Cosechadora en tareas de recolección de cereal. rafa gutiérrez

La cosecha de cereal afronta la recta final en Álava con un desplome histórico

El sector confirma que las canículas, la sequía y la baja humedad traerán un descenso del 40% en la recolección que «quizás no se ha visto nunca»

s. arroyo

Miércoles, 27 de julio 2022, 00:29

A menos de dos semanas de que concluya la campaña de cereal en Álava, con más del 80% de la cosecha ya recogida, se cumplen los peores augurios. El desplome será histórico, inédito en, al menos, la última década. El sector primario confirma esa merma ... del 40% en la recolección de trigo, cebada y avena que ya aventuraba con las canículas, la falta de lluvias y la baja humedad por el viento sur, que se desataron la tercera semana de mayo y principios de junio. La campaña tuvo que adelantarse por la maduración precipitada del cereal, pero al final se está dilatando más de lo previsto porque las cosechadoras han tenido que parar por el riesgo extremo de incendios y temperaturas disparadas por encima de los 40 grados en las últimas olas de calor.

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«Hace veinte años las semillas producían mucho menos que a día de hoy, pero en proporción, un año tan malo como este, esa caída del 40%, incluso del 45% depende de zonas, igual no se ha visto nunca», explica Javier Torre, presidente de la UAGA. En todo caso, la referencia más ajustada a la realidad llegará en los próximos días, con el cómputo final de toneladas que entren en las cooperativas, fundamentalmente en Garlan, que absorbe el 85% de la producción del agro alavés.

De entrada, basta echar un vistazo a la evolución más reciente para confirmar la crudeza del golpe. En 2021 la cooperativa habló de una caída del 5%, aunque la recolección final alcanzó las 225.000 toneladas, más incluso que en 2020 -200.000 toneladas de cereal en sus silos (la mitad de trigo, 70.000 de cebada, 22.000 de avena y el resto, entre cultivos de colza, girasol y leguminosas)-. En 2019 se rozaron las 300.000 toneladas. «En los últimos diez, quince años los rendimientos han sido buenos, regulares, salvo en algunas zonas, así que el porcentaje (de bajada) impacta, más si se compara con el del último año», coincide Andrés García, gerente de Garlan.

«Una temporada anormal», subraya, muy condicionada por las altas temperaturas «en periodos más tempranos» y la falta de humedad coincidiendo con los meses en los que se produce el llenado de la espiga. Consecuencia: «En el momento de secado llegaron los calores tan fuertes y lo que hicieron fue quemarlo, secarlo precipitadamente, sin haber llenado los granos en toda la proporción», plantea Torre.

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Mercado volátil

¿Y cómo entrará ese cereal en el mercado? Aquí el sector habla de «incertidumbre bestial y alta volatilidad». Cumplidos cinco meses de la invasión rusa de Ucrania, se ha esbozado un acuerdo que permitirá reanudar las exportaciones, principalmente de trigo, desde puertos estratégicos ucranianos como el de Odesa. «El mercado descuenta que los precios van a bajar, pero con el bombardeo ruso a ese puerto, los precios subieron. Es una situación que no hemos vivido nunca», relata el gerente de la cooperativa alavesa. Situación imprevisible.

Incógnitas planean también sobre los rendimientos de las cosechas de girasol -que arrancará en septiembre- y la de la colza, sobre la que ya existen malas perspectivas. «También se ha visto afectado (este cultivo) por el cuajado rápido de las vainas, podemos hablar de un 30% menos de lo esperado», estiman desde Garlan.

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