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Los endocrinólogos están preocupados por las repercusiones sanitarias que tiene una mala nutrición en los pacientes crónicos, sobre todo en los mayores. Calculan que uno ... de cada cuatro alaveses que ingresa por algún problema cardiovascular, respiratorio u oncológico en el HUA Txagorritxu o Santiago presenta además síntomas de desnutrición. Y a otro porcentaje de ellos esto les ocurre durante su hospitalización. «Puede que tengan problemas para tragar, dolores, que se les tenga en ayunas para la realización de pruebas, que se les cambien horarios de comidas. Uno puede desnutrirse tras tres o cuatro días comiendo mal y a veces no tienen un familiar al lado en el que apoyarse», explica Gonzalo Maldonado, jefe del servicio de Endrocrinología y Nutrición de la OSI Araba, organización que integra los centros de salud y hospitales de Vitoria.
Su equipo -11 endocrinos y seis enfermeras- participa junto a los de otros 16 hospitales de cinco comunidades autónomas en el proyecto Sedreno, que quiere conocer la dimensión real de un problema que catalogan de «serio», porque «aumenta el tiempo de ingreso del paciente, incrementa el riesgo de complicaciones y supone un mayor gasto de recursos», relata el especialista. La Alianza Másnutridos, impulsora de la investigación, busca contrastar los datos de un estudio efectuado hace diez años. Entonces, el 23% de los pacientes hospitalizados presentó riesgo de desnutrición al ingreso, un porcentaje que se elevaba al 37% en el caso de mayores de 70 años. Ahora se han analizado 2.185 casos en todo el Estado, de los que 190 son pacientes alaveses que ingresaron la segunda quincena de febrero en todas las unidades del HUA Txagorritxu y Santiago salvo la UCI y Pediatría.
Se les pesó y se les hizo un seguimiento específico durante toda la estancia, indicó el endocrinólogo. La intervención precoz por parte de su equipo y el seguimiento tras el alta son claves para tratar de evitar recaídas. «El sistema está muy preparado para hacer frente a un infarto o una neumonía, pero a veces los aspectos de la nutrición pasan más desapercibidos», indica Maldonado. Este proyecto es un paso más hacia la atención integral al paciente. Es pronto para publicar resultados, pero el equipo está «muy contento» con el estudio.
Los endocrinos del Hospital Universitario Araba (HUA) revisan los menús hospitalarios, diseñan dietas a la carta para personas con problemas de deglución, con intolerancias o con metabolopatías congénitas. Forman parte del equipo que asiste a los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), se coordinan con los psiquiatras para ayudar a las personas con anorexia, bulimia y otros trastornos de la alimentación y son también los responsables de la reintroducción de alimentos a quienes han estado largo tiempo en la UCI o se recuperan de una compleja cirugía. «Cuando un paciente está muy debilitado es prioridad. Hay que actuar lo más rápidamente posible, porque el pronóstico de su enfermedad de base depende mucho de su estado nutricional», explica Nines Vicente, responsable de la consulta de nutrición del HUA.
Los problemas graves de alimentación en pacientes oncológicos, paliativos o de digestivo son habituales. Estos especialistas en el sistema de glándulas son quienes asesoran a los otros médicos sobre adaptaciones de dieta, suplementos o sondas y equilibrio hormonal. Hay casos extremos en los que el sistema digestivo del paciente ha dejado de funcionar y entonces sólo puede alimentarse e incluso beber por vía intravenosa o a través de una sonda por la nariz o colocada en el estómago. Con ayuda de los farmacéuticos, los endocrinos establecen qué tipo de nutrientes (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas o azúcares) necesita cada enfermo. Incluso, si es necesaria insulina u otra medicación. «Es como un traje medida», indica Vicente. Si es posible, tratarán de que puedan beber o comer aunque sea cantidades ínfimas, pero hay veces que no pueden tragar nada de nada. Verán pasar el agua y la comida por delante sin poder probarlas. Y pueden sobrevivir así varios años. «Es duro acostumbrarse, pero es que es la única alternativa que tiene para vivir».
20 millones de pacientes están afectados en los países de la Unión Europea por la desnutrición relacionada con la enfermedad en la edad adulta, según la Alianza Másnutridos, que persigue acabar con esto en el sistema nacional de salud. Este colectivo engloba a nueve sociedades científicas, a colegios de enfermería y farmacia y a asociaciones de pacientes.
Consecuencias Se relaciona con un aumento de de complicaciones y de estancia hospitalaria, mayor necesidad de tratamientos, aumento de las recaídas y de mortalidad y más consumo de recursos.
37% En mayores de 70 años, la prevalencia de este problema es mayor, sobre todo, asociado a cáncer, enfermedades del sistema respiratorio y cardiopatías. Un estudio de hace diez años fijaba en un 23% la cifra de pacientes que o bien ingresa con desnutrición o bien empeora durante su estancia en el hospital.
Proyecto Sedreno Participan 17 hospitales, entre ellos el HUA, Cruces, Galdakao y Zumárraga.
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