La cripta de la Catedral Nueva estrena un columbario con capacidad para 300 urnas

El columbario está compuesto por 95 nichos con capacidad para tres o seis urnas y su alquiler es por un plazo de 30 años, prorrogable en el tiempo. El precio ronda los 1.500 euros (unos 4 euros al mes), aunque podrá adaptarse según el poder adquisitivo de los interesados. Dilatar el servicio, eso sí, será más barato, aunque no hay unan cuantía fija establecida. Estos pequeños cubículos blancos se encuentran en el lateral del altar. En ellos se grabarán los nombres y se habilitará un espacio para que depositar flores y velas para honrar a los fallecidos. «Es un servicio económico, a un precio más asequible que el ofertado en los cementerios», detalla Baya. Los familiares podrán acceder a la cripta cuando quieran, tanto a la mañana como a la tarde. La Diócesis ha establecido un horario flexible mediante citas que se concertarán llamando por teléfono (945 13 29 52). A este número también deberán llamar aquellas personas interesadas en contratar este servicio.

La Catedral Nueva es el primer templo del territorio que habilita en su interior un columbario. Su capacidad podría ampliarse si la demanda es alta. Este servicio también se ofrece en el cementerio de El Salvador, donde hay una zona con 256 columbarios. En 2016 el Vaticano censuró de forma expresa esparcir las cenizas, llevarlas a casa o dividirlas; y exigió que se queden en lugares sagrados. Por ello, las nuevas sepulturas de la cripta también ofrecerán descanso en un área comunitaria gratuita para los restos de familias con recursos económicos limitados.

El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, bendecirá este domingo 1 de noviembre el columbario tras la misa celebrada por la festividad de Todos los Santos. Ahora este espacio ve la luz al finalizar unas obras que arrancaron en verano a través de una iniciativa popular recogida por el equipo sacerdotal de la Catedral. El día 8 de cada mes se celebrará una misa en memoria de los difuntos que descansan en la cripta. Una eucaristía que, según expone el párroco, «busca honrar a los seres queridos periódicamente y tenerlos en la memoria».