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Álava cuenta con dos UVI móviles, es decir ambulancias medicalizadas con equipos técnicos y humanos preparados para responder a urgencias en las que esté comprometida la vida. Una tiene base en Vitoria y la segunda en Llodio y dependen directamente de Osakidetza. Les apoya ... el helicóptero, que sólo vuela de día y si la climatología lo permite. Es así desde 2008, cuando se decidió prescindir de una tercera ambulancia que se dedicaba a los traslados entre hospitales.
Cuando el centro de coordinador de emergencias las activa han de llegar al lugar del accidente, del incendio o del infarto en menos de 15 minutos que es el tiempo de respuesta que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cuando las dos UVI están ocupadas, algo que cada vez ocurre con más frecuencia ya que entre otras cosas la de Llodio está el 90% del tiempo ocupada en Bizkaia, se busca apoyo en ambulacias de otros territorios y de Rioja, Castilla y León o Navarra. Se pierde tiempo y la Covid-19, con todas las medidas de protección, ha roto aún más un equilibrio que era muy frágil.
Los sanitarios y técnicos de emergencias de las dotaciones alavesas hace ya años que reclaman dos UVI más para el territorio, una con base en Iruña de Oca, en el parque de bomberos, y otra dedicada solo a los traslados entre hospitales. Delegados de ESK Emergentziak le han presentado su propuesta al nuevo director de Emergencias, Óscar Aller, sin obtener respuesta a cambio.
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dos dotaciones más
Un breve repaso a las hemerotecas de los últimos años permite descubrir al menos ocho incidentes en los que las UVI móviles con base en Vitoria y Llodio estaban en ese momento ocupadas y se vieron apuradas para llegar en tiempo. Hubo que recurrir a otros apoyos.
Ocurrió en un incendio hace cinco años en Valdegovía en el que falleció una persona. Osakidetza pidió una UVI móvil a SOS Rioja, pero el protocolo de esta comunidad no la consideró necesaria. Osakidetza montó en una ambulancia básica a un médico y una enfermera del centro de salud de la zona que fueron los primeros en tratar de reanimar a una persona que se encontraba en parada cardiorrespiratoria. La UVI riojana llegó después.
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En 2017, un escape de cloro en una piscina de Tolosa obligó a evacuar a decenas de personas a hospitales y durante horas las ambulancias medicalizadas alavesas quedaron fuera de servicio. La de Vitoria no estuvo disponible en 2018 para llegar a tiempo a un accidente de tráfico grave en la A-1 a la altura de Zambrana un día en el que también estaba ocupada la UVI de Miranda. Acabó yendo el helicóptero.
También tuvo que ser evacuado por aire un ciclista que había sufrido una grave caída en Rioja Alavesa en un momento en que la ambulancia vitoriana estaba en otra intervención y ni Logroño ni Haro podían mandar a las suyas. Y la de Vitoria no dio abasto en agosto de 2007 cuando una conductora kamikaze provocó un accidente con un muerto y ocho heridos en la A-1 en Treviño.
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más trabajo
Y no todas estas incidencias ocurren lejos de la capital. Ha habido apuros para acudir a hacer una reanimación cardiorrespiratoria avanzada (más compleja) en pleno centro de la ciudad porque en ese momento la UVI de Vitoria trasladaba a un paciente muy grave a un hospital de otro territorio. En otoño del pasado año, coincidieron a la vez tres 'códigos infarto', dos en la capital y una en zona rural. Con la ambulancia de Llodio en Bizkaia, la vitoriana en otra emergencia y el helicóptero sin poder volar por el mal tiempo, la salvación llegó desde Mondragón. Y tampoco llegaron en tiempo al accidente de un montañero en la zona de escalada del Aizkorri-Aratz al que se envió como primer recurso al médico del pueblo.
Desde 2008, las cosas han cambiado. Vitoria ha ganado población, ha aumentado el tráfico, cada vez hay más accidentes laborales graves y aumenta la población mayor y con ella los ictus e infartos. Según datos de Osakidetza, entre 2017 y 2019, el trabajo de las UVIs móviles ha aumentado un 27%. Y eso era antes del coronavirus. Además de una dotación en Nanclares de la Oca y la de traslados, ESK defiende que se cree una red de 'vehículos de intervención rápida' para montar en ellos a los médicos y enfermeras con un equipo mínimo para que puedan intervenir en los domicilios y reducir hospitalizaciones.
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