cubra la demanda cultural».

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  1. Nerea Lekuona Artista

    «En Amárica decidí que me quería dedicar a esto»

Lekuona decidió que quería ser de mayor cuando por primera vez entró en la Sala Amárica. «Había una exposición de Morquillas, entré a verla y me impactó tanto que decidí que me quería dedicar al Arte». La artista, que formó parte del Proyecto Amárica, destaca que fue un espacio «referente en el tejido artístico vitoriano, pero también fuera» y que supone cerrar «otra ventana». «A ver dónde vamos a exponer ahora...».

  1. Mintxo Cemillán Artista

    «El cierre estaba cantado; no había programación estable»

«El cierre estaba cantado; dice la diputada que le habían dado una última oportunidad, pero sin una programación estable y haciendo todo a salto de mata era imposible». El artista pone en cuestión que la falta de público sea un argumento válido en este caso y se lamenta que «si no fuese por la iniciativa particular de algunas personas no habría nada, pero son hongos espontáneos; y tampoco es por falta de planes porque se han presentado muchos y luego no hay continuidad ni criterio político».

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  1. Iara Solano Artista y gestora cultural

    «En Vitoria hay un potencial increíble, pero falta visión»

OIara Solano, creadora, fundadora del grupo internacional Sleepwalk Collective y gestora de festivales como Intacto, vive en Madrid desde hace unos años. No oculta cierta desazón al hablar del circuito cultural de su ciudad natal. «Vitoria tiene un potencial increíble, pero falta visión y valentía. Tiene unos techos de cristal muy bajos», comenta tras recibir la noticia del cierre de una sala que tuvo un gran «impacto» para la creación de públicos e impulso del talento. Por las dificultades que se ha encontrado para sacar adelante proyectos y por clamorosos fracasos como Krea, desconfía de los planes para otros espacios como Montehermoso, que busca dar un giro en su programación. «Quieren impulsarlo y quiero ser positiva. Pero siento que en general hay una falta de flexibilidad y confianza patológica hacia la gente que está dispuesta a trabajar por la ciudad».

  1. Sara Berasaluce Fotógrafa y gestora cultural

    «En vez de fortalecer el tejido artístico, lo desmantelan»

Berasaluce también se hace eco de los malos datos del Observatorio de la Cultura. «Es alarmante para una capital que, en lugar de fortalecer su tejido artístico, opta por desmantelarlo», comenta la corresponsable del festival Baffest, de Insitu y una de las fotógrafas vascas con más proyección. Asegura que le indigna la situación y que las cifras de con las que justifica la Diputación el cierre, con 7.536 visitantes el año pasado, son tan solo una excusa. Para ella, convertir la sala en un centro de emprendimiento no es una «'evolución natural', sino una involución premeditada».

  1. Amparo Basterra Real Sociedad Bascongada de Amigos del País

    «Amárica estaría orgulloso de que le rindieran homenaje»

La historiadora Amparo Basterra, presidenta de la Comisión en Álava de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, recuerda cuando se asomaba al jardín de Amárica y veía los pavos reales que había. El deseo del artista era que se «hiciera honor a su obra», por lo que el cierre «debe tener mucha significación». «Se podían hacer exposiciones de su obra, otras propuestas y además dedicarse a foros culturales», apunta Basterra, que plantea que existen muchas lonjas vacías en el centro mientras que «no hay tantas salas culturales».

  1. Fernando Martínez de Viñaspre Gestor cultural

    «O nos ponemos las pilas o acabamos a la cola»

A Martínez de Viñaspre tampoco le ha sorprendido la decisión de la Diputación. «Ha estado dejado de la mano de Dios y nadie le ha prestado atención», critica. No cree que en los últimos años exista un «criterio expositivo» en la ciudad porque es una situación que no se ciñe a Amárica, sino también al Iradier Arena, el centro de Montehermoso... «O Álava se pone las pilas o nos vamos al vagón de cola de la cultura», considera.

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  1. Pilar López Teatro Paraíso

    «La Rioja tiene proyectos mejor situados que Álava»

Pilar López, de Teatro Paraíso, asegura que «hay un déficit de inversión horrendo desde hace años» y que el «único proyecto es Artium». Por ello, recalca que el cierre de Amárica no supone «un problema puntual sino que es endémico» y que eso está provocando que en comparación con los vecinos, Vitoria se esté quedando atrás a su juicio. «Bilbao, Donostia... Hasta La Rioja, que la miramos como si fuese de Segunda División, tiene proyectos culturales mucho mejor situados que Álava. El resto avanzan; nosotros retrocedemos».

  1. Piko Zulueta Fotógrafo y profesor en la Escuela de Artes y Oficios

    «Si desaparece es por una decisión política»

El profesor vitoriano sitúa el principio del fin de la Sala Amárica en 2020, cuando la Diputación anunció que iba a ampliar sus usos. «La sentencia llegó con Ana del Val, diputada de Cultura. Ahora tenemos un espacio menos en la ciudad y un chiringuito que vamos a ver cuánto dinero nos cuesta», carga al mismo tiempo que lamenta que este lugar pase a ser gestionado por el departamento de Desarrollo Económico. «Es muy lógico para alguien que no valora la cultura que pase de Cultura a otra cartera», comenta acerca de un proyecto «forjado durante años que desaparece por una decisión política».

  1. Gorka Salmerón Fotógrafo y profesor de Idarte

    «A los jóvenes no les quedará otra que exponer en bares»

Las paredes de la Sala América han mostrado en más de una ocasión las fotografías de Gorka Salmerón en los últimos años. Ahora, con el cierre, la ciudad se queda «huérfana». «Ha habido pocas instituciones que hayan tenido una política cultural para fomentar la fotografía y la cultura como la Diputación, pero ahora lo mandan todo al garete».

Salmerón es profesor en la escuela de diseño de Betoño, Idarte, y teme que la falta de «un espacio de tipo medio» arrastre otra vez a sus alumnos y otros creadores emergentes a colgar sus cuadros e instantáneas en bares. «Yo estoy superorgulloso de cuando era un joven que exponía en una taberna o una discoteca, pero sabía que luego existía un siguiente paso. Ahora, ¿qué esperanza les queda a los jóvenes?», cuestiona.

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  1. Yone Estívariz Fotógrafa y comisaria de proyectos culturales

    «Vitoria empieza a ser un desierto para la cultura»

El 'shock' que ha alcanzado a todo el sector cultural vitoriano es aún mayor cuando se habla con gente implicada con los proyectos de la Sala Amárica, como la fotógrafa Yone Estívariz. «Tengo indignación, pena, rabia... Era un espacio que activaba la cultura y vemos que no se apuesta por ello aunque denunciemos la necesidad de tener sitios así». Un cierre que ahonda en la crisis que el sector sufre en una ciudad que considera «empieza a ser un desierto para la cultura porque las ayudas van a ciertos lugares, personas y entidades al tiempo que se desvinculan de la cultura y de la creación». Y lanza al aire la pregunta que muchos se hacen: «¿Qué va a suponer esto?».

  1. Mikel Apellániz Galerista

    «Espero que sea algo cíclico; hay interés por la cultura»

El director de Galerías Apellániz, que se van a reinaugurar, según anuncia, forma parte del patronato de la Fundación Amárica y cree que el cierre «es una pérdida para la marca; se pierde la esencia de ese espacio y es al mismo tiempo una pena y también una situación preocupante como galerista». Pese a ello, se califica «optimista» y espera que la situación actual sea solo «algo cíclico porque en la ciudad hay un interés artístico real y también del público», aunque considera fundamental «montar exposiciones con gancho y que sirvan para azuzar el interés de la gente».

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