La crisis migratoria aumenta un 12% la llegada de menas a Álava, con 175 atendidos en 2024

Estos menores son atendidos en las cuatro etapas que componen el proyecto Bideberria que, además del histórico edificio Molinuevo de la calle San Ignacio de Loyola, cuenta con una serie de pisos en donde se les prepara de cara a una vida adulta independiente. Unas instalaciones que este año han registrado una ocupación importante de menas, aunque no tan exagerada como en Bizkaia, donde el Gobierno foral de Elixabete Etxanobe incluso tuvo que declarar una situación de «excepcionalidad» ante la avalancha que ha registrado en el último año.

La llegada de jóvenes foráneos atendidos en los recursos sociales de Álava ha repuntado desde los 156 usuarios en 2023 a los 175 en el último año. Sobre todo proceden de Marruecos (77), Argelia (48) y Gambia (27), aunque también han pasado por Bideberria durante los últimos meses personas procedentes de Pakistán (10), Guinea-Conakri (4), Ghana (3), Burkina Faso, Camerún, Nigeria y Túnez.

Eso ha provocado que el presupuesto de la Diputación reservado para la atención de jóvenes desarraigados haya ido creciendo, salvo con la excepción de 2020 y 2021, cursos que estuvieron claramente condicionados por las limitaciones de movilidad. En 2019 se emplearon 4.051.902 euros y el pasado ejercicio, 4.615.723 euros para este concepto. Esto supone un aumento del 13,9% en el último lustro. Si se echa la vista mucho más atrás, se percibe que en 2005 se dedicaba poco más de un millón, pero el contexto era bien distinto y muy alejado de la crisis migratoria actual.

Los datos de llegadas que el Departamento de Políticas Sociales, que dirige Gorka Urtaran (PNV), ha aportado al grupo juntero de Vox muestran la evolución desde 2010, cuando sobre todo abundaban los súbditos de Guinea (13). Y es que entonces tan sólo se atendió a 38 menas en los servicios de la Administración foral, aunque con un escenario económico y social totalmente diferente al presente. Pero a partir de la pandemia sí que se observa una fotografía bastante más fiable y demuestra el 'tirón' de Álava para los recién llegados de Marruecos, Argelia y Gambia.

Precisamente, el proyecto de Bideberria se rearmó justo antes para dejar de ser un centro estanco junto al parque de Molinuevo. Se dispusieron pisos, donde se les prepara para la emancipación después de haber superado satisfactoriamente un módulo básico en que se inicia la enseñanza del castellano y de las normas básicas para la convivencia.

Urtaran explica que los menores reciben formación en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en grados medios de FP, cursos de certificado profesional o lecciones de castellano impartidas a través de la fundación Itaka-Escolapios. Eso ha servido en los últimos años para preparar a estos menas como soldadores, albañiles, panaderos, auxiliares en residencias de mayores, pintores y hosteleros.

Los jóvenes que llegan a esas etapas formativos tienen claro que vienen a Álava para conseguir 'papeles' y así poder trabajar. De hecho, el 80% de los chavales atendidos en Álava consigue un contrato laboral. Pero también los hay que han tenido problemas con la Policía Local y la Ertzaintza por su conducta o haber cometido actos de carácter delictivo. «El área del Menor y Familia conoce a través del nuevo sistema de comunicación de datos con la Fiscalía que en 2024 se han abierto expedientes administrativos a cinco menores y once han sido detenidos o retenidos», reconoce el texto suscrito por Gorka Urtaran. En la documentación, sin embargo, no se especificado si son once personas distintas o se trata de algún reincidente que engrosa la cifra total. Eso sí, la Diputación aclara que no se han producido ninguna repatriación a Marruecos, como plantea Vox.

En el aumento del presupuesto reservado para menas hay que tener en cuenta que la Administración foral ha pasado a atender también a los menores extranjeros tutelados cuando cumplen la mayoría de edad. No se les quiere dejar sin 'red' social tras cumplir los 18 años. El Departamento de Políticas Sociales recuerda que dispone de plazas reservadas en Bideberria y del programa de transición a la vida adulta Hegan, que conlleva «un apoyo educativo de seguimiento del menor» más una ayuda económica de «sostenimiento» para el alquiler habitacional.

Para posibilitar ese salto se dedica una ayuda de 450 euros por alojamiento durante un máximo de tres meses y de 425 euros en concepto de ayuda económica.