–¿Han decidido la alternativa definitiva para llevar el tranvía a Zabalgana?
–Estamos en ello. En el estudio informativo que se realizó, se contemplaban diversas alternativas, aunque solo se sometió a información pública la que más nos gustaba a las instituciones. Lo que se trata en estos momentos, por parte del departamento, ETS y el Ayuntamiento, es analizar las alternativas para que tengamos una garantía de que se pueda desarrollar el proyecto sin que tenga ninguna interferencia ni estén condicionadas por el trazado del tren.
–¿Hay alguna opción que sobresalga del resto?
–Son parecidas. Lo importante es llegar a Lovaina o Sancho el Sabio, que ya está contemplado en el estudio informativo. Aún se deben estudiar las ventajas e inconvenientes.
–Adriano VI o la Avenida verían muy afectado su tráfico.
–Hay que tener en cuenta la afectación del servicio que das en la ciudad, la captación de los viajeros, la compatibilización con el tráfico rodado... Estamos en plazo suficiente para tomar decisiones y que no imposibilite la realización del proyecto en unos tiempos razonables para contar con una infraestructura de transporte muy interesante.
–Se les criticó mucho por la imagen de «improvisación» que dieron poco después de que el Ayuntamiento planteara una solución parcial.
–No tengo por qué responder a la oposición municipal. Lo que digo es que el estudio informativo existía, no es algo nuevo.
–Necesitará nuevas cocheras.
–Es necesario contar con unas instalaciones de cocheras en el suroeste, que nos ofrezcan la garantía de dar un mayor servicio sin que haya pérdidas de tiempo o tranvías vacíos para llegar al punto de inicio del servicio. La definición de la ubicación exacta coincidirá en el tiempo con la alternativa que se escoja.
–¿Cuándo se decidirá dejar de esperar al soterramiento del TAV para realizar este proyecto?
–Depende de los tiempos. Pero si el objetivo es iniciar la obra del tranvía a Zabalgana en el año 2024, a buen seguro tendrá que ser una alternativa distinta al planteamiento inicial.
–¿Qué pesa más ahora? ¿Empezar la obra o esperar al TAV?
–Hay que tener en cuenta los tiempos para lograr la integración ferroviaria en Vitoria. En las próximas semanas habrá una reunión a nivel interinstititucional y se hablará sobre los plazos.
–Pero el hecho de comenzar a trabajar en otro escenario convierte el escepticismo del soterramiento en incredulidad.
–Todo es posible si hay voluntad política y capacidad económica. En estos momentos, lo que hay es una estimación de costes de la integración ferroviaria del TAV. Se está hablando de más de 600 millones de euros (unos 680 según los últimos datos en el caso de Vitoria) y sin ninguna plusvalía urbanística que limite el esfuerzo presupuestario de las administraciones. Como consecuencia de los avances de los estudios informativos y ambientales, las mejoras que se planteen y demás, esa cifra no va a disminuir, sino que se va a incrementar. Y probablemente, de manera sustancial. Habrá que ver las capacidades de las administraciones y el interés de llevarlo a cabo, el coste final y cómo se reparte. Pero son decisiones que hay que adoptar. Y, en función de eso, habrá que adaptar otras cuestiones colaterales para que una actuación no imposibilite otra.
–¿Cuándo se aprobará el estudio informativo?
–Está en ejecución y no hay más avances que la exposición pública y las miles de alegaciones que se presentaron. Todo ello requiere un proceso de digestión lenta.
–Le noto pesimista.
–No. Soy realista, sin más.
–¿Qué le dicen desde Madrid?
–Se están analizando los plazos, tiempos y trabajos pendientes. El Ministerio nos ha dicho que va a convocar en breve las comisiones interinstitucionales. De hecho, para el día 24 han programado la de Bilbao y espero que próximamente se convoque también la de Vitoria.
–¿Significa eso que puede haber avances?
–El Ministerio de Transición Ecológica le pidió unos informes a Adif el mes pasado y todo requiere su tiempo. También es bueno que se actualicen los datos y la situación actual. Y que, en su caso, se vayan logrando compromisos de financiación, porque estamos hablando de muchísimo dinero.
–¿No se plantean la llegada del TAV en superficie?
–No estamos en esa clave. Evidentemente, llegar en superficie es muy sencillo porque se trataría solo de crear un tercer hilo. Y en el caso de Bilbao, igual. Posibilidades hay, pero desde hace años el objetivo compartido es plantear una integración soterrada. Fundamentalmente, supone una mejora urbanística, no de infraestructura ferroviaria.
–¿Qué plazos manejan para la llegada del TAV? Ya sabe que se va retrasando periódicamente.
–A día de hoy, no puedo contestar con certeza. Probablemente en un plazo no muy largo, tendré documentación e información suficiente para poder aventurarme a dar plazos razonables y posibles de ejecución.
–Pero para 2026 parece casi imposible.
–Usted lo ha dicho, no yo.
–Tampoco me ha replicado.
–(...)
–¿Cómo se definirá la conexión con el resto de la red a través de Burgos?
–Lo que perseguimos es intentar coordinar los trabajos de la 'Y' vasca y concretar la conexión. No puede ser una intercity entre las capitales vascas, sino un sistema que nos conecte con el resto de España y, en el futuro, con Europa. Una vez se defina el calendario ajustado a la realidad, intentaremos acompasarlo.
–En cuanto a la vivienda, ¿cuándo entrará en vigor el decreto de habitabilidad?
–Este año va a ser importante desde el punto de vista de los decretos de la ley de vivienda. El de habitabilidad está en tramitación y creo que podremos aprobarlo este año. El derecho subjetivo estamos en disposición de poder aprobarlo. Queremos tener la garantía de contar con efectivos de personal suficientes para tener capacidad de responder adecuadamente a la demanda de derecho subjetivo, sabiendo que estamos afectando a una parte de la población muy sensible.
–En comunidades como Baleares se ha planteado la posibilidad de expropiar segundas viviendas vacías. ¿Qué le parece?
–También en la ley de vivienda se contempla eso. En una situación extrema, en áreas de evidente necesidad de viviendas... Pero hay otros instrumentos, como canon de vivienda deshabitada y la puesta forzosa en alquiler, entre otros, para que la vivienda sea habitada. Pero eso tiene que venir unido con la zanahoria. Aquí es el programa Bizigune. Tienes que ofrecer al ciudadano la posibilidad de que te ofrezca la vivienda para que la pongas en el mercado.
–El desastre de Zaldibar ha cumplido un año y le tocó de cerca. ¿Cómo lo recuerda?
–Es muy duro. No solo por el hecho en sí, que es grave, sino porque me tocaba de lleno. Tampoco me pilla de sorpresa el aprovechamiento rastrero desde el punto de vista político, que lo siguen haciendo. En todo este tiempo, encargamos una auditoría a una empresa de prestigio internacional, y dice que el gobierno cumple las directrices europeas y la ley española. Analizando los residuos in situ, determina que todos eran autorizados. Lo más reciente, de hace cosa de un mes, es que el Parlamento europeo dice que el Gobierno ha cumplido con su cometido. Esa es la realidad objetiva.