Íñigo Torres: «Crear una denominación Rioja Alavesa es un error, haría daño a las bodegas»

- ¿Por qué?

- Como grupo siempre hemos defendido que tenemos un gran valor que es la marca Rioja. Nos diferencia respecto a otras denominaciones porque es potente y eso facilita la comprensión del consumidor. ¿Romper y crear otra denominación sobre la que ya tenemos? ¡Para qué, si es nuestro gran activo! Nos parece un error, una mala decisión. No estamos a favor de una denominación Rioja Alavesa dentro de Rioja porque debilitaría la marca y sería negativo para la denominación y nuestras bodegas. Les haría daño.

- ¿Y tiene recorrido esa aspiración que abanderan en Álava, sobre todo desde la Diputación y el PNV?

- Nuestro sector es muy maduro y está organizado y ordenado. Tiene bien delimitada la representatividad -dentro del Consejo Regulador- y para llegar a acuerdos hace falta el 75% de los votos. En esta Denominación se pueden hacer muchas cosas, siempre que el sector tome las decisiones. Ese planteamiento de una denominación Rioja Alavesa es muy complicado. Ya existen tres zonas y ante la demanda de diferenciación hemos respondido con los vinos de zona, municipio y de viñedo singular. Esos pasos necesarios ya los hemos dado. No tiene sentido ir más allá. Esas propuestas que hemos conocido por los medios o en declaraciones de dirigentes políticos ahora mismo no tienen recorrido.

- El PNV quiere trasladar aquí el modelo Burdeos. ¿En qué consiste? ¿Es posible?

- Más allá de las dificultades legales, que entiendo que las hay, Rioja es una denominación de origen con una tradición y una historia muy largas. En 2025 el Consejo cumplirá un siglo. En el Grupo Rioja hay bodegas que lo fundaron, algunas tienen más de 150 años de vida y llevan desde entonces elaborando vino, identificando una zona y dándole prestigio. Rioja no está en posición de copiar a nadie, ni puede ni debe hacerlo, ni a Burdeos ni a Borgoña. Aquí se han elaborado vinos con diferentes variedades de uva de distintas procedencias para ensamblarlas buscando siempre la mejor calidad. El resultado han sido los vinos históricos que han dado prestigio.

- Habla de Burdeos y también de Borgoña. ¿En qué se diferencian?

- El modelo Borgoña es el modelo vitícola elevado a la máxima expresión, donde lo único importante es el viñedo de donde proceden las uvas. Y en el modelo Burdeos hay más relación del viñedo con la bodega, con los 'chateaux', pero su clasificación es de mediados del siglo XIX y cambiarla no es fácil. Tampoco en Rioja se puede inventar así por así o dar la vuelta al calcetín.

- ¿Y en qué puede fallar la Denominación, si falla en algo, para que se pretendan introducir cambios de tanto calado?

- Estamos entre las denominaciones de mayor prestigio a nivel mundial y fuera de aquí todos dicen que quieren parecerse a Rioja e imitar nuestro modelo de éxito. Sí que podemos ir matizándolo y darle más protagonismo al viñedo porque hemos sido una denominación más de vinos. Pero intentar copiar el modelo de Burdeos o Borgoña es un error, porque nuestra realidad es distinta.

- Su grupo representa a empresas que venden millones de botellas de vino, pero en Rioja Alavesa también hay pequeños bodegueros con producciones más reducidas y que no pueden competir ni en precio ni en cantidad. El campo de juego, ¿no le parece distinto?

- En el Grupo Rioja tenemos bodegas de las más grandes pero también medianas y algunas de las más pequeñas. Si hablamos de diferenciación, la Denominación puede aportar pero también la bodega y la marca deben sumar. Nuestras compañías tienen vinos de mucho valor, fruto del trabajo de años y años y de invertir recursos económicos y humanos. Una denominación se crea a través de las marcas, las bodegas y los viticultores. Y en este caso Rioja es el vehículo perfecto que ayuda a vender el producto.

- 'En Rioja Alavesa se trabaja de otra manera, se cuida más el viñedo, se va más a calidad que a cantidad'. ¿Qué opina sobre este tipo de afirmaciones que se hacen en la comarca para diferenciarse de otras zonas de la Denominación?

- Son clichés. Cada zona tiene sus propias características, sí, pero se parece más Haro a Labastida que Labastida a Oion. No es una cuestión única de Rioja Alavesa que haya un minifundio y que la labor en el campo se haga manualmente, porque también se trabaja así el viñedo en Rioja Alta u Oriental -antes Rioja Baja-. No existe tal diferenciación que a algunos les gusta decir.

- ¿Entre ellos a los dirigentes políticos? A seis meses de las elecciones, ¿cree que agitar la bandera de una denominación Rioja Alavesa va a ser algo habitual?

- (Sonríe) Los políticos se dedican a hacer política y nosotros nos dedicamos a un sector muy importante para esta región porque aporta riqueza. Hay 2.000 viticultores en Rioja Alavesa que de manera directa o a través de las cooperativas venden sus uvas a bodegas del Grupo Rioja. Eso contribuye a mantener la población en los municipios. A veces oigo hablar de despoblamiento a los dirigentes públicos. ¡Que hagan comparativas entre los pueblos de Rioja Alavesa y los que están más allá de la sierra, al norte, y miren a ver cuáles están menos habitados!

- ¿Conoce alguna bodega de Álava o de La Rioja dispuesta a salir de la Denominación como dijo hace unos meses el presidente de ABRA?

-No, pero cada uno conoce realidades distintas. En Rioja hay 607 bodegas embotelladoras de vino. Sólo una se ha ido -en alusión a Artadi-. Aquí está el que quiere y no sobre nadie.

- Bodegas del Grupo Rioja junto a la patronal SEA, la Diputación y el Consejo Regulador abrieron en octubre Ardoleku, un centro del vino para profesionales. ¿Cuál es el objetivo de este espacio?

- La promoción del vino y la formación. Hay que estar al día y los profesionales deben actualizar sus conocimientos.

- También da la sensación de que es un espacio a través del cual el Consejo quiere tener más presencia en Vitoria y Álava. Porque ahora se le tacha de ser casi exclusivamente de Logroño y de La Rioja.

- Puede haber esa percepción, pero sede del Consejo Regulador hay una y está en Logroño, porque históricamente siempre ha estado aquí. Yo le doy el mismo valor a las tres zonas y en Rioja Alavesa, de hecho, tenemos mayor porcentaje de valor de comercialización de los vinos. Me gustaría que se identificara igual Logroño que Laguardia dentro de la Denominación.

Íñigo Torres está «satisfecho» con el resultado de la última vendimia y espera que ayude al sector en un año complicado por la caída de las ventas de vino. Pero recuerda que subir los precios no es la solución.

- La vendimia de 2018, ¿servirá para quitarse el mal sabor de boca de la del año anterior, sobre todo en volumen?

- Sí que hemos tenido una cosecha amplia, pero compleja, con mucha humedad. Ha sido de los años en los que más se ha trabajado en el campo, pero el esfuerzo titánico ha tenido recompensa. Con una vendimia amplia y unos vinos de grandísima calidad.

- ¿Se podrá recuperar el excedente tras la escasa cosecha de 2017?

- Esperamos recuperar ese déficit de existencias. El año pasado no llegamos ni a los 350 millones de kilos de uva -2018 se ha cerrado con 486, la segunda más amplia de la historia-, debido a la helada importante de abril, que afectó sobre todo a Rioja Alavesa y Rioja Alta. Se elaboraron menos de 250 millones de litros de vino, cuando nuestras ventas anuales estaban en torno a los 285 millones. Eso generó un déficit importante con el consiguiente incremento relevante de precios. Y en un mercado tan competitivo y maduro como el del vino, el aumento de precios afecta con un descenso de ventas que ya se nota. Estamos en una caída en torno al 7,5% en volumen.

- Y el 'Brexit' tampoco ayuda.

- Vivimos momentos de complejidad económica. La caída en las ventas es consecuencia de la helada de 2017 y una menor producción, pero también se han juntado otras cuestiones externas como el efecto 'Brexit'. Reino Unido es nuestro principal mercado de exportación. Y esa inseguridad que hay, porque no se sabe si habrá acuerdo final de salida de la Unión Europea o cómo será ese acuerdo, si con un 'Brexit' duro o blando, lleva a la incertidumbre y las ventas se retraen.

- El aumento de plantaciones de viñedo en la Denominación Rioja hasta 2021, ¿es una oportunidad o una amenaza?

- Nosotros lo vemos como oportunidad. Somos partidarios de crecer en superficie porque aspiramos a ganar valor y volumen. La Denominación ha venido creciendo en volumen de comercialización a un ritmo del 3% en los últimos 30 años y eso ha sido más riqueza para el sector. Y si queremos abastecer esas necesidades de mercado sólo hay dos opciones: crecer en superficie o en rendimientos. Hacerlo en rendimientos -que de cada hectárea salgan más kilos de uva- puede ir en contra de la calidad, así que la receta es crecer en superficie. Pero como Grupo Rioja también decimos que hay que apostar por una viticultura de calidad, buscando terrenos idóneos para conseguir las mejores uvas.

- Con nuevas plantaciones, ¿cómo repercutirá en el precio?

- La Denominación Rioja, repito, ha crecido a un 3% en volumen en los últimos 30 años y a un 1,5% en superficie, pero los precios han subido de forma escalonada. Así que no tiene por qué afectar negativamente, al contrario ya que daría más estabilidad y el aumento de precios sería progresivo. Cuando se dispara el precio de la materia prima, tenemos una pérdida en las ventas. Crecimientos rápidos el mercado no los acepta.