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Alumnos del colegio Niño Jesús se ejercitan en el parque de San Martín. BLANCA CASTILLO.
El Covid revoluciona la educación física

El Covid revoluciona la educación física

Las clases salen al parque. Las sesiones de gimnasia ahora son con mascarilla, sin tocarse, sin compartir material y con nuevas actividades como relajación, tai-chi o coreografías

Domingo, 27 de septiembre 2020, 03:39

Pasan apenas unos minutos de las once de la mañana y un grupo de alumnos de la ESO del colegio Marianistas corre por el parque de La Florida. Llevan puesta la mascarilla, aunque alguno de ellos se la ha bajado hasta la barbilla cuando las gotas de sudor ya le corren por la frente. Los chavales esquivan a perros y a paseantes, que les observan contrariados. Se tendrán que acostumbrar a la estampa, porque el Covid ha hecho que las clases de Educación Física salgan de los colegios y lleguen a los parques. Espacios más grandes y al aire libre, donde el riesgo de contagio es menor. Varios centros de la capital alavesa ya realizan las sesiones de gimnasia en zonas verdes cercanos, y explican que así lo seguirán haciendo siempre que el tiempo lo permita.

Cruzando la carretera, en los jardines traseros de la Catedral Nueva, otro grupo de alumnos enfundados en chándal o mallas prestan atención a su profesor. Les explica un juego de agilidad por grupos en el que no existe el contacto físico. Les recuerda también que se coloquen la mascarilla de forma correcta. Bienvenidos a la nueva normalidad. «El Covid nos ha obligado a reconfigurar toda la propuesta didáctica. Las clases de educación física son probablemente las que más han cambiado en esta vuelta a las aulas», explica Joseba Albisu, miembro del equipo de deportes de Egibide. Lo cierto es que la pandemia ha cerrado el paso a muchos ejercicios y deportes que se hacían hasta ahora pero al mismo tiempo ha abierto la puerta a especialidades que antes no se practicaban como yoga, tai-chi, estiramientos, coreografías o relajación corporal.

«Ahora mismo estamos recomponiendo nuestra programación deportiva y pensando en cómo introducir en las clases de gimnasia actividades como el yoga o la relajación», señala Cristina Arguijo, directora del colegio público Samaniego. «En caso de utilizar material común en alguna de las clases, después se deja en una consigna y ahí permanece entre 24 y 48 horas tras ser desinfectado», agrega. Precisamente es la desinfección del material común uno de los aspectos en el que los colegios son más cuidadosos. Aunque siempre que se puede prima el deporte individual con el objetivo de que los chavales no compartan objetos.

«Lo que toca ahora son actividades sin mucho contacto físico. En nuestro caso estamos utilizando el polideportivo que tenemos enfrente del cole para contar con más espacio y los alumnos se desinfectan los zapatos cada vez que entran», apuntan desde el centro Ramón Bajo, en el Casco Viejo de Vitoria. En el caso de los alumnos de Niño Jesús, se trasladan hasta el parque de San Martín para poder estirar y correr al aire libre. «Esta pandemia es una oportunidad para dar pie a la creatividad y a la imaginación. Hay que buscar solociones en tiempos difíciles», dice optimista su director, Dario Nasilli. Esa vuelta de tuerca ha cambiado también el tradicional juego del pilla pilla que los alumnos practican en gimnasia. Ya no utilizan la mano para pillar al compañero, ahora lo hacen con un churro de espuma (de los que se ven en las piscinas) que permite mantener la distancia.

Este sistema lo utilizan también en Urkide, donde se intenta que el intercambio de material sea lo más reducido posible. «Siempre que se pueda vamos a intentar dar las clases fuera del colegio. No utilizamos los vestuarios porque son muy pequeños y no tienen ventilación», explica su director, Aitor Pérez de San Román. El no poder hacer uso de los vestuarios también ha hecho que los centros opten por modalidades más suaves.

Una carpa en el patio

«Los chavales han estado mucho tiempo parados y eso se nota. En este inicio de curso estamos trabajando sobre todo el fondo físico», señalan desde el colegio Marinistas, donde los ejercicios se han trasladado al campo de fútbol de hierba, un espacio mucho más amplio que los que se usaban el curso pasado para las clases de educación física.

En NClic montarán en las próximas semanas una carpa para poder hacer todas las sesiones posibles al aire libre pero al mismo tiempo con un cubrimiento. Una solución que posibilitará a los niños el ejercicio físico en el exterior los días de lluvia. «Las artes marciales ahora las hacemos sin contacto, solo katas individuales y hemos repensado las extraescolares. Este año habrá deportes sin contacto como tenis de mesa y otras opciones como taller de arte o de cocina», desgrana su director, Alejandro Saurina. En Divino Maestro, «ahora hacemos juegos de relajación, bailamos y los alumnos preparan coreografías», desgrana Javier Izaguirre, profesor de Educación Física.

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